Es un asesino.

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Han pasado días desde aquel suceso que Eleanor tuvo con su maestro, ha intentado llevar las cosas tranquilas, y realmente se han mantenido así, ella aún sigue sintiendo mucha vergüenza. Pero esa tregua con él se acabó está noche.

Su madre se ha ido a su trabajo nocturno al bar, Eleanor se ha quedado sola en casa, está distraída realizando un trabajo en su laptop, pero un ruido la distrae, ese ruido viene de la casa del maestro por lo que decide fijarse por la ventana de su habitación que le da una perfecta vista a esa casa.

Abre un poco la cortina, se da cuenta que una fuerte tormenta azota el ambiente, la lluvia no la deja ver con claridad, piensa que pudo haber sido un ruido que ocasionó la tormenta por lo que está apunto de girarse, pero antes de que lo haga mira a su maestro sacando un gran bulto enrrollado en una bolsa negra arrastrando lo por el gran lodo de su jardín, Eleanor comienza a temblar por su cabeza pasa una serie de pensamientos, se pregunta si es lo que está imaginando “El acaba de asesinar a alguien” traga saliva. El profesor que está vestido con un impermeable y botas negras se queda quieto por un instante, siente  que lo observan, pronto se percata que se trata de Eleanor por lo que él fija su mirada en ella, eso a ella la asusta más, los ojos fríos de él atravesando la hacen que a ella le recorra un escalofrío por su espina dorsal. Eleanor por instinto rápidamente se agacha, sentada en el suelo su temor aumenta, aprieta los dientes con fuerza.

—Dios que hago, seguro vendrá a querer matarte, no, no, no, debo llamar a mi madre, él no quera dejar testigos. —Se dice asi misma.

Eleanor toma su teléfono y marca a su madre, pero solo entra en buzón.

Ella no puede llamar a la policía, eso incluiría otro riesgo, podrían deportar a su madre que es indocumentada, no podía arriesgarse por suposiciónes. Solo le quedaba protegerse a si misma, por lo que bloqueo la puerta con una silla, antes tomo un cuchillo, y así se quedó en alerta por si ese hombre se atrevía a querer entrar y querer matarla. Pero esa alerta no duró mucho, ella cayó en un profundo sueño.

Es de mañana.

Eleanor que está dormida desparramada en su cama, siente que alguien jala sus pies, rápido recobra el sentido y despierta amenazando aquella persona con el cuchillo.

—¡¡Ahh!! ¡¡Estás loca Eleanor!! —Es su madre escandalizada.

Tan pronto Eleanor se dio cuenta que es su madre, baja el cuchillo.

—Perdón, perdón mamá, no era mi intención asustarte.

—¿Que te pasa? ¿Por qué hiciste eso?

—Pensé que podría ser mi maestro.

—Pero que dices, otra vez con esas tonterías.

Eleanor se pone de pie y sigue a su madre que sale de la habitación.

—Pero mamá anoche lo vi, él mato a alguien.

Su madre se para en seco, tiene el rostro de preocupación.

—¿Es enserio hija? Lo viste con tus propios ojos.

—Siii.

—Pero, ¿Cómo sucedió? ¿Que viste? —Pregunta con sarcasmo.

—Yo en la madrugada lo mire sacando un gran bulto enrrollado en una bolsa negra.

Imelda se queda estática, observa por un momento a su hija y después rueda los ojos.

—Ya alucinas con ese maestro, deja de imaginarte cosas... No puedes asegurar algo tan grave solo por verlo con un bulto, a lo mejor solo saco la basura.

—¡¡Mamá!! Por Dios, quién en su sano juicio sacaría la basura a altas horas de la madrugada y en medio de la lluvia, solo un loco haría eso.

—Por ejemplo estás dos locas que están paradas aquí, tu y yo, más de una ocasión hemos sacado la basura a esas horas.

—Pero solo que nosotras lo hacemos porque odiamos el olor fétido que desprende la basura.

—Seguramente él también lo odia.

—¡¡Mamá!! Por favor créeme, él hizo eso porque seguro era un cadáver, se trata de un psicópata.

—Ya basta Eleanor.

Eleanor suspira y frunce el ceño.

—Ok entonces no habrá problema si nos cesioramos que realmente se trata de basura, iré a revisar.

Eleanor sale corriendo de casa.

—¡¡Eleanor!! —Le grita su madre para tratar de retenerla, cómo eso no logra detener a su hija sale detrás de ella corriendo.

Ya afuera con él sol muy brillante que la encandila, Eleanor busca la basura de su maestro, Imelda llega en ese momento y le pellizca el brazo.

—Ya es suficiente escuincla.

— ¡¡Auch!! Sueltame mamá.

Su madre la suelta.

—Vámonos.

—Te lo dije mamá, no se trata de basura.

—¿A caso encontraste el cadáver?

—No.

—¿Entonces?

—Pues claro está que tampoco se trata de basura porque no está por ningún lado, no hay.

Imelda rueda los ojos.

—¡¡Dije vámonos!!

En ese momento sale el maestro de su casa vestido con traje negro y portafolios bajando por las pequeñas escaleras, se encuentra con ellas, Imelda palidece de la vergüenza, él se extraña que estén en frente de su entrada.

—Buen día ¿Les puedo ayudar en algo?

—Eh no, no se preocupe es solo que acompañaré a mi hija a la universidad y solo pasábamos por aquí.

—Ah ya veo. —Él piensa, “Estaban yendo al sentido contrario”

Eleanor le sostiene una mirada asesina a su profesor, lo mira con desagrado él no se inmuta.

—Entonces que tengan excelente día.

—Si gracias maestro, hasta luego —Contesta Imelda.

Imelda toma del brazo a su hija y la lleva a la fuerza a casa de nuevo, dan unos cuantos pasos pero el maestro las llama.

—Esperen —dice con voz grave y fuerte el maestro.

Ellas se detienen al escuchar su voz, se giran.

—Si —dice Imelda.

—Disculpa pero acaso es una nueva moda ir en pijama a la universidad, vaya que horrible gusto se le ha dado por hacer a los jóvenes— Claro se dirige a Eleanor.

Eleanor hierve de la rabia está apunto de contestarle, pero antes él pasa por un lado de ella y se ajusta y sacude el saco.

—Con Permiso —dice arrogantemente.

Deja con la palabra en la boca a Eleanor, su rabia aumenta con ese gesto que él hizo.

—Espero que sea la última vez que me dejas pasar una vergüenza así Eleanor. —Su madre la regaña, se va furiosa a su casa.

Eleanor sigue hundida en su enojo quedándose estática.

Su madre le vuelve a gritar desde la terraza.

—Que esperas niña, apúrate que se te hace tarde.

Al fin reacciona y corre para arreglarse.

—Hay nooo, otra vez llegaré tarde —se lamenta Eleanor.

Mi Maestro Es Mi VecinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora