Eleanor
Sigo sentada en la banca, inundada en mis pensamientos. ¿Cómo no voy a estar muriendo por él? Los celos vuelven a inundarme. Demonios, ¿por qué sigue saliendo con ella? ¿Por qué especialmente con esa chica que detesto tanto? Quisiera poder entenderlo. Pero también me pregunto si sería el momento de empezar a olvidarlo... No, eso es imposible. Una persona como él nunca se olvida y más para mí se vuelve difícil, ya que soy esa persona que una vez que quiere a alguien lo quiere para toda la vida, no importa si se marchan o los dejo de ver, pues ya les he dado un pedazo de mi alma y corazón. No solo hablo de Caleb, también hablo de viejos amigos y amigas.
Salgo de mis pensamientos cuando escucho a alguien llorando a mi lado. Me giro para ver y veo a una señora de mediana edad. Me quedo pasmada. ¿Qué le pasará? ¿Por qué llora? Siento una congoja en el corazón. No sé qué hacer, no sé si levantarme e irme o solo ignorar y pretender que no me importa. Y como siempre, no puedo evitar estar de detective.
—¿Puedo ayudarle en algo? —Con voz tenue le pregunto.
La señora sigue sollozando, absorbe su nariz. Al ver esto, saco un pañuelo de mi mochila y se lo ofrezco. Ella lo toma.
—Gracias... Disculpame por causarte incomodidad, es que al verte a lo lejos recordé a mi hija y no pude evitar acercarme.
—¿Su hija estudia aquí? ¿Todo está bien con ella?
—Estudiaba... Ella se llamaba Melanie. -Dice con voz quebradiza.
Siento el cuerpo paralizado. De repente, la recuerdo. Ya la había visto antes, el día que encontraron a Melanie muerta en la piscina. Su llanto desgarrador al escuchar la noticia se me quedó grabado. ¿Cómo pude olvidar su rostro? La verdad es que suelo bloquear los recuerdos traumatizantes. Es como un mecanismo de autoprotección para mi estabilidad emocional y mental, ya que en verdad suele afectarme tanto el sufrimiento de los demás.
—En verdad lamento todo lo que sucedió con Melanie. Su muerte todavía es un misterio. Nadie sabe con exactitud lo que realmente le pasó, si fue o no un verdadero accidente.
—Yo más, lamento mucho no poder hacerle justicia a mi hija... Sé lo que le pasó, no fue un accidente, ella nunca se hubiera suicidado.
No quiero ser imprudente, pero no puedo evitar sentir empatía por ella y genuinamente quiero ayudarla.
—Sabe, yo siento lo mismo... —Hago una pausa— Seré sincera, ella no era mi amiga, pero no sé, tengo el presentimiento de que tampoco fue un accidente. Es por eso que es necesario que se esclarezca su caso y, en dado caso de no haber sido accidente, se haga justicia para ella. No puede quedar impune su muerte. —La miro a los ojos y conecto con su mirada llena de dolor que me dice que tiene el alma rota— Cuente conmigo y con mi ayuda para encontrar la verdad y hacer justicia.
Ella sonríe sutilmente.
—En verdad te lo agradezco mucho. Debes saber que ha sido demasiado difícil buscar la verdad. Siempre que voy a pedir respuestas con la policía, obtengo las mismas. Hay veces que me siento cansada y pienso en rendirme. Me siento tan culpable y mala madre por querer hacerlo —sus ojos se humedecen y pronto sus lágrimas caen mojando todo su rostro.
Siento el pecho oprimido.
De solo ver su dolor, me provoca tanta impotencia.
Es una madre que solo busca justicia para su hija y se la ha ignorado como muchos otros padres, madres, hermanos, hijos y amigos.
Prosigue.
—Muchos me dicen que la deje descansar en paz, ¿pero en serio eso sería paz para ella? ¿Crees que es vano seguir luchando? En mi corazón tengo la certeza de que a mi hija le arrebataron la vida, me la asesinaron.
Sin dudarlo, creo en sus palabras y en su instinto de madre.
Bajo la cabeza por un instante y, sin analizar lo que digo, expreso lo que realmente pienso y siento.
—Yo admiro su fuerza por seguir adelante soportando todo este dolor y querer justicia para su hija... Yo en verdad no sé lo que hubiera querido Melanie. Tal vez sea cierto que ella desee que usted siga con su vida y sea feliz, pero eso es algo que nunca sabremos porque le arrebataron su voz... Hoy yo aquí le digo que quiero y deseo ser la voz de todas aquellas almas como Melanie que ya no están para levantar la voz... Yo, junto a usted, quiero ser la voz de ella y exigir que se esclarezca su muerte y se haga justicia... Nunca será en vano luchar... Y usted no es una mala madre, es humana y es totalmente válido sentirse abrumada por toda esta situación. Ha estado en una lucha sola, pero ya no lo estará más porque aquí estaré yo para apoyarla —Toco su mano que reposa en la banca—. No nos quedaremos en silencio.
Nunca me había sentido tan fuerte y decidida en mi vida como esta vez.Con su otra mano temblorosa, termina por estrechar mi mano como si estuviéramos en un mutuo acuerdo.
—Me has devuelto la fuerza para seguir luchando. Estas palabras eran las que me hacían falta para no darme por vencida... Más que nada, me hacía falta alguien que me escuchara. Desde que murió mi hija, he estado sola.
En un impulso, me nace darle un abrazo. Ella me corresponde con el mismo afecto.
—Ya no estará sola, se lo prometo.
Hablé por un largo periodo con ella. Al final, quedamos de reunirnos mañana para hablar sobre la muerte de su hija y todos los huecos que hay en la investigación. Debe de haber algo en lo que pueda ayudar.
La muerte de Melanie y de todas esas chicas que han muerto en estos dos últimos años no pueden quedar impunes.
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Mi Maestro Es Mi Vecino
Misterio / SuspensoEleanor se esfuerza en sus estudios, cursa su cuarto semestre en la universidad. Hace unas semanas ha llegado un nuevo maestro a impartir clases, quien le desconcierta, sus actitudes misteriosas han despertado su interés sobre él. Y por si fuera poc...