Cactus

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Eleanor

Es el día de mi graduación, despierto temprano para arreglarme lo más linda que pueda y llegar a tiempo. Después de una hora voy de salida con mi madre, pero algo me detiene, me llama mucho la atención. Ese cactus que Caleb había dejado en su ventanal hoy ha florecido con una hermosa flor colorida. En serio es una flor muy bella. Releo la nota que dejo escrita.

"Esta planta que a pesar de sus adversidades ante un clima lleno de dificultades, se las arregla para seguir adelante, crecer y florecer en el momento perfecto. Recuerda, tu eres ese cactus de la flor mas hermosa y aunque estés lleno de espinas en tu exterior solo debes encontrar el momento para florecer, si no sabes hacerlo, que no te de pena pedir ayuda, el objetivo es lograr que tu interior sane para preparar el momento en que tu mundo cambie". Leo también la postdata: "En el momento menos esperado brotará una flor, una de las flores más bellas que puede ver en la naturaleza. Cuando esté cactus florezca, ese día volveré".

Dudo mucho que eso pase.

Leer esa nota, me dio nostalgia. ¿Para que me dio esperanzas en vano, eso fue una promesa? ¿No las odiaba? Pero ame su escritura fina, delicada y limpia, perfecto en toda la extensión de la palabra, sobre todo ame el contenido. ¿No creen que todos somos como un cactus? Eso creo yo, todos somos un cactus.

Estoy sentada en el gran salón de conferencias esperando mi turno para recoger mi título de Ingeniería química industrial. No puedo decir que estoy feliz, es difícil estar aquí sin la presencia de Fátima, siento un vacío (aún no me acostumbro a la idea que ya no está, aún me despierto por las mañanas queriendo enviarle un mensaje) el corazón se me agrieta un poco. Nadie con los que pensé que estaría compartiendo este momento glorioso está, por supuesto Fátima, Melanie, hasta Marianne, y odio decirlo pero en esta lista también se incluye a Esteban. Y además de quién quería que se sintiera orgulloso de mí, Caleb, él tampoco está aquí. Más que un día feliz es un día deprimente, el recuerdo de todo lo sucedido, mi dolor parece que hoy está en una herida abierta en carne fresca. El dolor palpita.

Mi madre me mira a lo lejos orgullosa del brazo del director Richmond, no puedo creer que se hayan hecho novios, es, es, es raro. De igual forma estoy feliz por ella, que al fin la vida le sonría con un nuevo amor y bonito. Mmm esta es la razón por la que ahora me estoy mudando a otro sitio, a un departamento.

Me entregan mi título y finjo una sonrisa, todos aplauden. Al bajar los escalones y recorrer un pequeño pasillo, al caminar choco con un firme pecho, mi corazón bombea con fuerza, como recordando viejas sensaciones. Ese aroma varonil y peculiar que inunda mis fosas nasales, la química de ese cuerpo yo lo reconozco. No puede ser.

Levanto la cabeza un poco avergonzada, siempre tan torpe, y confirmo...

Mi Maestro Es Mi VecinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora