Tensión.

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Hace poco el verano dio inicio, las lluvias comienzan a azotar a la ciudad.

Han pasado dos meses desde que Eleanor y Caleb se hicieron novios, durante este tiempo han llevado una relación tranquila en secreto, solamente Esteban sabe de su noviazgo.

Ellos han logrado estrechar sus lazos, cada vez más su amor crece y se fortalece no obstante aunque Eleanor le ha permitido que Caleb conozca todo de ella, aún así Eleanor no sabe mucho de él, es un espacio cerrado que él no le ha permitido entrar, lo cual le frustra, porque ella quisiera saber más de él, conocerlo. Hasta ahora no lo ha presionado para que le revele nada de su vida, teniendo paciencia y comprensión con él, no quiere entrometerse más de la cuenta ya que ser su novia no le da ningún derecho a entrometerse, es por eso lo que ella más desea es que sin tener que pedírselo o preguntárselo, él se abriera con ella, que tuviera esa misma confianza que Eleanor le ha dado a él para mostrarse tal y como es.

Eleanor espera dentro del auto en el estacionamiento de la universidad, cuando Caleb y ella recién se marchaban a casa, Caleb fue llamado a dirección para resolver un asunto escolar (reunión de maestros) prometió que no tardaría, lo cual fue totalmente falso porque ya ha pasado una hora desde que se fue. Eleanor esta desesperada, aburrida al extremo, su teléfono se ha quedado sin batería, ya ha contado del uno al cien y en cuenta regresiva para matar el tiempo, pero esto ya no logra calmarla. Odia estar por mucho tiempo en espacios cerrados y él lo sabe, justamente en este momento lo está maldiciendo por tardarse tanto.

De la frustración jala sus cabellos.

—¡¡Ahhh!!! Ya no lo soporto más, moriré del aburrimiento.

Respira hondo y se da por vencida, no le queda más remedio que esperar a su amado. Se dispone a dibujar en el vidrio de la ventana, la fría lluvia ha dejado empañado todo.

—La paciencia no es una de mis virtudes eso me queda claro, pero mira donde estoy "vida" dentro de un auto sofocandóme solo para pasar tiempo con él. —Se dice asi misma Eleanor.

Cansada ahora observa como las gotas de la lluvia se deslizan por el cristal, abatida cuenta una por una, mantiene la vista abajo pero al ver unos pies pasando por un lado del auto hace que levante la vista, son los pies de una mujer, mejor dicho de su compañera Marianne. La observa, Marianne camina hacia la entrada trasera de la universidad, al parecer no le importa mojarse en la lluvia, se pregunta Eleanor ¿Que será tan importante para que se esté mojando en la lluvia? Sigue observándola, Marianne se detiene en una esquina de un edificio de la universidad, ve que conversa con una persona, pero no logra ver a la otra persona ya que está detrás de esa esquina, la lluvia torrencial tampoco le ayuda a ver con claridad. Esa persona coloca algo dentro de la chaqueta de Marianne, y ella le entrega bastante dinero. Eleanor todo lo que logra ver de la otra persona, son sus manos que llevan puestas unos guantes negros de cuero. Marianne y el sujeto se marchan cada uno por su lado.

Eleanor sigue teniendo la vista fija en ese espacio.

Un golpeteo en la ventana hace que gire su vista.

Es Caleb, ella al ver qué es él, quita los seguros del auto para que entre.

Caleb entra al auto.

Eleanor tiene el ceño fruncido y tiene los brazos cruzados, está muy molesta con él, no le dirige la palabra.

—Tarde mucho. —Le dice él.

Ella está sin habla, gira su rostro hacia la ventana. Él se da cuenta de su mal humor.

—¿Enserio? Si no me lo dices, no me doy cuenta. —La voz de Eleanor es dura.

—¿Estás enojada?

Mi Maestro Es Mi VecinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora