Remordimiento.

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Eleanor

Después de salir, camino por los pasillos de la universidad, a unos metros logro ver a dos policías (una mujer y a un hombre con chaquetas negras con sus respectivos logos) me acerco a ellos.

—Hola. —Los saludo.

Ellos estaban concentrados leyendo un informe, al escucharme levantan la vista.

—Hola. —Me saludan al unísono.

—Disculpen ¿Saben quién está a cargo de la investigación sobre lo que le pasó a Melanie?

—Que tal, ella misma te habla, soy la detective a cargo "Juliet Campbell", mucho gusto ¿Te puedo ayudar en algo?

Ella me mira con una sonrisa dibujada en el rostro, es alta, bella, de mediana edad.

Extiende su mano y yo la mía, las estrechamos, me transmite calidez y confianza.

—El gusto es mío, soy Eleanor Douglas... ¿Podría hablar a solas con usted?

—Claro... Edie ya vuelvo. —Se dirige a su colega, él asiente.

Nos alejamos un poco.

—Dime Eleanor ¿De que quieres hablar?

Me siento nerviosa, pensé que esto sería fácil pero nosé cómo expresarme, que decir, que palabras pronunciar.

—Tranquila, tómate tu tiempo. —Me dice la detective.

Respiro hondo y exhaló.

—Lo que pasa es que ayer despues de salir de clases, que ya era muy tarde pude ver qué Melanie hablaba con una persona...

La detective agranda los ojos.

—Eso nos sería de gran ayuda, es muy importante saber quienes fueron las últimas personas en hablar y ver a Melanie ¿De quién se trata?

Pasa un silencio profundo, necesito analizar primero la situación, si vale la pena mencionar su nombre porque algo dentro de mí no quiere hacerlo.

—¿Creé usted que esa persona tuvo algo que ver con la muerte de Melanie?

Tengo terror de lo que me pueda decir, tenso el rostro.

—Es difícil, para llegar a una conclusión así, primero tenemos que llevar acabo una exhaustiva investigación... Aunque ese dato no confirma nada, no podemos descartar esa posibilidad.

Tragó saliva ante sus palabras.

—¿Esta confirmado que se trata de un asesinato? —Le pregunto.

—Lo más seguro es que si...

Siento que el estómago se me revuelve, no puedo entender porqué mi pecho duele tanto, muy en el fondo quería que mi teoría fuera falsa.

—Dime Eleanor ¿Sabes el nombre de esa persona?

Tengo un nudo en la garganta, se me dificulta hablar, cierro los ojos con fuerza, al parecer mi lengua se niega a pronunciar su nombre.

—El profesor Caleb. —Finalmente lo pronunció, siento una especie de remordimiento.

—Muy bien... Oye no te sientas mal, has hecho lo correcto. —Extiende su brazo y con la mano toca mi hombro.

Creo que pudo notar mi tensión.

—Eso espero.

—Tu tranquila, déjalo en mis manos ¿Ok?

—Ok.

Ella se marcha, yo hago lo mismo, me voy a casa.

Al llegar a casa me encierro en mi habitación, mi mamá no está, ella debe de estar en su trabajo de limpieza, aún así prefiero evitar verla cuando llegue.

Me siento avergonzada conmigo misma, ¿realmente hice lo correcto? Y si tal vez el profesor nunca tuvo nada que ver con los asesinatos y yo solo lo he estado acosando sin razón alguna. Más que tranquila, me siento culpable, con una ansiedad que me está carcomiendo la conciencia, no soporto la idea, que posiblemente he condenado a una persona inocente.

¡¡Dios Eleanor tranquilizate, ya no te castigues mentalmente!!

Pasa un rato y la verdad he perdido el apetito, ha sido tanto mi estrés desde que hable con la detective que hasta olvide mis cosas en el salón de clases.

Escucho unos pasos y la puerta abriéndose, rápidamente me cubro con las sábanas, finjo estar dormida, no quiero que mamá note mi angustia y comience a cuestionarme, seguro se pondrá furiosa.

Escucho pasos, creo que se acerca a mí.

—Descansa hija. —Mi madre me da un beso en la nuca, después se marcha.

****************

Es un nuevo día, Eleanor sigue tan desanimada, pero eso no es una justificación para que falte a clases, ella debe dejar que las autoridades se encarguen de la investigación y ellos dictaminen si en verdad es culpable su profesor.

Recién llega a la universidad, pasa por el jardín, necesita tomar un poco de aire fresco.

—¡¡Eleanor!! —Es Esteban quien le grita a la distancia.

Se acerca a ella.

—Hola. —Saluda Eleanor con voz apagada.

—Ayer desapareciste como humo, dejaste tus cosas, toma. —Él le entrega sus pertenencias.

—Gracias. —Ella las toma.

—¿Que te pasa? Ahh sigues mal por lo que pasó con Melanie.

—Algo así.

—Entiendo, todos seguimos en Shock.

Los dos se dirigen al salón, toman sus clases, todo transcurre con normalidad.

Eleanor ya está tomando su última clase (geometría analítica, con un profesor de avanzada edad) pero no puede concentrarse por más que trata no puede, siente que si sigue así no pasará los exámenes ya que es muy importante no perder detalles en clases, su carrera es bastante complicada (Ingeniería química industrial) a veces se pregunta el porque eligió está carrera, no es que le apasione mucho. De hecho se le dificulta pasar las materias, aún así pone su mejor esfuerzo y logra pasarlas con una calificación decente. Ella principalmente creyó que era buena idea estudiar está carrera, ya que podría traerle éxito en muchos ámbitos de su vida ¿Fue una desición correcta o equivocada? Eso es lo que se pregunta ella.

La mirada de Eleanor está en la nada, está presente físicamente en esa clase pero en realidad su mente está en otro lado deambulando.

La llamada del maestro la trae de nuevo a la realidad.

—Señorita Eleanor.

Ella no reacciona, el profesor vuelve a hablarle.

—¡¡Señorita Eleanor!!

Esteban que está un lado de ella le da un empujón para que reaccioné.

Ella se agita

—¿Ehh?

—El maestro te habla.

—Ahh. —Mira hacia donde está el maestro.

—Señorita Eleanor, vaya a dirección, requieren de su presencia allí.

—¿A dirección? ¿Por qué yo?

—Deje de hacer preguntas y solo capta órdenes. —Dice molesto el maestro.

Piensa Eleanor “Que maestro tan más gruñón, de seguir así sus canas se expandiran más”

—Ok...

Eleanor se levanta de su asiento, luego se dirige a dirección, durante el trayecto lleva los nervios de punta, nunca la han llamado a dirección ¿Acaso ha hecho algo malo? Se pregunta.

Mi Maestro Es Mi VecinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora