Mi Maestro Es Mi Vecino

Esteban egoísta.

Eleanor

Después de ese ardiente encuentro con Caleb, me vi obligada a retirarme, él no dejaba de besarme con desesperación, y no es que no me gustará, claro me encanta, pero de seguir así, los dos hubiéramos terminado por cometer un grave error, y no es que este mal el hacerlo, lo malo está en donde estábamos a punto de hacerlo. Hubiera sido fatal si alguien nos hubiera visto en esa comprometedora escena, es más fuerte el amor que siento por él, que el deseo. No soportaría que por el fuego del momento, después él tuviera que llevar la carga de las consecuencias toda su vida. Finalmente los dos nos controlamos, él de nuevo se disculpo, lo cual no entiendo, si fuimos los dos que lo quisimos.

Ahora sí me dirijo a la cafetería, ha pasado un buen rato desde que se suponía que debía haber llegado, Esteban y Fátima deben de estar furiosos.

Llegó a la cafetería, busco con la mirada a mis amigos, logro encontrarlos justo a la orilla, al lado de la pared de vidrio que brinda una linda vista hacia el jardín.

Llegó a la mesa y tomo asiento, Esteban está entretenido usando su celular y Fátima en el suyo.

—Vaya al fin llegas. —Dice Fátima con desdén.

—Lamento el retraso.

—Mmm —ella se me queda mirando fijamente, frunce el ceño— ¿Por qué tienes los labios hinchados?

Palidezco.

En ese instante sentí el terror puro.

—Ahhhh es que me pico una abeja —¡¡Dios!! no se me pudo ocurrir un pretexto mejor.

—¿Y estás bien? —Me pregunta preocupada Fátima.

—Si, si, ya se me pasó el dolor.

—Ok, entonces iré a ordenar... Ya vuelvo.

Ella se marcha.

Esteban que estaba sumergido en la pantalla de su celular, levanta la vista y me mira.

—¡¡Pero que abeja te pico!! Esa abeja se debe de controlar.

—Mmm, no lo culpo porque yo tampoco supe controlar mis instintos carnales.

—Deben de tener más cuidado, están en la universidad. Alguien podría verlos...

—Lose... Pero al pobre le dieron unos celos inmensos.

—¿Y eso por qué?

—Bueno yooo... Mmm me encontré con Cristian en el camino, me entretuvo un poco... Y Caleb se percató.

Esteban tensa el rostro.

—¿Y que quería?... Enserio ese idiota no tiene vergüenza —Dice con odio Esteban.

—Tranquilo, él solo quiso disculparse. Me pidio que lo perdonará y que siguiéramos siendo amigos.

—Supongo que te negaste ¿Verdad?... Ese tipo es un peligro, recuerda que conserva un arma en su auto, eso no es algo de una persona normal.

—Obvio le dije que no, pero no fue por eso o por el incidente de aquella noche...

Esteban parece desconcertado.

—¿Que?... Entonces ¿Por qué?

—Porque se me confesó, aún le gustó, además dice estar enamorado de mí... No podría tener de amigo a quien tiene sentimientos por mí, sería como jugar con fuego, y ya sabes más que nada por respeto a Caleb y también a mí misma...

Esteban rueda los ojos.

—De nuevo mi querida linda pero ñoña amiga...

Lo miro con irá.

—Esteban ¿Quieres morir?

—Ay lo siento, pero me empalagas con tanta miel, ¡¡Ahh!! No lo soporto... Eres todo lo que odiabas escuchar de los demás.

—Eso no es cierto.

—¿Ah no?... Entonces ¿Por qué el otro día te escuché decirle mi amor?

—¿Cuando le dije eso mentiroso?

—Mejor dicho cuando no... No soy mentiroso, tengo un vídeo de prueba.

Él me muestra un vídeo en su celular, ahí se muestra que estoy sentada en el césped del jardín, claro Esteban está aun lado y es quien graba, en la grabación tengo una cara de niña boba, sonrió como si estuviera drogada, casi se me cae la baba, ¡¡No puede ser!!, hasta me miró sonrojada, no recuerdo que me habrá dicho Caleb para ponerme de ese modo... Al despedirme de Caleb, se escucha fuerte y claro que le digo "¿Me extrañaras?" "Cuelga tu primero" "Adiós mi amor" para rematar le envío besos haciendo ese vergonzoso sonido.

Termino de ver el vídeo.

Palidezco, siento pena por mí misma.

—Lo ves —me dice Esteban.

—No era consciente de ello.

—Pues no lo recordarás porque a lo mejor te sale tan natural que ya ni controlas lo que dices.

—Seguro él me mira como una niña boba, sueno tan infantil.

—Creo que por eso le gustas, por ocurrente y atolondrada, ese es tu encanto.

Paso un cabello por detrás de mi oreja.

—Oyeee, no nada más me la paso diciendo o haciendo tonterías frente a él... También tengo otros encantós. —Digo con dignidad y orgullo.

—Si aja, pues que raro porque siempre que estás con él te mimas mucho.

—Ay por supuesto que no.

—Si, si, si, lo que tú digas.

Lo arremedo, cae mal este chico.

...

—Lindo y guapo Esteban —Le hablo fingiendo una voz llena de dulzura.

Él está concentrado mirando su celular, de nuevo.

—¿Que quieres? —Su voz es dura, sabe perfecto que estoy a punto de pedirle algo.

—Tuuu lindísimo amigo del alma, podría ayudarme con mi tarea de analítica y si no es mucho pedir pasarme todas sus respuestas con todo y señas.

—Olvidalo.

Ash sabía que se negaría, es tan poco generoso si de estudios se trata, siempre ha sido posesivo con sus tareas académicas, le gusta ser el mejor, siempre ha sido el mejor de la clase. Yo también lo conozco y se que el compartir su conocimiento lo perturba, él solo quiere ser él único que lo sepa todo (ser un sabelotodo, es por eso que muchos no lo toleran) a mi parecer un acto egoísta, pero en fin nadie es perfecto y lo quiero tal y como es.

—Anda porfa ayudame, sabes que Sócrates me reprobara si no hago esta tarea, aunque sea explícame.

Ruego y ruego, lo tomo de su antebrazo y lo zarandeo.

—Anda, anda...

—¡¡Ahhh!! Que matracosa eres...

—Por fa...

—Que tu novio no es un cerebrito y experto en todo... ¿Por qué no mejor le pides a él que te ayude? De seguro y terminará haciendo tu tarea.

—Mmm... No quiero aprovecharme de mis influencias.

—Pero conmigo sí...

Justo en este momento llega Fátima con la comida.

—Habia mucha fila... —Dice agotada, toma asiento.

—Gracias —Le digo.

—Nada de gracias, ustedes pagarán la cuenta... Yo ya gaste mi energía haciendo fila.

—Esta bien amiguis —Le digo con una sonrisa.