Inesperada visita

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En la oficina del director Richmond se encuentra Eleanor hablando con él, más que asuntos escolares Eleanor ha ido para averiguar algo.

—¿Entonces Melanie no era la única participante para esa beca? —le pregunta Eleanor al director.

—No, hubo muchos alumnos que participaron para esa beca, especialmente los alumnos más destacados.

—Entiendo... —baja la mirada pensativa.

—¿Ocurre algo Eleanor?

—No, nada director. Gracias por la información. —Ele está a punto de irse pero antes de hacerlo le pregunta algo más al director— ¿Sabe algo de él?

Él director niega con la cabeza, al ver esto Ele asiente en forma de agradecimiento y sin más se marcha.

Durante un mes Eleanor ha estado investigando sobre el asesino de California tratando de recolectar pruebas y testigos que lo inculpen. También descubrir el porque asesino a Melanie y mas dentro de la universidad, es claro que no la asesino igual que a sus demás víctimas porque posiblemente lo hubieran relacionado que era estudiante de esta misma universidad.

Eleanor todos los días le envía mensajes a Caleb con los avances de su investigación sin embargo no hay respuesta tanto como en sus llamadas. Ella solo espera que se encuentre bien.

Recién llega a casa, primero inserta la llave para abrir la puerta, la abre pero sorprendentemente encuentra a una desconocida sentada en la sala de su casa, cruzada de piernas. Es una hermosa mujer, con largas piernas, ojos azules, piel muy blanca, cabello largo ondulado y negro. Más que nada con vestiduras muy elegantes.

—¿Quién es usted? —pregunta sin atajos Eleanor y con voz dura— ¿Y que hace en mi casa?

La mujer sonríe.

—He venido a presentarme, soy la esposa de Danilo Roosevelt, Karen de Roosevelt. —Se pone de pie y extiende su mano.

El cuerpo de Eleanor queda congelado totalmente.

—No entiendo —es lo único que logra decir Eleanor.

Exhala con frustración la mujer y rueda los ojos.

—Sere breve, Danilo, como tú lo conoces Caleb, él es mi esposo, yo soy Karen su esposa y tú...—hace un gesto de repugnancia— su amante, Eleanor ¿No es cierto?

Eleanor siente que su sangre baja de su rostro dejándola pálida, sin color.

—No, eso no puede ser verdad —se niega a creerlo— Él jamás me hubiera ocultado algo así.

—Ay niña despierta, ¿en qué mundo vives? Los hombres por naturaleza mienten y son infieles. Entiendo que durante este tiempo que estuvimos alejados haya querido buscar un consuelo, y lo encontró y muy fácil —la mira de arriba abajo de una forma despectiva.

"¿Esta insinuando que soy una fácil?" Se pregunta Ele.

—¿Aun sigues sin poderlo creer? —saca de su bolso una carpeta y se la entrega a Eleanor— toma y confirma lo que te digo es verdad, ahí mismo encontrarás el certificado de nuestro matrimonio y algunas fotos de nuestra boda. Ah y algunas fotos de nuestro pequeño hijo con su padre. ¿Te imaginas el reencuentro de padre e hijo? Fue maravilloso.

—¿Hijo?

—Si, por lo visto eres sorda.

Eleanor en un movimiento desesperado toma la carpeta y la abre, confirmando lo que ha dicho la mujer es cierto. Adentro mira el certificado y las fotografías. Sobre todo mira a un pequeño niño en una fotografía con Caleb. Es un bebé como de dos años cabello negro y ojos cafés. Esta sentado en el regazo de Caleb.

Por la mente de Ele se cruzan muchos pensamientos "¿Todo esté tiempo ha estado con su verdadera familia? ¿Es por eso que no contesta a mis llamadas y mensajes? ¿Es por lo cual nunca me dijo quien era Karen?"

—Tengo que irme. Yo no sé porque me he tomado la molestia de venir cuando no significas nada para él, no eres importante, solo eres más que su simple amante... Bien si se, como buena persona vine abrirte los ojos, me diste lastima.

"Lastima", esa palabra golpea fuerte y duro en el interior de Eleanor, algo que tanto detesta. Ella aprieta con fuerza la carpeta.

Fuerza una sonrisa y levanta la cara.

—¿Y espera que le dé las gracias señora? —al escuchar la palabra "señora" a Karen se le esfuma la sonrisa— Usted no ha venido por lastima, sino al contrario, por miedo que alguien como yo, de carne fresca se quede con su esposo. Pero no sé preocupe, no pienso quedarme con él. Créame de haber sabido que era casado ni en sueños se me hubiera pasado por la mente estar con él.

—¡¡Eres una put* desgraciada!! ¡¡Te metiste con alguien casado!!

—Ni se atreva a seguirme insultando y reclamando porque a quien debería estarle reclamando es a él no a mí, yo no soy quien le prometió fidelidad en el altar, yo no soy la que está casada, es él. ¡¡Ah si que ya larguese!! —Ele abre la puerta para que la mujer se marche— Y por cierto ¿Pensó que podría intimidarme con sus aires de grandeza? Por favor, es obvio que prefirió desquitar su ardor con una chica a qué enfrentar a su marido ¿Tan cobarde es? Ya comprendo porque se busco a otra.

A la mujer le hierve la sangre y la mira con furia cuando pasa por un lado de Ele.

—Pagaras muy caro tus insultos niña.

—Ya larguese señora a cuidar a su marido...

La mujer se marcha y cuando apenas sale de la casa Eleanor no se espera a que de un paso de distancia de la puerta cuando azota la puerta con tanta fuerza haciendo que el vientesito y un leve roce golpee a Karen.

Eleanor recarga su espalda en la puerta y se desliza hasta caer al piso cubriendo su cara con las manos, rompe en llanto.

Mi Maestro Es Mi VecinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora