Eleanor
Han pasado tres meses desde que Karen y Abner le dijeron adiós a este mundo. Ha sido duro continuar porque no todo resulta tan fácil, se creería que con sus muertes culminaría un final feliz. Lo cierto es que eso no basta, el dolor sigue latente, la partida de Nathan así como la de Fátima son heridas que siguen marcadas en nuestra alma, nada lo cura, es una cicatriz que nunca se borrará con nada.
Nos despedimos de Nathan haciéndole una ceremonia y dándole cristiana sepultura. Ese día en el cementerio fue demasiado triste, Caleb de rodillas llorando en la tumba de su pequeño hermano, me partió.
Algo que ha quedado claro, algo que he logrado entender con el tiempo. La lucha por la justicia no solo se busca contra los hombres, no solo ellos pueden ser el diablo, no, el diablo puede estar en tu puerta o enseguida de tu cama. El diablo puede ser otra mujer, o quién sea, todos podemos hacer daño (incluso otro niño). Así como Karen, ella era mujer y no por eso fue menos culpable que Abner, o como Esteban que desde niño fue un monstruo.
Ahora no solo lucho por la justicia de las mujeres, ahora me he envuelto en luchar contra todo tipo de violencia ejercida contra otro inocente. Este tiempo me he acercado a diferentes organizaciónes que se dedican a proteger y ayudar a todas las víctimas y a las familias de estás en la búsqueda de justicia. Allí mismo me he encontrado con pequeños niños que han sido violentados, la mayoría de las veces el agresor es de la propia familia. Es una lástima. En esos niños miro a Nathan o me miro reflejada, me duele el corazón al ver sus ojos llenos de terror buscando una salvación. Ningun niño tendría que vivir con miedo.
Protejamos a nuestros niños. No los dejemos solos afuera y tampoco adentro. En esta vida no se puede bajar la guardia. Enseñemos a los niños a expresar lo que no les gusta, a gritar cuando sea necesario, a no proteger a quien nos dice querer cuando en verdad demuestra lo contrario. Así como sucedió con Nathan y conmigo, por su parte a él, Karen enfrente de Caleb decía amarlo mientras a sus espaldas en medio del vacío lo frustraba con maltrato psicológico, y por la mía yo siendo una niña presenciando un infierno creado por Esteban, ese pequeño niño que parecía mi lindo amiguito en realidad era un demonio. Calle porque no sabía cómo alzar la voz, porque el miedo se apoderó de mí e hizo que reprimiera todas esas emociones en un rincón de mi mente olvidandolo.
Mi lucha se ha convertido en alentar a no rendirse a las personas que están aún hundidos en ese pozo oscuro. Luchar para que vuelvan a aprender a sonreír, o aprendan a sonreír por primera vez.
En este momento estoy en una marcha por las calles principales de Nueva York junto a una gran multitud. Algunas madres de las víctimas y de mujeres y niños desaparecidos, también el grupo más triste, sobrevivientes que de niños vivieron algún tipo de abuso, por último mujeres de todas las edades que han sufrido violencia. Este movimiento es para que sus nombres o casos no solo queden plasmados en la portada de un periódico o noticia. No somos una estadística.
"Si un día desaparezco busquenme, jamás dejaría a mis hijos"
"Si un día desaparezco, abracen a mi mamá"
"Si no me encuentran, busquenme en las estrellas"
"Mamá si un día no regreso búscame, yo no te preocuparía en vano"
"Yo solo quería jugar, nunca pensé que sería un mal recuerdo"
"No te habla la mujer que ves ahora, te habla la niña de la que abusaron"
"Soy la voz de quienes les apagaron su voz y la luz de sus ojos"
"Me alegra que la sociedad se haya transformado, hoy puedo alzar la voz sin vergüenza"

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Mi Maestro Es Mi Vecino
Mystery / ThrillerEleanor se esfuerza en sus estudios, cursa su cuarto semestre en la universidad. Hace unas semanas ha llegado un nuevo maestro a impartir clases, quien le desconcierta, sus actitudes misteriosas han despertado su interés sobre él. Y por si fuera poc...