Mi Maestro Es Mi Vecino

Un nuevo semestre.

Eleanor

Es un nuevo año escolar, me encuentro en otro semestre, si, el tiempo pareció pasar volando sin darnos cuenta de ello.

Pronto cumpliré 21 años y también mi primer año como novia de Caleb. Nuestra relación es bastante normal por así decirlo, él es encantador y estoy profundamente enamorada de él. Hemos adoptado aquel gato que él alimentaba, bueno debo confesar que se ha puesto reacio en aceptarlo, hasta no he podido nombrarlo debido a esto, solo le llamo "Michu", aún así se ha visto obligado aceptarlo, faltaba más. Por cierto, si se lo preguntan aún nosé nada sobre la vida de Caleb, esto me duele, tal vez es un excelente hombre y me trata de lo mejor, no tengo nada que decir sobre eso, pero al final su silencio me termina lastimando.

...

Una vez más estoy en la odiosa clase de analítica con el profesor Sócrates, él es de nuevo mi maestro igual que Caleb (creo que durante toda mi estancia en esta universidad, ellos siempre serán mis maestros, de igual forma tengo profesores nuevos). Detesto está clase, solo quiero que el tiempo transcurra lo más rápido posible y que la siguiente clase llegué.

Cierro los ojos visualizando que está pesada clase ha llegado a su fin.

Pero no, el maestro Sócrates me obliga abrirlos y poner toda mi atención en él, pues ha dicho que tendremos que hacer equipos de cuatro, para rematar él será quien arme los equipos.

Sócrates comienza a escribir en el pizarrón el número de cada equipo con sus respectivos integrantes, al terminar dice determinado "No hay cambios", sin más se marcha.

Todos nos acercamos al pizarrón para averiguar con quién nos ha tocado.

Cuando la multitud de alumnos se ha disipado, me acercó lo más posible... Leo mi equipo, equipo 3: Eleanor, Fátima, Esteban, doy gracias mentalmente... Pero cuando aclaro más mi vista logro leer apenas otro nombre que está medio borrado... Entrecierro los ojos, Cris—tiiii—an.

—¡¡Cristian!! —Sin querer digo en voz alta atonita.

—Si, ese soy yo —escucho esa voz detrás de mí, volteo y es él.

—Pero, ¿por qué tu?

—Yo no hice los equipos, eso preguntaselo al profesor... ¿Te molesta hacer equipo conmigo?

—No, trabajo es trabajo. No tengo ningún problema.

En verdad no tengo problema en estar en un equipo junto a él, solo espero que sepa respetarme.

—Bien, será un placer tenerte por el resto del semestre. —Veo que arquea una media sonrisa y fija su mirada como viendo a alguien detrás de mí.

Frunzo el ceño.

—¿Que?

De repente siento que alguien me toma de la cintura, me escandalizo por tal atrevimiento pero cuando me doy cuenta que es Caleb me tranquilizó, despues pienso "No espera es Caleb" vuelvo a escandalizarme ¡¡Estamos en la universidad frente a Cristian!!

Caleb gira su vista hacia mí con una sonrisa.

—Tranquila, solo estamos tu y yo, ah y él —señala a Cristian— pero se que no dirá nada ¿Verdad?

Caleb dirige su vista a Cristian viéndolo con una mirada retadora e imponente.

—Por Eleanor cualquier cosa —contesta Cristian, el ambiente se siente tenso— Profesor ¿Ya está enterado de que Eleanor y yo estaremos todo el semestre juntos? —Cristian tiene una sonrisa maliciosa, siento que ha dicho esto con cierta jiribilla.

Puedo ver de reojo que Caleb ha tensado su quijada, (claro gesto que está súper enojado) aún así logra esbozar una leve sonrisa.

Con una voz serena...

—Claro, lo mire en las planeaciones que presentó el maestro Sócrates... Estoy seguro que está vez si te sabrás comportar como un caballero. —Sin necesidad de elevar su tono de voz, él logra transmitir una seguridad inquebrantable, su imponente presencia.

Uhh, contraataque duro y doloroso para Cristian, pronto se le borro la sonrisa.

—Nos vemos luego —dice Cristian con un tono frío, termina por marcharse, su aura va que explota chispas de irá.

Nos quedamos solos en el aula Caleb y yo, él me abraza por detrás y me repega a su cuerpo, me encaja su barbilla en mi hombro, siento su respiración caliente y agitada, a pesar que exterminó a Cristian, su enojo sigue intacto (mejor dicho celos).

—No tolero saber que ese idiota estará cerca de ti —exhala con frustración.

—Solo es un asunto escolar.

—Lose, pero de solo pensar que tendrá la dicha de verte tan cerca, hiervo de celos.

—No puedes estar celoso solo porque me verá, es ilógico.

—Trata de hacérselo entender a este enfermizo corazón que muere por ti. —Sin previo aviso me gira hacia él, toma mi mano con delicadeza y la deposita en su firme pecho, puedo sentir su corazón acelerado, parece que se le saldrá con esas palpitaciones descontroladas.

Su cuerpo irradia un calor insaciable que se esparce por el ambiente y por ende invade mi cuerpo.

Para apaciguar a su loco corazón (está vez prefiero no usar palabras), solo decido pararme de puntillas y profundizar un beso en su boca, este beso no es nada inocente, ya no queda nada de aquella joven inexperta, pues he tenido un excelente maestro en este rubro.

Nuestras lenguas chocando en el sin frenesí del beso mientras él me toma con fuerza por mi espalda baja, hace que nos olvidemos del espacio y tiempo, sii sobre todo el espacio que nos encontramos, ~la universidad~.

—¡¡Maestro Caleb!! —Ese grito logra rebullir nuestros cuerpos, nos separamos como la velocidad de la luz.

Miramos que es el director Richmond, me quedo pasmada sin saber que decir, mi angustia se hace presente en mi estómago, lo siento revuelto de la angustia, respiro con dificultad.

Por su parte Caleb permanece sereno no se inmuta en lo más mínimo, no entiendo su comportamiento, él puede estar a punto de ser despedido, pero el hombre solo parece no importarle, nosé si sea un tonto o un cínico descarado.

—Que tal director Richmond. —Dice Caleb tan campante, quedó boquiabierta.

Confirmo si es un cínico descarado.

Solo miro el rostro enrojecido de impotencia del director, palidezco de la vergüenza y bajo la cabeza.

—Necesito que me acompañen a mí oficina inmediatamente. —La voz del director es dura.

Yo obedezco y sigo por detrás al director por los pasillos de la universidad, Caleb se queda unos metros más atrás de nosotros siguiéndonos el paso.