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Eleanor

Estoy en la cafetería de la universidad situada en una mesa tomando un café, estar aquí no es lo mismo sin Fátima.

—Eleanor —es Esteban, toma asiento.

—Estar aquí sin Fátima no es lo mismo Esteban.

—Lo sé —su voz es tenue, baja la mirada.

—¿Cómo se avanza en la vida después de esto?

—Creo que no podremos hasta que al menos encuentren al culpable...

—Estoy de acuerdo, pero aún así Fátima ya no estará más.

De repente llegan un par de compañeros de clases y se sientan con nosotros, nos dan sus condolencias, se sabe bien que nosotros tres éramos unos amigos inseparables.

—¿La policía tiene alguna sospecha de quién podría ser el asesino? —pregunta un compañero.

—No aún no —respondo con desgana.

—Eso es terrible, ahora salgo de casa con temor de ser... Todas corremos peligro —menciona una compañera.

Se que tiene razón, ahora más que nunca en esta ciudad nadie tiene la certeza si regresaremos vivas a casa. Puede ser que ese asesino decida así como así arrebatarnos la vida solo por su simple antojo y deseos que parecen ser más grandes que la importancia de una vida humana.

El comentario de un compañero roba toda mi atención:

—Yo tengo la teoría de que el asesino debe ser una persona solitaria, sin amor, que no sale de casa, alguien asocial.

—Tambien lo creo, en los documentales los asesinos seriales suelen ser así —Afirma nuestra compañera.

¡¡Madre!!, estan describiendo... A mí ¿Soy una asesina serial? Yo soy todo eso, una persona rara que prefiere a la soledad que la compañía de la sociedad. Excepto por Caleb y mis dos amigos, bueno ahora seré más solitaria en este mundo sin Fátima y con menos entusiasmo de mezclarme con los demás.

—Dejense de tonterías, eso solo es ficción —dice Esteban molesto.

—Pero están basados en la vida real —se justifica nuestro compañero.

—Unos de tantos —digo finalmente— yo en realidad creo que el asesino puede ser una persona que luzca simple y normal simulando ser una buena persona, esos son los peores monstruos. Alguien extrovertido que no le tema a nada, sobre todo calculador. La verdad es que yo soy así, y uyyy no te vaya a matar. Esteban tiene razón déjate de idioteces, ¿no será que lo serás tú ya que te encanta ver esos programas?

Realmente no estoy de humor para escuchar esto, sin más me levanto molesta y me marcho.

—Ele, no era mi intención —escucho por detrás pero ya no le tomo importancia a sus palabras ¿Creen que es un juego de adivinanzas?

...

Caleb

Eleanor en este momento se está dando un baño, ya ha tardado un poco más de lo usual. Estoy agobiado por su salud, últimamente no come más que algunos cuantos bocados. Ella tiene la mirada perdida, oscurecida. Ese brillo que reflejaba luz pura en sus ojos ha desaparecido y entiendo totalmente el porque. Era lo que me temia cuando prefería abstenerme de contarle sobre mi vida "envenenar su alma y  que cayera en ese hoyo profundo en el que yo mismo me he visto envuelto", jamás pensé que mis esfuerzos serían en vano y que a ella le terminaría pasando lo mismo que a mí, perder la fe en esta humanidad. No quiero que se vuelva en un ser despiadado, serlo también te pudre por dentro. Para acabar con otros monstruos también tienes que convertirte en otro perdiendo de las muchas cosas que te definen como ser humano. Es por eso que yo seré su verdugo, evitaré que se manche las manos de sangre, su inocencia no tiene que ser también arrancada.

Mi Maestro Es Mi VecinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora