Eleanor
En este momento tengo los nervios de punta, estoy a punto de pasar a exponer un proyecto junto con mis compañeros; Esteban, Fátima y Cristian. Francamente siempre cuando debo hablar en público me da pánico, ojalá está vez no tartamudee como de costumbre.
Sócrates llama a nuestro equipo, debemos explicar el procedimiento que usamos para resolver cierto ejercicio de geometría analítica.
Dios, mis manos tiemblan sin control y el estómago lo siento suelto ¿Por qué soy así? Creo que me siento más nerviosa de lo habitual porque no he vuelto a hablar con Fátima y Esteban desde aquel día, cada vez que nos topamos existe un silencio incomodo. Por su parte con Cristian todo transcurre con normalidad excepto por los celos que Caleb le tiene, hace días él le prohibio llamarme "Ele" claramente le dijo con voz fría "Tienes prohibido llamarle así". ¿Cómo puede ser tan celoso en un detalle tan insignificante?
Pasamos al frente y nos formamos en una fila delante del pizarrón, todos nuestros compañeros y el maestro nos miran con atención.
Comienza Esteban muy seguro de si mismo explicando con detalle la técnica que usamos para la resolución de dicho ejercicio, por su parte Fátima lo apoya subrayando en el pizarrón los datos que menciona Esteban para explicar con mayor precisión. Cristian está junto conmigo esperando nuestro turno para participar, mi corazón está acelerado. "Respira Ele" "Vamos Ele, tu puedes" "Estudiaste mucho para esto, no harás el ridículo", me digo para mis adentros.
Una vez más respiro y exhaló para regularizar mis nervios, pues ha llegado nuestro momento. Cristian es el primero de los dos en comenzar, interpreta los resultados que dieron Esteban y Fátima. Él termina de hablar, por lo que sigo yo, debo finalizar dando la conclusión.
—Gracias a esta estrategia que implementamos logramos resolver dicho ejercicio. Como lo explico mi compañero al averiguar el punto simétrico A(5, -1) con respecto a, mmm, a —he quedado con la mente en blanco, estoy muda, mi pecho ha comenzado a agitarse y mis manos estan sudorosas. Giro mi vista a muchos puntos de la clase observando el rostro de todos quienes me esperan impacientes.
—Señorita Eleanor por favor continúe —me pide el maestro Sócrates.
—Yo, yo, yo no —tartamudeo y más cuando me percató de las expresiones de pena de mi equipo ¿Y como no? Si he arruinado la exposición de todos, seguro esto afectará la calificación del proyecto. Quiero estallar en lágrimas por la impotencia de no haber hecho las cosas bien. En este justo momento me siento tan diminuta, quisiera tener el poder de desaparecer de la vista de todos en tan solo un instante. Pero claro, eso es imposible. Obligatoriamente debo soportar miradas de decepción, otras de lástima y otras tantas de diversión que les alegra mi desgracia.
"Que me miren con lastima es lo peor que me pueden hacer, es hacerme sentir como alguien obsoleta y fragil " Puedo soportar un poco más las risas burlonas, eso me demuestra que quieren sentirse inferiores porque no pueden conmigo y esa es la única forma de enaltecer sus egos ante mí...
Pero para empeorarlo todo, una serpiente alza la voz.
—Ay profesor es obvio que no sabe que decir. No dudo que haya estudiado, es solo que es una inepta, está carrera no es para ella. Siempre ha demostrado que no tiene la capacidad para pertenecer aquí, es una vergüenza, le queda muy grande el título de ingeniera. —Proclama Marianne tirando su veneno con su lengua afilada.
Cuando creí que podía salir de ese hoyo ella vino para jalarme de nuevo hacia el.
Esas palabras llenas de veneno las siento como una cuerda alrededor de mi cuerpo que me sujetan con fuerza volviéndome inmóvil ante la situación, mi pecho está oprimido y ni se diga de mi garganta que tiene un gran nudo atorado. Lo peor es que sentí una corriente eléctrica por todo mi rostro, lo que significa que estoy más que avergonzada, débil. Eso que odio demostrar.
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Mi Maestro Es Mi Vecino
Mystery / ThrillerEleanor se esfuerza en sus estudios, cursa su cuarto semestre en la universidad. Hace unas semanas ha llegado un nuevo maestro a impartir clases, quien le desconcierta, sus actitudes misteriosas han despertado su interés sobre él. Y por si fuera poc...