Cine.

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Eleanor está en casa, es de noche, alrededor de las 7:29. Hoy quedo con Cristian de salir, iran al cine, bueno al menos eso tienen planeado. Cómo de costumbre él ya está retrasado.

Esta vez decidio vestirse a su gusto, con lo que se siente cómoda, pero aún así sabe que se mira bella.

...

En el centro de la ciudad, dentro de un cine haciendo fila para comprar las entradas de una película, se encuentran Eleanor y Cristian.

—Lamento haber llegado tarde —dice Cristian.

—Mmm ya estoy acostumbrada... Nunca pensé que en este mundo hubiera una persona más impuntual que yo —dice Eleanor.

Cristian se apena mucho.

—Que directa eres, pensé que eras otro tipo de chica.

—¿Enserio? ¿Cómo?

—Timida.

—Pues ya ves que no lo soy.

—Es por eso que me atraes.

La fila avanza.

—Vamos —Eleanor solo le señala para que avancen, respecto a lo que le dijo Cristian prefiere no decir nada (evitarlo).

Cristian solo sonríe incrédulo.

—¿Ya sabes que película veremos? —Pregunta él.

—Si —contesta ella.

—¿Ya habías escogido?

—Pensaba elegirla junto contigo, pero ya que llegaste tarde lo escogeré yo sola, es tu castigo.

Ríe Cristian.

—Vaya, eres muy ruda, me gusta que tengas la confianza de mantener ese trato conmigo, sin cohibirte —eso le da esperanzas.

Pero todo se derrumba cuando...

—Es el mismo trato que mantengo con mis amigos —Eleanor le dedica una sonrisa dulce.

—Ah ya veo —contesta cabizbajo— claro porque yo también soy tu amigo.

Eleanor mira por detrás de Cristian, abre los ojos como platos al ver quién está.

—Profesor, usted —dice Eleanor pasmada.

Cristian se extraña por las palabras de Eleanor, se gira y ahí está justo atrás de él, su profesor de química.

—¿Profesor? —Pregunta desconcertado Cristián.

—Que tal —saluda Caleb.

—¿Que hace aquí? —Pregunta Eleanor.

—Lo mismo que ustedes y todas estas personas, ver una película —le contesta Caleb de lo más despreocupado.

Piensa Eleanor “Tonta es un cine, es normal, puedes encontrarte a cualquier persona, no es como que te esté persiguiendo”.

—Tiene razón —dice Eleanor.

—Por supuesto —contesta Caleb.

La fila sigue avanzando, Cristian y Eleanor deciden concentrarse en lo suyo.

Eleanor permanece en silencio, solo esperando a que la fila avance y alejarse de su maestro que la pone tensa.

—Eleanor —Cristian le habla.

—Si —ella gira la cara hacia un lado y lo mira.

—Te miras linda.

—Ah gracias —contesta sin emoción, vuelve su vista al frente.

Todo esto lo escucha Caleb que está detrás de ellos, ríe maliciosamente, a su parecer el halago de Cristian le dio igual a Eleanor, lo cual lo satisface porque solo puede significar una cosa.

Eleanor y Cristian después de comprar sus entradas y palomitas caminan, pero ella se detiene al escuchar un llanto, es una niña que llora porque se le han caído sus palomitas, todas las personas permanecen a la expectativa solo observando sin hacer nada, solo quieren que esa niña se calle (tan antipáticos).

La niña llora inconsolablemente, Caleb que está cerca, estaba a punto de acercarse para darle sus palomitas a la niña pero antes de que él lo hiciera, otra persona ya había tomado la iniciativa, Eleanor.

Eleanor se acerca a la niña y se pone de cuclillas a su altura.

—Toma pequeña, puedes quedarte con las mías —Eleanor le entrega sus palomitas.

—¿Pero tu qué comerás? —Pregunta entre medio de llorosos la niña.

—No te preocupes, comprare más. Anda quedate las —le dice con dulzura.

—Gracias.

Eleanor con una servilleta limpia las lágrimas de la niña.

—Ahora ve con tu mamá.

La niña asiente y se marcha junto con su mamá.

Eleanor de nuevo se coloca de pie, justamente al levantarse se topa con Caleb justo al frente.

—Fue un lindo gesto lo que hiciste —le dice Caleb.

—No fue nada, es lo que haría cualquier persona.

—Claro que no, tu gesto me hace creer de nuevo en la humanidad. Tienes un corazón muy cálido Eleanor que pocos poseen.

Eleanor lo mira fijamente, las palabras de él lograron ruborizarla y estremecerla.

Cristian que está a unos pasos presenció la situación, tiene el rostro fruncido, nota que él halago de su maestro a ella si logro atravesarla (emocionar la).

—Eleanor, vamos, la película está a punto de empezar —le dice Cristian.

—Si...

Mi Maestro Es Mi VecinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora