Las chicas desaparecidas.

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Eleanor

Llegue a casa con el corazón oprimido, al entrar me encontré con mamá, no pude verla a los ojos de lo contrario hubiera estallado en llanto, no quise que se diera cuenta de mi mal estado de ánimo.

Recuerdo cuando al fin le presente a Caleb cómo mi novio a mamá, pensé que se enfadaría, fue lo opuesto, se alegro mucho y rebozo de felicidad. Debo recalcar que ella ya sabía de nuestro noviazgo, pero prefirió callar y esperar que yo misma le tuviera confianza para contarle. Trata como a un hijo a Caleb, le tiene mucho afecto.

No imagino a mamá como reaccionara ahora por nuestro rompimiento. Por lo pronto no quiero dar explicaciones, no tengo la energía y ni los ánimos para hacerlo.

Por cierto últimamente mamá ha estado yendo mucho "Según" a cuidar a una tía enferma al hospital, a veces se queda días enteros allí, siempre vuelve más pálida y ojerosa, se que cuidar a enfermos es desgastante y agotador pero no creo que su delgadez y palidez se deba a eso. Le he dicho que vayamos al médico, no me gusta nada su semblante, no obstante se niega rotundamente a hacerlo, ya le he dicho que si es necesario la llevaré amarrada, faltaba más, es una señora terca y aferrada.

En este momento estoy en mi habitación.

De repente recuerdo que debo llamar a Fátima.

Tomo mi celular y le llamo, suena algunos segundos el buzón, pero en el último timbre alcanza a contestar.

—Hola —responde ella.

—Hola, ¿estabas dormida? —le pregunto.

—Aun no, solo mirada videos en YouTube.

—Menos mal... Oye ¿Estás bien?

—¿No debería preguntar eso yo?

—Bueno si, pero es que te fuiste muy alterada... Siento que te hayas peleado con Esteban por mi culpa.

—Ya sabes siempre peleamos por todo... No te preocupes, ya lo solucionaremos.

—Si lose... Ustedes siempre están juntos.

—Si porque tú estabas con Caleb siempre... Es por eso que muchas veces estamos juntos los dos solos, aunque la verdad no tanto, él tiene sus cosas que hacer y yo las mías.

—Si es verdad, por cierto se me olvidó preguntarles ¿Por qué ayer llegaron muy tarde?

—Ahh otra pelea que tuve con ese tonto, había quedado de pasar por mí a mi casa, pero llegó muy tarde... Por eso no te avise, mmm yo pensé que ya no estarías y te habrías ido... Al final Esteban llegó y decidimos ir a la biblioteca por unos libros pero nunca esperamos ver qué siguieras allí y menos la pelea de Caleb y Cristian.

Exhaló.

—Caleb también llegó muy tarde, no me quedo opción más que seguir esperándo, por lo tanto Cristian se quedó acompañandome y ya sabes el hilo de lo que pasó.

—¿Caleb llegó tarde por ti? Eso es muy extraño, él es muy exacto con sus tiempos.

—No sé, debió complicarsele algo con su trabajo —eso quiero creer— la verdad no tuve oportunidad de preguntarselo —aunque se lo hubiera preguntado lo más seguro es que de igual forma seguiría con la duda.

—¿Hablaste con él?

—Si. —Respondo desanimada.

—¿Quieres contarme?

Quiero desahogarme pero hay muchos detalles con los que debo tener cuidado, porque no nada más se trata de mi vida sino también la de Caleb. Nunca les contaría a Fátima y a Esteban sobre las llegadas tardes a casa de Caleb, (su misteriosa vida) o como lo del extraño cabello que conserva en ese joyero. No arriesgaría ese tipo de información con nadie. Puede que antes hubiera cometido ese error con la detective Julieth Campbell e incluso con mis amigos. Pero al hacerme novia de Caleb mi lealtad paso a estar con él.

Mi Maestro Es Mi VecinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora