Caleb y Marianne más que juntos.

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~Previos días de la fiesta~

Esteban llegó a la casa de Eleanor, ya que ella había tenido un par de días sin ir a clases, cómo su buen amigo fue a ver si todo se encontraba bien con ella, aunque sabía perfectamente que no, pues sin querer Eleanor había escuchado una conversación en el baño de la universidad, donde Marianne hablaba con sus amigas presumiendoles lo tan bien que la había pasado con el profesor Caleb, que ya se habían acostado más de una vez y que solamente estaban esperando a que ella concluyera sus estudios para formalizar su relación. Todo esto lo estaba escuchando Eleanor detrás de la puerta del cubículo de un baño, sintió que su corazón se desgarraba, el dolor era sofocante, sin poder evitarlo sus lágrimas se corrieron, pero ¿Quién podría mirarla llorar?, así que está vez no se detuvo en descargar su llanto, pensó que nada de lo que había vivido con Caleb había sido algo significativo para él cómo lo era para ella, y que aún sin ser novios lo seguía respetando como tal, aunque el saliera con otra, pero esto ya era otro nivel. El despecho y el dolor suele ser un mal consejero en estos casos, ella se decía así misma estúpida por creer que Caleb no tendría sexo con aquella chica "¿Pues que pensaste Eleanor, que era puro y casto? Eres realmente patética e idiota", se dijo así misma.

Lo que más le pego en su orgullo y dignidad fue que como era posible que con ella nunca quiso llegar a ese nivel, ¿acaso era tan poca cosa para él?, ¿no era lo suficientemente atractiva para su gusto?

Una inseguridad comenzó a surgir en ella cuando salió del baño y se miro al espejo.

"¿Cómo le ibas a gustar Eleanor? Mírate no eres como Marianne con sus grandes pechos, tu estás plana" "Así le deben de gustar a Caleb"

Hablaba consigo misma.

"Marianne es tan bonita con piernas largas y rubia, sin decir de sus fulminantes curvas, ¿cómo te puedes comparar con su belleza? Es obvio que es el estándar de Caleb, de lo contrario no hubiera llegado hasta acostarse con ella"

"Maldito seas Caleb por lastimarme así, por romperme el corazón, te dije que mi corazón era frágil"

"Eres tonta Eleanor por enojarte con quién nunca fue tuyo, con alguien que ya no es nada tuyo, no tienes derecho de llorar"

Se replicaba.

"No, si llorare está vez todo lo que quiera, tendré mi maldito duelo y está vez obligaré a este estupido corazón a entender que ya no estará más con él, que deje de tener esperanza pensando que posiblemente solo se trate de un malentendido, todo está claro, ya pasó mucho tiempo y él parece tan normal como si nuestro rompimiento no le haya ni siquiera movido una fibra"

"¿Por qué tiene que ser tan frío?"

"Tontamente pensé que dando tiempo a nuestra relación él después vendría a buscarme para que confiara en mí, sin embargo eso no sucederá"

"Ya se acabó"

Eleanor tapo su cara que estaba llena de lágrimas.

Al final ella se echó agua para refrescar sus mejillas calientes que por culpa de su llanto se enrojecieron.

Desde entonces Eleanor se ha mantenido encerrada en su habitación sin salir, hundida en una depresión sin poder dormir, sin ánimos de hacer nada. Ella no ha querido ir a clases, mucho menos ver a Caleb.

Eleanor está metida en la cama mirando a la nada.

De repente escucha que tocan la puerta.

—Pasa mamá.

Esteban que estaba detrás abrió la puerta.

—No querida soy yo, tu amigo.

Se acerca a ella.

—Hola Esteban. —Dice Eleanor sin mucho entusiasmo.

Exhala Esteban.

—Nunca me había sentido tan un cero a la izquierda como ahora. No causó ninguna emoción en ti.

—Ya sabes que no eres tú soy yo.

—Entiendo... Eleanor tu madre está muy preocupada por ti ¿Lo sabes? Dice que apenas has probado bocado, eso no está bien.

Aunque Eleanor no le había dicho nada aún a su madre sobre su rompimiento con Caleb, ella ya lo dedujia, pues era claro ya que ellos dos, Caleb y Eleanor ya no se frecuentaban más. Sin embargo la señora Imelda confiaba en que más adelante podrían arreglar las cosas ellos dos.

—No tengo hambre —responde Eleanor desganada.

—Amiga no puedes dejarte caer así... Se que enterarte lo de Caleb con Marianne te desestabilizo pero no tiene por qué, puede que Marianne solo haya dicho mentiras.

—Puede ser... Pero entonces ¿Por qué sigue saliendo con ella?

—Yo también quisiera saber... Pero si algo es seguro es que tú vales mucho y tienes muchas cosas por vivir. Así que levántate que Fátima nos espera en el centro comercial.

—Estas loco yo no iré a ningún lado.

—¿Que no te dije?

—¿Que?

—Que es una orden.

Esteban se puso de pie y tiro de las cobijas destapando a Eleanor.

—¡¡Levántate!!

A duras penas Eleanor se levanto, sabía que si no obedecía a su amigo él al final la arrastraría sacándola de esa habitación oscura.

Ya en el Centro comercial los esperaba Fátima en una mesa. Esteban llegó del brazo con Eleanor muy contento sin embargo ella parecía un zombie.

—Al fin llegan, muero de hambre. —Dijo Fátima.

—Si vamos a comer. —Dijo sin emoción Eleanor.

Fátima se entrelazó con el otro brazo disponible de Eleanor. Los tres amigos empezaron a caminar por el gran comercial, Esteban y Fátima lucían muy contentos, más que nada querían contagiarle un poco de alegría a su amiga.

Fátima de repente grito de emoción.

—¡¡Chicos!! Miren hay una exposición de pinturas. —Señalo con el dedo.

Eleanor al ver está acción de su amiga rio levemente, se le hizo lindo su comportamiento que parecía de una niña.

Esteban miro de reojo a Eleanor.

—Ves que si te sirve salir y no quedarte en ese encierro... Eleanor no estás sola nos tienes a nosotros, no tienes porque atravesar por todo este dolor tu sola. ¿Cuando entenderás que nosotros somos tus amigos? Me duele mucho, deja de creer que nos molesta escucharte o que nos enfadas, o que creemos que son sin importancia tus sentimientos... Deja de pensar que te tendremos lastima, nada de eso es así... Déjate querer y apapachar ¿Si? Aunque sea está vez.

Esteban estrecho su hombro demostrandole su apoyó, realmente le transmitió fuerzas, para no dejarla caer.

"No sé que haría sin mis amigos, si no fuera por Fátima y Esteban yo en estos momentos estuviera perdida" Pensó Eleanor.

Se unieron con Fátima para ver la exposición de arte que se estaba llevando a cabo, también en el mismo lugar había puestos dónde vendían cosas astrales, esto llamo mucho la atención de Eleanor por lo que se acerco y termino comprando tres pulseras que significan la amistad entre amigos. Cada una tenía diferente color; verde la suya, morada la de Fátima y azul la de Esteban.

Así termino su día, en verdad le ayudó salir y convivir con mis amigos, su ánimo estaba mucho mejor.

Llegó a casa con una diferente perspectiva de la vida, tal vez no tenía a Caleb pero eso no definía su vida, aún tenía amigos y una madre que la amaban.

Poco antes de dormir recibio la llamada de la señora Emma, le dijo que iría mañana a visitar a la detective Julieth Campbell a su oficina. Claro, Eleanor se ofreció acompañarla, ella acepto.

Cumpliría su palabra, ella ya no estaría sola.

Mi Maestro Es Mi VecinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora