Funeral

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El día sabía que era un momento triste para los presentes, la lluvia cayó durante todo el entierro.
Las personas, apretadas unas con otras bajo los paraguas, tenían los ojos hinchados de tanto llorar hasta quedarse secos y aún así siguieron sollozando. El sacerdote recitando unas palabras y pidiendo por el alma de Helena, daba el toque final a la escena fúnebre.

"I died in my dreams what's that supposed to mean?
Got lost in the fire.
I died in my dreams what's that supposed to mean?
My fatal desire"

La canción daba vueltas una y otra vez en mi mente, tratando de encontrar sentido a lo que ella necesitaba de mí.
Me mantuve al margen y respetuosamente me quedé a varios metros del entierro, no quería estar más cerca, no podría. Nuevamente mis sentimientos estaban en guerra dentro de mí. Había llorado, sí, pero no se podía comparar con la de el resto de los presentes. Mas bien yo trataba aún de comprender lo que había ocurrido, como si el concepto de la muerte me fuese ajeno totalmente.
El ataud fue depositado al fin dentro del hoyo en la tierra y las personas comenzaron a irse después de arrojar flores dentro como último adiós a la mujer muerta.
Esperé a que todos se fueran y me acerqué al lugar, miré hacia abajo parada desde la orilla del hoyo.
-Ya no estás aquí para decirme qué hacer y qué no hacer- murmuré entre dientes -, mi vida estará vacía... ¿Qué voy a hacer? Mi vida es un desastre y ahora me pediste que apoye a tu familia, ¿qué puedo hacer por ellos?- pausé para reabsorber las lágrimas en mis ojos y seguí -. Helena, te prometí que ayudaría en lo que estuviera a mi alcance y lo haré, pero dime cómo...- no contuve más las lágrimas y comencé a llorar sin parar -. Por favor, dime qué hacer.
-No responderá y lo sabes, Katherin.
Me di la vuelta y encontré a Loren de pie a unos cuantos pasos de mí. Se veía terrible, sus ojos azules sin luz, hinchados con las venas dentro rojas, enmarcados con ojeras y su piel amarilla y no blanca como el marfil como antes.
-Lo sé, pero no podía quedarme con esas palabras guardadas en el pecho.
-Pensé que no habías asistido.
-Mantuve mi distancia- expliqué mirando la rosa blanca que llevaba para ella -, quería acercarme al final y hablarle.
Giré y di un beso a la flor para luego arrojarla hacia el ataúd.
>Hasta siempre, Helena Olsen-Hood. Que encuentres la luz en tu camino a la vida eterna.
-Ella pidió tu ayuda- señaló Loren parándose junto a mí -, necesito un par de semanas para que las cosas se calmen un poco. ¿Puedes mudarte? Te necesito cerca de Thomas, él no lo entenderá en un inicio.
¿Mudarme? ¿Qué carajos tenía en la mente este hombre? ¿No tenía respeto por su mujer difunta?
>No es lo que crees, no quiero nada contigo... Helena dijo que tú podrías ayudarle a nuestro hijo, y aunque no estoy convencido, haré lo que me pidió.
Carajo, ¿acaso leía las mentes?
-Lo pensaré, antes necesito poner en orden algunas cosas si quisiera mudarme- dije entre dientes.
-Lo entiendo, procura decirme durante el próximo mes, de otra forma conseguiré a alguien más... Ah, parece que ha dejado de llover- exclamó después de extender la mano fuera del paraguas. Cerró el paraguas y lo tomó por el mango de madera -. Hasta luego Katherin.
Dio media vuelta y me dejó sola, de pie junto a la tumba de mi amiga. ¿Qué iba a hacer? Tenía que mudarme con ellos para ayudarlos, ¡vaya tarea que me encomendó Helena!
-¿Por qué mejor no buscaste a alguien más?- murmuré caminando hacia mi auto, dejando atrás la tumba.

***

-¿Vas a qué?- gritó Vanessa, una de mis compañeras de departamento, amiga del trabajo. Acababa de llegar del cementerio y al verme tan afectada, preguntaron y lancé la propuesta.
-Tengo que hacerlo, Helena era una amiga cercana y necesitan de mí, según me dijo.
-¿Y no piensas trabajar? Ellos no te darán un saldo igual al que tienes ahora- manifestó molesta Brianna, mi otra compañera de departamento.
-Voy a mudarme, no a jubilarme. Chicas, también es un golpe en la jeta muy duro para mí, pero debo hacerlo... Ella hubiese hecho lo mismo por mí.
-Kat, es viudo, va a necesitar consuelo, y sabes que no me refiero a una conversación pasiva.
-Brianna, voy a ayudar a su hijo, no a acostarme con Loren. Carajo, ¿pueden dejar de preocuparse tanto?- las encaré y suspiré -. Gracias, pero es una obligación moral.
-¡Bien! Haz lo que quieras, pero cuando quiera follarte no llames lloriqueando- ella se fue de la sala y azotó la puerta de su habitación.
-Sabes que no habla en serio, sólo recuerda que es explosiva- intentó animarme Vanessa, pero en el fondo dolía -. ¿Te irás?
-No sé, debo pero algo me detiene, me dice que me aleje.
-¿Cuándo debes aceptar o negarte?
-En un mes, máximo. Creo que tal vez pueda pensarlo un tiempo.
-Necesitas descansar, parece que tú eres la muerta, ve a dormir.
-Gracias Vane- dije abrazándola.
Me retiré a mi habitación y en el camino escuché sollozar a , resistí el impulso de llamar a la puerta ya que si le hablaba en este momebto de seguro me mandaría derechito al demonio, así que decidí esperar. Me partía saber que yo había ocasionado ese llanto pero preferí esperar a que las cosas se calmaran.
Entré al cuarto y al cerrar la puerta recargué la espalda contra ella y me resbalé poco a poco hasta llegar al piso, encogí las piernas y rodeé las rodillas con los brazos. Hice la cabeza hacia atrás y miré el techo, luego a través de la ventana al otro lado del lugar, estaba oscurenciendo... Los Ángeles era una ciudad preciosa, sin embargo en ese momento deseaba que la ciudad entera se hundiera en el mar y así terminaran los problemas... era un pensamiento muy egoísta pero no veía la salida. Cerré los ojos y respiré profundamente...
Mi celular vibró en la bolsa de mi abrigo, me sobresalté, creo que había dormitado un instante. Saqué el móvil y miré la pantalla, "Número desconocido". Dudé al inicio pero contesté al quinto timbrazo, justo antes de que fuera rechazada la llamada en automático.
>Aquí Logan.
-Katherin, supongo que estás considerando el trabajo... Espero que así sea.
-Loren...

Lokison --- Terminada.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora