Progresos

239 19 15
                                    

-Espera, ¿qué?
Pero era muy tarde, ya había cortado la llamada.
>¿Bri? ¿Hola? ¡Carajo, Brianna!
Lancé el teléfono a la alfombra al otro lado de la habitación y me eché de cara en la cama con los brazos extendidos hacia arriba.
-¿Todo en orden?
Me limité a alzar el pulgar de la mano izquierda a modo de respuesta.
>¿Era importante?
Me giré sobre el costado y lo vi de pie junto a mi cama.
-Eran las chicas, Brianna iba a decirme algo pero sólo colgó y no entendí qué quería decirme.
-Ya lo sabrás después... Así que, Brianna cree que nos casaremos.
-Les gusta imaginar cosas. A veces cosas muy incómodas como esa.
-¿Te incomoda la idea?
-No es que me incomode sino que es raro que lo diga... Tampoco es que me desagrade la idea... Tampoco es de que lo desee pero... A la mierda, ya me callo- dije escondiendo mi rostro tras mi brazo al girarme para estar boca arriba.
Él rió... Se rió de mis tonterías.... ¿Por qué no me tragaba la tierra?
-Bueno- suspiró sentándose en la orilla de mi cama -, las cosas salieron bien, creo que tenía años de no llorar verdaderamente.
Era cierto, sus ojos estaban vidriosos. Este era Loki ahora, el padre que quería ayudar a su hijo; no el Loki asesino que había sido antes. Me senté junto a él en posición de flor de loto.
-¿Y Thomas?
-Me siento tan estúpido por nunca antes haberme sentado a conversar con él... Detesta el futbol y el basquetbol, también las artes plásticas... En general todo excepto la música y la natación.
-Sabía que lo estabas saturando.
Él sonrió.
-Sí, al parecer sabes más de Thomas en 3 horas que has estado aquí que yo en 8 años.
-No es asunto de conocer o no a alguien, debes saber analisarlos y es lo que hice.
Él giró su cuerpo y subió una rodilla a la cama, poniendo la otra pierna sobre el tobillo de la pierna doblada.
-Katherin sé que es muy pronto para decirlo pero... Te lo agradezco mucho- me rodeó con sus brazos pero al no tener demasiada estabilidad en mi postura, no sostuve su peso y cayó sobre mí.
-Ahhh.
-Perdón.
Alzó la mirada y nuestros ojos se cruzaron, ambos reímos.
>Lo siento, esto es tan vergonzoso.
-No tanto como que la botella de queso de la cafetería explote en tu camisa el día de una exposición.
-¿Qué cosa?
-Eso me pasó una vez el primer semestre de la carrera... Por suerte tenía ropa de repuesto en el locker.
-Empezaba a sentirme mal pero eso es peor.
Su risa era contagiosa. Resultaba extraña la sensación de sus costillas vibrando sobre mi torso al reír, y el hecho de que estuviera básicamente montado sobre mí. Nos quedamos un momento en silencio, mirándonos fijamente, su cabello estaba un tanto largo y un mechón quedó colgando. Lo tomé entre mis dedos y lo coloqué detrás de su oreja, me acababa de dar cuenta de que ese hombre era mi debilidad, era todo lo que me atraía en un hombre, como si fuera el amor platónico que siempre soñé: ojos azules como el mar, cabello largo y negro como un cuervo, su rostro con rasgos fuertes y de piel pálida como un maldito vampiro... Era todo lo que quería. Mi mano descendió lentamente sin tocar su piel pero inclinó la cabeza para recargar su mejilla en la palma de mi mano. ¿Acaso la atracción era mutua? No quería salir lastimada de no ser correspondida.
-Emmm ya me estás aplastando.
-Lo siento.
Se levantó y me tendió una mano para levantarme y me puse los primeros zapatos que encontré, curiosamente eran los tacones de la mañana. Sonreí a modo de agradecimiento y fui por mi teléfono, por suerte había caído en donde abarcaba aún la alfombra.
-Bueno, Katherin, creo que es todo por hoy. La cena es a las 8:30, no te retrases por favor, la servidumbre se retira a las 9:30 y no quiero hacer que se queden más tarde si no estás a tiempo, deben asear antes de irse.
-Está bien.
-Bueno, ahí está la clave de internet, los controles de la antena, de la tele, del lector de discos y demás.
-Gracias, es más de lo que esperaba.
-Esta es tu vida ahora Katherin, disfrútalo.
-Kat, por favor sólo dime Kat.
-Nunca entendí por qué todos te llaman Kat, tu nombre es tan hermoso que no quiero dejar fuera ni una sola letra.
-Loki... Eso es lo más hermoso que he escuchado.
-Katherin...- dijo adelantándose hasta tenerme contra el marco de la puerta -. Yo...
Con sus dedos recorrió mi mejilla lentamente y al llegar a la barbilla levantó mi rostro para mirarme a los ojos. Entrecerró los ojos y se acercó poco a poco, cerré los míos y me quede inmóvil. ¡Por fin estaba pasando! Mi deseo mas reciente se cumpliría... Me quedé inmóvil y así seguí, esto estaba raro, no pasaba nada. Abrí los ojos y Loki miraba hacia abajo.
>Perdón, debes entender que me siento solo y no es mi intención incomodarte.
Se separó y salió de la habitación. Me sentía tan estúpida. Eché la cabeza hacia atrás y suspiré. No podía creer lo que estaba a punto de hacer.
-¡Loki!- lo llamé mientras salía corriendo de la habitación y corría por el pasillo hacia las escaleras, a donde él se dirigía -¡Loki!
-Katherin, no lo hagas más difícil.
-¿Crees que no es difícil para mí también?- me detuve cuando él giró y volvió sobre sus pasos -. El estar aquí contigo después de la decepción que sufrí cuando me ignoraste descaradamente mientras eras amigo de Helena, ¿crees que no es difícil?
-Entiende que de eso dependía mi permanencia en Midgart. Sino, no estaríamos hablando, ni siquiera me hubieras conocido.
-Sólo dime una cosa, Loki, ¿qué tan real debe ser lo que siento?
-Será más sencillo para ambos si nos mantenemos al margen- antes de que se fuera lo tomé por el brazo.
-El problema es que no me puedo mantener al margen... Y por lo visto tú tampoco... Yo he reprimido mis impulsos por respeto a Helena, pero luego vienes y me dices que para ti no era más que tu boleto de estadía, ¿cómo crees que me siento? Es verdad que era mi amiga y me duele saber que la utilizaste, pero también es cierto lo que siento por ti...
Fui callada por sus labios, de la nada se me había acercado en un segundo y ahora me besaba. Tomó mi cabeza entre sus manos y fue bajándolas dibujando mi silueta hasta llegar a mi cintura y me rodeó presionándome contra su cuerpo. Yo eché mis brazos sobre sus hombros y con las manos lo atraje hacia mí, enredando los dedos en su cabello. Al inicio percibí su desesperación en su forma rápida y alocada de besar, pero poco a poco fue siendo más dulce y lento, hasta ser apenas un roce entre nuestros labios causando que un escalofrío recorriera mi espalda. Frotó su nariz con la mía y sonrió mientras juntábamos nuestras frentes. Con respiraciones agitadas sonreímos. Nos quedamos abrazados, mi cabeza recargada en su hombro, el tiempo pareció perder valor y sentido y pudimos estar así cinco segundos, 15 minutos, 2 horas... Pero de algo estaba segura, lo que sentíamos por el otro era real, ese beso me dejó en claro que era real y que me quería.
-¿Qué tan bueno soy manteniéndome al margen?
Nos separamos y lo miré como nunca antes: tenía la mirada brillante y llena de vida y su sonrisa lo decía todo, ya no había duda alguna, ambos sentíamos lo mismo.
-Eres pésimo, Laufeyson.
-Supongo que debía tener un defecto... Katherin, ahora debo hacer algo, pero te veré en la cena, ¿de acuerdo?
-Sí, te veo más tarde.
Me besó rápidamente y reanudó su camino hacia las escaleras. Yo caminé de vuelta a mi pieza y cerré la puerta, me quité los zapatos y resbalé hasta el piso recargada en la puerta.
Estaba en medio de un conflicto emocional... Ahora el viudo de mi amiga me amaba... ¿Qué mierdas estaba pasando aquí?

Lokison --- Terminada.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora