Tiempo

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Hola humanos :) les gusta la imagen? Es Juno basada en Keira Knightley :3 Bien, nuevo capítulo como lo prometí n.n allá vamos.

-Siento que estaré en cuarentena por exponerme a un químico radiactivo o algo así- dije al sacar una jeringa y llenarla con la dosis correspondiente del día.
-Son sólo tres semanas, se pasarán más rápido rápido de lo crees. Además las instrucciones son muy claras y no deberías sentirte enferma ni nada por el estilo si respetas la dosis. Incluso después de la décima dosis ya podrías usar el Bifrost de nuevo- Loki había estado demasiado serio, incluso ausente, y su tono de voz era muy frío.
La noche anterior lo había seguido hasta los aposentos de Odín, donde se quedó al menos una hora, de rodillas al pie de la cama. Me quedé a distancia por respeto a su duelo, aunque deseara ir hasta él, rodearlo con los brazos, besarlo y decirle que no estaba solo. Me pregunté si Thor estaría pasando por lo mismo, si estuviera peor, si estaba más tranquilo... No lo sabía. Lo que sí sabía era lo que mis ojos me mostraban, Loki se arrepentía de haber sido arrogante en su momento, pero nada cambiaría la historia.
-En todo caso, es sangre y yo odio la sangre. Lo peor es que tengo que inyectármela y ver también mi propia sangre, no sólo la de Logan... Ni siquiera sé cómo me voy a inyectar.
-Déjame hacerlo- tendió la mano y le entregué la jeringa. Metió con cuidado la punta de la aguja en la vena que se veía en el antebrazo izquierdo, tal como indicó Peter. Lo miré mientras la sangre mutante se mezclaba con la mía, su rostro era una piedra, sin ninguna emoción igual que su voz.
-Gracias- le murmuré presionando donde una gota de sangre comenzó a manar cuando retiró la aguja.
-No hay de qué.
Se levantó sin siquiera mirarme y se dirigió a la puerta.
-No tocaste tu comida, Loki. Pensé que esto te gustaba- intenté detenerlo.
-No tengo apetito- espetó de manera áspera antes de salir del lugar.

***

-Debe ser parte de su duelo, Kat- me consoló Juno. Fui a buscarla igual que los días anteriores y ahora estábamos en uno de los jardines, el que por lo regular estaba vacío -. No te angusties, pronto volverá a ser el mismo hombre irritante que tanto amas.
No pude evitar sonreír, sabía que ellos no se agradaban demasiado, pero tendrían que aprender a llevarse bien porque al parecer ella sí quería venir con nosotros a Midgard. Quería conocer nuestro mundo, aprender algún idioma, trabajar utilizando medicina alternativa (porque era sanadora, pero la asignaron conmigo). Yo ya le había tomado afecto y me sorprendía que quisiera hacer todo eso al ir allá. Pero ¿no pensaría que quería llevarla para que fuera sirvienta o nana o cualquier otra cosa? Yo no quería eso para ella, no era ni una forma de evadir mis responsabilidades con Thomas ni para que siguiera atendiéndome personalmente.
-Ya ha pasado una semana, pero parece que su estado empeora cada día. ¿Recuerdas que hace tres días rompió todo en la habitación? Estaba tan frustrado y como todos le temen, me mandaron a mí para que se calmara. No sé qué hacer.
-Volverá a ser él mismo, a su debido tiempo. El tiempo cura casi todo, sólo hay que esperar.
-¿Por qué siento que todo es por causa mía?- suspiré frustrada.
-Deja de pensar tanto, poco a poco las cosas tomarán su lugar nuevamente.
-Eso creo...
-Hey, sonríe- dijo apartando un mechón de mi rostro -. No posees todos los problemas del mundo.
-Pero así se siente. No importa. ¿Y Thomas? No lo he visto en toda la mañana.
-En su alcoba, dijo que no se sentía bien y le preparé una infusión.
-Iré a verlo. No ha querido hablar conmigo desde hace 2 días. Te veré más tarde Juno.
Le sonreí antes de levantarme e ir hacia la alcoba de Thomas. Ya no me perdía en el palacio, podía andar incluso a oscuras. Al llegar golpeé tres veces en la puerta.
>¿Thomas, estás ahí? Soy Kat, ¿puedo pasar?- no hubo respuesta, por lo que insistí -. Thomas, quiero hablarte. Voy a entrar.
Abrí la puerta con cuidado y la cerré detrás de mí, lo vi sentado en un rincón, como si quisiera esconderse. Me arrodillé junto a él y le puse la mano en la barbilla para alzarle el rostro.
-La puerta estaba cerrada- murmuró.
-Lo sé, sabes que no me gusta irrumpir pero quería hablarte. Has estado muy distante estos días y me preocupa verte así, sobre todo porque no tiendes a ser muy melancólico.
-No importa realmente, vi morir a mi abuelo y nadie se tomó la molestia de preguntarme si me sentía bien.
Se me oprimió el corazón, era verdad que no me acerqué a él, pero pensaba que también quería un poco de espacio como el resto. Lo tomé entre mis brazos y besé su cabeza, supuestamente yo estaba con él para apoyarlo y escucharlo, en lugar de eso me estaba haciendo la víctima porque todos estaban distantes.
-Lo lamento, nene, es sólo que pensé que querías espacio como todos los demás. Tampoco es fácil para mí... En este estado tengo que cuidar de ti, de tu padre, de mí misma y no hacerle caso a mi paranoia... Prometo que las cosas se arreglarán pronto, no pueden estar deprimidos para toda la vida.
-Espero que sea así... Vuelvo a clases en una semana.
-¿Tan rápido? Demonios...
-Y no sé si volverán conmigo.
-Yo volvería contigo a casa, que ellos arreglen sus asuntos.
-¿En verdad? Porque parecen tan preocupados por lo que pasó, que creí que lo de la escuela no les importaría.
-Escucha, todos están muy afectados. Fue un golpe duro, pero no creas ni por un momento que a tu padre o a mí nos da igual.
Apoyó su cabeza en mi antebrazo, donde dolían todos los piquetes de la dichosa cura. Apreté los dientes e ignoré el dolor.
>Por lo mientras, ¿qué te parece si tú y yo vamos a recorrer el pueblo?
Me sonrió de medio lado, pude ver el parecido que compartía con Loki. Cuando creciera quizá se parecería aún más.

***

-Estaba al tanto de las clases, no soy tan malo recordando fechas- gruñó Loki cuando le recordé la fecha del regreso a clases. Seguro no era malo con las fechas, ¿entonces por qué se le olvidó mi cumpleaños? Se lo iba a decir pero no quise empeorar las cosas. Suficiente era el mal humor que se cargaba como para sumarle algo que poco tenía que ver. Estábamos sentados frente a la hoguera mientras los leños crujían al arder. Me acurruqué junto a él y encogí las piernas, quería sentir su calor aunque fuese de ese modo.
-Thomas creyó que lo olvidaríamos, con todo lo que está pasando es entendible.
-Tendrán que volver solos, lo entiendes  ¿verdad?
-Sí, ustedes tienen prohibido irse justo después del deceso del rey, al medida hasta que se acabe el luto.
-Has estado haciendo tu tarea- se refirió a conocer las costumbres de Asgard, con todo ese tiempo libre ya llevaba otros cinco libros.
-Yo sigo sin entender a qué me llamaron también.
-¿No lo ves? Odín sabía que iba a morir y la fiesta para recibir el Año nuevo era una forma de que todos vieran a las posibles parejas que reinarán.
-¿Y eso de qué sirve? Aunque tengan un favorito no es como que fueran a votar democráticamente para elegir a uno de ustedes.
-Costumbres, todo es cuestión de costumbres.
Nos quedamos en silencio un buen rato, pero era un silencio doloroso, no toleraba sentirme inútil. Me erguí y besé su mejilla, sorprendiéndolo. Me miró y le aparté un mechón de la frente.
-Recuerda que no estás sólo, Loki.
Tomó mi rostro entre sus manos y comenzó a besarme. Sentí su desesperación, me senté a horcajadas sobre su regazo y enterré los dedos en el cabello que caía libre en su nuca. Me rodeó por la cintura y me apretó contra su cuerpo. Llevé mis dedos hacia el borde de su camisa para quitársela, pero en un segundo me apresó las muñecas para detenerme.
-No has llegado a esa parte de los libros, ¿cierto? El luto para nosotros es una total abstinencia al placer por 45 días, sin viajes a otros mundos, sin festines, sin alcohol, sin sexo... Incluso me estoy tomando demasiada libertad al besarte- suspiré frustrada, ahora entendía porqué se estresaban tanto en estas situaciones -. Son las costumbres, Katherin, lo lamento.
-Sólo era la camisa- protesté haciéndome a un lado.
-Si yo te quitara la ropa- pasó los dedos por mi mejilla, apenas rozando la piel -, ¿podrías detenerte o controlarte?
-No- confesé con un poco de culpa y quizá pena.
-Es lo mismo para mí- me crucé de brazos y miré las llamas bailando, creo que era más interesante que seguir con los libros, ya estaba harta de ellos -. ¡Al carajo, que se abstengan los muertos!
Para entonces ya lo tenía encima y me besaba el cuello.
-Nos vas a mandar directo a Hel- reí pero sin alejarlo de mí.
-Da igual, tal parece que yo ya estoy condenado desde hace mucho- enredé las piernas a él y me cargó hasta la cama -. Ahora, si no le molesta, mi Lady Katherin, voy a violarla.

Ay esos pillines que les valió un comino xD bueno, ¿qué se le va a hacer? Comenten aquí abajo lo que les pareció o lo que sea; pueden votar por el capítulo (pushen la estrellita); tampoco olviden seguirme, hay capítulo nuevo cada tres días :D
Los quiero humanos n.n

Lokison --- Terminada.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora