Urgando en las memorias

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Mientras recorría mi mente en busca del bloqueo, Jean iba por mis memorias y yo las podía ver, algunas recientes y otras no tanto... Muchas de las tardes que habíamos pasado los 3 juntos, todo lo vivido con Loki, me vi con las chicas en la universidad, vi cuando salía con Jonathan, vi a mis padres, recordé mi infancia junto a Brianna, aquellos años tan inocentes... Había momentos de alegría, de enojo, de euforia y de tristeza, como en todas las vidas, pero esas imágenes que pasaban por mi mente no me movieron los sentimientos en lo más mínimo, se sentían memorias frías y muertas, como si todo eso me hubiera hecho daño alguna vez y yo tratara de reprimirlas siempre hasta lograr ser indiferente ante ellas.
Al recorrer esas memorias me sentía como en un sueño en el que volaba por los cielos y veía todo lo que pasaba debajo, y entonces lo vi a lo lejos... El bloqueo innato del que tanto habíamos hablado estaba frente a mí, tapando la vista de lo que se encontraba más allá, en lo más recóndito de mi mente. Se observaba como una enorme pared, que dividía los territorios como la Muralla China, en la memoria accesible y lo que estaba más allá de la barrera, no sabía qué había pero estaba segura de que seguramente era algo que me ayudaría a dar mejor dirección a mi vida. Entonces sentí como si bajara al suelo, me vi caminando en mi mente, una mini yo frente a la barrera. Los recuerdos plasmados en una especie de cristales, que estaban en torno mío, formaban hileras en las que estaban ordenados por fecha, ahí estaba un recuerdo de hqber estado en un cunero, de seguro de cuando nací.
-¿Qué hay allá en el otro lado?- pensé en voz alta mientras miraba los cristales a mi alrededor.
-Es lo que esconde el bloqueo- la voz me sobresaltó, no esperaba que alguien me respondiera. Miré a mi alrededor pero no había nadie ahí.
-Jean, ¿eres tú? ¿Por qué no te puedo ver?
-Porque yo soy intrusa en tu mente pero no estoy en ella, la pequeña tú que ves es sólo una parte de tu imaginación- dijo la voz de Jean -. Bien, necesitas pasar la pared, va a ser difícil pero creo que podemos atraversarlo.
-Si lo atravieso, ¿no desataría lo que sea que esté ocultando?
-Hay una ligera probabilidad de que eso pase.
-¿Qué tan ligera?
-Alrededor del 80%.
-Bien, ok, genial, esto está increíble, ¿por qué no mejor imagino que una enorme bola de demolición aparece aquí y tira la barda? Oh espera, ya sé por qué: ¡esto se ve igual a la barrera de represión de la personalidad! ¡Voy a volverme loca si esta barrera se desvanece! ¡No es nada del otro mundo, es sólo una cuestión psicológica!
-Porque esto no es algo que se pueda quitar tan fácilmente, no la pusiste ahí con la imaginación. Además, debes saber que estamos en el "área de memorias", por llamarlo de alguna forma, no tiene nada que ver con la psicología.
-¿Y cómo planeas que entraré aquí? ¡No es como que tenga poderes! ¿Te das cuenta de que esta pared está más sólida que el piso?- exclamé pegando varias veces con el puño en la pared.
-¡Es tu mente! ¡Si tú no logras atravesar, nadie lo hará nunca!
-Maldita sea... Bien, ¿ahora que hago?- murmuré caminando de un lado a otro.
Esto era verdaderamente difícil, no tenía ni idea de cómo iba a entrar, ni siquiera sabía si había forma de entrar. ¿Escalando? Imposible, si miraba hacia arriba no se veía el fin de la pared. Tampoco había puertas ni nada de eso. La única cosa que se me ocurría era atravesarla, pero no me sentía capaz de hacerlo, ni siquiera podía imaginarlo. Simplemente no era algo para lo que estuviera preparada, no sabía a dónde llegaría de ser capaz de entrar o si quedaría atrapada en una especie de limbo que me dejaría en estado vegetal... Tampoco tenía opción, había llegado así de lejos y tenía la oportunidad de la vida ahí, de saber todo acerca de mí misma... No podía abandonar. Y para colmo, la voz de Jean ya no estaba para decirme nada o tan siquiera para hacerme compañía.
Puse mi mano de golpe en la pared varias veces, pero ésta estaba sólida como roca, ¿qué pensaba hacer? Retiré la mano, esto no me iba a llevar a nada... Decidí intentar de nuevo, la última vez antes de darme por vencida... Acerqué poco a poco los dedos y al tocar la pared, empujé suavemente contra ella. Mi mano fue pasando progresivamente, ¡lo había hecho! ¡En verdad lo había hecho sola! Continué avanzando y al atravesar completamente, preferí no haberlo hecho nunca...
Detrás de mí, la pared se desvaneció, ya no había nada que impidiera mi acceso consiente a esa área bloqueada. Pero eso no fue lo que me dejó pasmada. En ese lado, también habían cristales de memorias, pero a diferencia de todos los otros recuerdos cuyos cristales estaban perfectamente cuidados y moldeados, estos estaban estrellados o hechos pedazos en el suelo.
>¿Qué es todo esto?
Caminé de frente, temerosa por la escena ante mis ojos. Conforme iba acercándome a los cristales, me di cuenta de que eran cosas tristes. La primera cosa que vi fue a un grupo de niños y niñas burlándose de una figurita hecha bola en el suelo, le llamaban por apodos denigrantes e insultantes, me sentí indignada e impotente por el trato que le daban a aquella criatura... Entonces todos se apartaban, dejando que una persona adulta, una maestra, levantara al bultito del suelo que lloraba y temblba de pavor; el mundo se me cayó encima al darme cuenta que aquella personita era yo de niña... Se me hizo un nudo en la garganta, di media vuelta y seguí caminando.
Mi primer impulso fue salir de ahí, pero la curiosidad era mucho más fuerte. El siguiente cristal que vi fue uno en el que estaba metida bajo la base de la cama, junto a mi hermana, parecía un juego inocente, hasta que empezaron los gritos... Un hombre y una mujer que se gritaban mutuamente, se lanzaban cosas e inclusive se golpeaban el uno al otro; con gran horror vi cómo al salir de debajo de la cama, veíamos a nuestros padres iracundos caminando a lugares opuestos de la casa... Esto más que asustarme, me desconcertó totalmente.
Nuevamente seguí mi camino y frente a mí vi a una niña de unos 11 años tomando del suelo las piezas rotas de un sacapuntas, luego simplemente decidía comenzar a cortarse las muñecas, las palmas y los dedos justo en los pliegues de la piel para evitar que las cicatrices se notaran demasiado, pero entonces una joven irrumpía para quitarle la navaja a la primera y comenzar a atender sus heridas... Nuevamente esa era yo, y la joven que me curaba era Brianna... No pude evitar relacionarlo con lo ocurrido después del funeral de Helena.
Muchos otros cristales mostraban a una niña hecha un ovillo en una esquina, llorando sin parar, la diferencia entre un cristal y otro era la edad de la niña, que otra vez era yo.
Por fin entendía algo, estos eran mis recuerdos, los cuales estaban bloqueados de mi mente activa para protegerme... Pero necesitaba saber de dónde había salido ese bloqueo y si en verdad era innato o alguien lo había puesto ahí.
Seguí avanzando a pesar de todo el dolor que me causaban estos recuerdos. Me acerqué a uno donde había una puerta medio cerrada, me vi acercándome y empujar suavemente la puerta, sólo para encontrar ante mí a mi padre en la cama con una mujer, y mi madre de pie junto a la cama apuntándoles con un arma. Comenzaban a gritar, forcejeaban y finalmente mi madre se daba un tiro en la cabeza... Me fui de nalgas cuando vi eso, no podía ser cierto, esto no había pasado, mis padres habían muerto en NY... A no ser que...
Corrí en medio de los cristales, buscando algo que me completara el esquema. Lo único que veía por todas partes era yo de niña llorando donde fuera, siendo bulleada en la escuela, en medio de discusiones familiares... Ya no podía con esto, era demasiado... Entonces la vi, la parte faltante de la historia... Era una boda, de mi padre con aquella otra mujer; no evité que una lágrima resbalaba por mi mejilla.
Me tiré boca arriba, tratando de poner las cosas en orden. Todo lo que había creído era una mentira, nunca viví en una familia organizada. Me pregunté si Brianna también tendría un bloqueo o si ella sería consciente de todo lo que siempre ocurrió y debido a eso siempre me cuidaba tanto... No tenía fuerzas para levantarme de donde estaba, quise quedarme dormida y morir justo ahí, habría sido interesante ¿no? Muerta dentro de mi propia mente. Mejor de lo que hubiera esperado.
Era hora de salir de ahí, ya no lo soportaba. Iría al área de recuerdos bonitos y le diría a Jean que hiciera algo para sacarme de mi propia mente... Estaba harta, quería romper en pedazos todos esos cristales y largarme lo antes posible. Me puse de pie y di media vuelta para comenzar a caminar, pero entonces una voz me detuvo, una voz jodidamente familiar.
-¿Te encuentras bien?- me di la vuelta y no podía creerlo, me cagué parada, era Loki con su casco dorado, su armadura, su capa verde y su báculo en mano, y al fondo se veía la ciudad de Manhattan -. Ven, dame la mano, tu hermana está a salvo... Por desgracia, tus padres no corrieron con la misma suerte- me ayudaba a levantarme, pero comenzaba a llorar; entonces posaba su mano en mi frente y yo caía noqueada.
¿Qué era todo esto? ¿De dónde había salido todo eso? Yo no había estado en NY durante el ataque chitauri, a no ser que... Ya no aguantaba, eché a correr fuera de ahí y al llegar al área de recuerdos bonitos comencé a gritar mientras giraba en busca de una señal cualquiera.
-¡Jean! ¡Jean, déjame volver! ¡Quiero salir de aquí!- al no haber respuesta me tiré de rodillas y luego de costado, terminando hecha nudo en posición fetal -. Por favor... Por favor, sácame de aquí.
Entonces desperté de repente, y brinqué en mi lugar al abrir los ojos y darme cuenta de que estaba en el mismo sitio que antes. Estaba agitada, de inmediato busqué a Loki, quien ya se encontraba sobre mí intentando calmarme.
-Ya todo está bien, se acabó. Katherin, todo está bien- al fijar mis ojos en los suyos, tomó mi rostro entre sus manos y limpió con los pulgares las lágrimas que comenzaban a resbalar por mis mejillas.
-Loki, fuiste tú.
-¿Qué? ¿De qué hablas, Katherin?
-El bloqueo... No nací con él, fue colocado... Por ti.

Lokison --- Terminada.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora