Del odio al amor

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Hola humanos :) les gusta Pietro? A mí sí, pero no le digan nada a Loki, shhh. Como lo prometí, hoy les presento su historia de amor :3

《Flashback》
-Qué bueno que te decidieras a trabajar un tiempo con nosotros para saldar tu "deuda".
-Rogers, déjame olvidarlo. De eso ya pasaron 4 años, creo que merezco al menos que me dejen en paz un rato; siempre me están recordando que fue una idiotez. Y no se crean tan privilegiados como para hacerles un espacio en mi agenda, en la agencia tengo el turno matutino; por eso me di un espacio por la tarde.
-Lo lamento, Kat, pero hicimos mucho para evitarte problemas legales- comenzó a hablar sin parar sobre la rectitud y el enorme favor que me habían hecho con el asuntito de Deadpool, blablabla.
-Vale anciano, ¿qué voy a hacer aquí?
Sacó del bolsillo una tarjeta y la puso enfrente de un lector junto a una puerta, haciendo un Beep. Al abrirse vi un amplio cuarto con cosas puntiagudas por todas partes.
-Vas a arreglar las armas y demás en la salón de entrenamiento para cuando las necesiten y cuando las dejen... Quizá debas entregarles algunas durante su entrenamiento.
-Cool, ¿puedo usarlas?
-No.
-Aburrido, ¿van a entrenar aquí Stark, Banner, Thor, tú?
-No, aquí entrenan los gemelos y Visión, son demasiado poderosos como para dejarlos entrenar en cualquier parte; aquí las paredes están diseñadas para contenerlos. Buena suerte, e intenta no cortarte con las armas, niña- salió del lugar y yo me quedé encerrada.
-E intinti ni cortirte con lis irmis, niñi... Cómo lo odio. Bien, al menos esto es cool.
Comencé a organizar las pesas y los discos de la sección de peso libre en el gimnasio, luego seguí con los arcos y las flechas, las armas con sus respectivos cargadores, gracias Wade; los cuchillos y las dagas en sus estuches y las espadas, mazos, púas y lanzas sobre los clavos en las paredes... A decir verdad eso parecía una armería de la edad media, ¿quién usaría un mazo en una batalla donde te apuntaban con una mira láser?
-Conque eres la nueva- me giré rapidamente al escuchar una voz, del suelo había emergido el tipo de piel roja y traje verde, Visión.
-Hola, ehhh. Sólo estoy organizando las cosas, no soy parte del equipo. Digamos que debía un favor a Fury y me mandó a arreglar las cosas aquí- recogí un estuche que había dejado caer.
-Perdedora- escuché decir. Levanté la mirada y miré al androide.
-¿Disculpa?
-No fui yo- se excusó Visión.
-Fui yo- algo me chocó el hombro y me empujó hacia un lado, haciendo que soltara de nuevo el estuche, pero antes de que éste tocara el piso, ya estaba en la mesa de atrás.
-¿El gemelo?- Visión asintió.
-Veo que me conoces, primor, pero claro que todos me conocen- y ahí estaba ese tipo de cabello blanco y acento chistoso, maldito extranjero arrogante.
-Pietro, no la molestes. Mira la cara de aversión que te ha puesto con 30 segundos de conocerte- dijo una pelirroja entrando a la sala de entrenamiento; ella se veía normal, ¿qué hacía ahí? ¿Era una cambiante, una espía o una telépata? -. Tú debes ser Katherin. Yo soy Wanda, él es Visión y creo que ya conociste a mi hermano mayor Pietro.
-¿No eran gemelos?
-Soy mayor por doce minutos- explicó él, le dirigí una mirada agria, no me caía nada bien y tendría que soportarlo hasta que Fury se cansara de tenerme ahí.
-Como digas. ¿Y yo que hago mientras entrenan, me quedo observando lo increíblemente poderosos que son?
-Me gustas, no todos saben reconocer a alguien poderoso cuando lo ven.
-También reconozco a los patanes arrogantes en cuanto comienzo a hablar con ellos, incluso cuando tienen un acento extranjero- escupí, no podía con él. Tensó la mandíbula y suspiró resignado.
-Vamos Pietro, hay que entrenar- Wanda lo jaló del brazo y lo alejó de mí.
-Quédate lejos, podrías hacerte daño, primor- y me guiñó el ojo, yo puse los míos en blanco y me fui a sentar en una esquina.

***

Una semana después llegó un nuevo cargamento de armas y después de un entrenamiento cargadores y armas estaban mezclados por todos lados. Los organicé con sus respectivos equipos o al menos como pensaba que iban, había muchas armas que Wade no me había enseñado a usar.
-Lo estás haciendo mal- dijo Pietro llegando de la nada, se recargó en la pared detrás de donde organizaba las armas, estaba comiendo una manzana y masticaba despacio.
-¿Vienes sólo a joderme?- dije sin dejar de lado mi tarea.
-No. No quiero molestarte.
-Entonces largo.
-Realmente he hecho que me detestes, ¿no es cierto?
-Vaya, creo que no eres tan idiota como pensé- tomé mi bolsa y me dirigí a la puerta.
-¡Espera! Por favor- corrió y me cerró el paso.
-¿Sabías que soy espía, asesina y experta en artes marciales? Y psicóloga, en caso de que necesites desahogar tus penas. Así que muévete o te haré daño.
-Sé todo sobre ti, te investigué... Es sólo que me he portado así porque Wanda se preocupa por mí.
-¿La clásica hermana celosa?
-Algo así. La última vez que me gustaba una chica estuve a punto de morir por salvar a su hermano menor, cuando fue lo de Ultron. ¿Gustas manzana?
Sonreí y mordí la fruta en una parte donde no había mordido él aún. Compartir una manzana con otros no era lo que acostumbraba, pero no me molestaba.
-Steve me ha dicho todo; bueno, a mi hermana y ella a mí. Es ella quien sale con Rogers.
-¿Tu hermana es la chica de Rogers? Bueno, no importa. El punto es que quiero disculparme por portarme así contigo, es sólo que no quiero que Wanda piense que me pondré en peligro sólo por un crush... Ya sabes.
-Está bien, no es que la gente quisiera arriesgar su vida por mí, soy una persona común.
-No lo eres, eres muy diferente- nos quedamos en silencio, nuestras miradas se cruzaron y sentí el calor de su mirada -. Bueno, estabas arreglando las armas y te dije que estaba mal, ¿me dejas mostrarte?
-Seguro- sonreí de lado -, en tanto me consigas una manzana igual de rica como esa.
-Lo siemto, era la última- se encogió de hombros.
-Jódete- sonreí.
-Pero podemos ir al supermercado por comida, hay algunas cosas que faltan en la alacena- alzó las cejas y sonrió de lado -. ¿Qué dices, Srita. Logan?
-Dime Kat.

***

>Si lo que quieres es ligarme, no estás siendo nada claro.
-He pasado mucho tiempo con Stark como para distinguir el sarcasmo.
Habíamos estado saliendo de vez en cuando después de que yo arreglara las cosas del salón de entrenamiento. Yo no lo consideraba como tal citas porque usualmente me acompañaba a comprar comida pero había una que otra salida al cine o a tomar un café, como si el tipo necesitara cafeína para activarse.
-No, de verdad no está muy claro. Tal vez deberías decirme si te gusto, porque te aviso que hay un tipo en mi trabajo de la tarde que me coquetea- lo miré de reojo y lo vi sonreír; era obvio que me refería a él, pero quería ver si captaba las cosas.
-Eres una mujer hermosa, no dudaría que fuera cierto. ¿Él te gusta?
-En realidad no lo tolero, suele ser molesto y su hermana es una bruja celosa- él soltó una carcajada y me tomó de la mano con discreción como usualmente hacía creyendo que no me daba cuenta de ello -. Pero ambos me caen bien. Él es un tanto guapo y es peculiar. ¿Y tú qué tal? Seguro traes a varias chicas babeando por ti.
Se detuvo y me obligó a voltearme a verlo.
-Algunas, sí. Pero ninguna que me importe, salvo una.
-Seguro es muy afortunada y hermosa si captó tu ojo.
-Sí lo es, pero yo me sentiría más afortunado si ella me mirara como deseo que lo haga. Quiero que ella me quiera.
-¿Qué te hace pensar que no te quiere?
-Porque recién la conocí fui un patán con ella y suelo serlo cuando mi hermana está cerca, y aunque desde un inicio le dije a la chica que me gustaba, ella pensó que sólo la estaba jodiendo.
-Sí, seguro pensó eso.
Para entonces ya tenía su brazo rodeando mi cintura y con la otra mano acariciaba mi mejilla. Una mano la tenía apoyada en su brazo duro bajo el tacto y con la otra quité un mechón de su frente.
-Kat...
-Pietro...
Momentaneamente se desapareció y al volver tenía una rosa en la mano, la cual me ofreció, haciéndome sonreír nerviosa. Se acercó a mí y cerré los ojos, sólo sentí su aliento contra mi rostro y abrí los ojos de nuevo. Tenía que agacharse para estar a mi altura, por lo que yo veía perfectamente sus ojos plantados en mí.
>Perdón, yo...
-Si vas a besarme hazlo ahora antes de que me vaya.
-¿Quién dice que quiero besarte?- alcé una ceja e incliné la cabeza hacia atrás, él suspiró derrotado -. Te detesto.
Sus labios se plantaron sobre los míos, enviando un cosquilleo por todo mi cuerpo. Solté mi bolso y me fundí en un abrazo con él. ¿Por cuánto tiempo reprimió su deseo de besarme y tenerme entre sus brazos? Por la forma en que me sostenía contra su cuerpo supe que por varias semanas.
-"¿Quién dijo que quiero besarte?"- lo arremedé.
-¿Qué importa?- murmuró contra mis labios y volvió a poseerlos con avidez.

***

-Y en el diagrama podemos ver la parte reprimida de nuestra personalidad, es donde moran nuestros más oscuros y primitivos deseos.
-Podría escucharte hablar de la cosa que parece un huevo por horas.
-No es un huevo, es el diagrama de Freud.
-Parece un huevo.
-Como digas. Ni siquiera sé por qué de repente te interesaste por lo que hago. No parece interesarte mucho.
-Claro que sí, pero es muy difícil.
-Es lo básico. Ni siquiera te he comenzado a hablar de mecanismos de defensa o de condicionamiento...
-Está bien, no tienes que explicármelo- sonreí y me acurruqué en sus brazos.
-Yo podría quedarme aquí todo el día- se inclinó hacia mí y me besó suavemente, poniendo sus manos detrás de mi cuello y otra en mi abdomen.
-Entonces, lo que quiero hacerte- dijo moviendo sus dedos por mi abdomen hasta el punto medio entre mis senos -, ¿es mi más primitivo deseo?
Me tomó por la cintura y me alzó de la silla, yo enrollé mis piernas a su cuerpo y luego me sentó en el escritorio. Depositó besos en mi cuello, causándome escalofríos y yo me aferré a su cuello... Pero entonces lo separé de mí.
>Mi subconsciente me ordena que te haga cosas- murmuró corriendo su dedo por la hilera de botones de mi blusa.
-Aprendes rápido, y espero que entiendas que yo seré tu represión porque no tendré relaciones contigo.
-¿Temes que pueda gustarte?- me guiñó el ojo.
-No, sólo no quiero.
-Oh ya, vírgen hasta el matrimonio, ¿no es cierto?- susurró en mi oído y bajó sus manos hasta mi cadera.
-A la mierda con eso, pero no lo quiero, no es mi tiempo.
-De acuerdo, mi amor- dijo besándome la frente -. Lo que tú digas.
-No te molestes, Pietro- murmuré cuando se dio vuelta y se puso su chamarra para irse.
-No estoy molesto. Te amo y no te voy a forzar a nada, mi vida- se inclinó hacia mí y me besó lentamente -. Me conformaré con imaginarte desnuda.
-¡Pervertido mierdero!- chillé queriendo pegarle un puñetazo pero corrió al otro lado de mi habitación, riendo de mi rostro enrojecido. Me bajé de la mesa y al momento siguiente ya tenía en sus brazos, cargándome como a una princesa.
-Te amo tanto.
-Y yo a ti, aunque pienses que el diagrama parece un huevo.
-Es porque lo parece.
-De acuerdo, será un huevo.

Seguramente se están preguntando por qué Kat dejó a Pietro si él es tan lindo a pesar de todo, ya lo sabrán después, no les arruinaré la sorpresa ;D
En fin, déjenme comentarios acá abajo, no olviden votar y síganme, hay capítulo nuevo cada tercer día :)
Los quiero humanos, bye.

Lokison --- Terminada.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora