Visiones

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Loki resultó ser una persona bastante interesante: le gustaba la música clásica (era de esperarse (me pregunté si sabía bailar valz)), tocaba el piano, el violín y el violonchelo, su género literario favorito era la fantasía, en películas amaba las de ciencia ficción y le gustaba pescar, supuestamente como deporte, aunque personalmente yo nunca lo había considerado como tal, más bien lo veía como un hobbie... Era muy interesante, estaba conociendo al hombre detrás del monstruo.
-Tus gustos son interesantes, Loki. Pensé que eras más aburrido.
Rió entre dientes, su sonrisa cruzando el rostro que tiempo antes había estado tan afligido.
-¿Qué me dices tú? ¿Te gusta algo o eres igual de fría en todos los aspectos de tu vida?
Pensé en decirle algo como "me gusta una sola cosa, y eres tú", pero en definitiva no era lo mejor.
-Bueno, en música me gusta mucho el metal, en varios de sus subgéneros.
-No pareces alguien que escuche esa música.
-No eres el primero que me lo dice. Entenderme con mi hermana y con Vanessa fue difícil, pero supimos brincar juntas esos obstáculos.
-¿Deportes?
-Extremos y de contacto, también la natación.
-Uhhh, chica ruda.
-Me encanta la adrenalina.
-¿Y tocas un instrumento?
-Guitarra, batería, bajo, flauta y teclado.
-Impresionante... Eres impresionante.
-Bueno, no los domino pero al menos sé un poco.
-¿Películas?
-Ciencia ficción, definitivamente. También me encantan las de fantasía.
-A mí me gustan las cosas sobre fantasía solamente para mofarme de cómo los humanos creen que todo eso es falso. Piensan que son los amos del universo cuando no son nada en comparación de otras civilizaciones.
Eso dolió un poco.
-De pequeña creía que todo era real y a la vez falso, luego comencé a saber de asuntos paranormales y sobre avistamientos de alienígenas y demás, y entonces pensé que era egoísta creer que éramos los únicos en todo el universo o que los humanos somos la única especie del planeta.
-Así que crees en todo eso, cero escéptica.
-Se podría decir que acepto que pueden haber otras especies pero no pienso reconocer su existencia hasta verlos con mis propios ojos.
-Así que reconoces que los dioses nórdicos existen porque me haz visto.
-En realidad... Sí, pero siempre supe que eran verdaderos... Lo sé, siempre pude sentirlos.
-¿Sentirlos?- había despertado su interés, me miró curioso, con hambre de respuestas.
-Tal vez debería dejarlo por la paz, es una estupidez.
-Katherin ahora deberás decirme.
-Pero...- me miró fijamente y supe que no iba a poder mentirle-. Está bien, cuando niña mi madre nos dijo a Brianna y a mí que habían personas sensibles a estímulos sobrenaturales, cosas que otros no podían ver. Dijo que padre tenía la habilidad de hablar con los muertos y verlos; al inicio no le di importancia, pero después de su muerte, mientras estudiaba como psicópata, en mis ratos libres investigué sobre el tema que me pareció interesante en ese momento. Había cosas sobre posesiones, avistamientos de fantasmas, entre otras... Y la reencarnación, sabía su significado pero no realmente lo que involucraba... No lo relacioné de inmediato con mi ser, hasta que los sueños comenzaron a ser más frecuentes y más reales cada vez.
-¿Sueños?- estaba tan interesado que básicamente lo tenía encima de mí.
-Es sobre un árbol a través del cual me desplazo sobre un arcoiris, que me lleva directo a una ciudad dorada, de muros incompletos. Hay una construcción cuyo techo parece hecho de oro y apenas se ve la punta. Un hombre dice mi nombre y al girar me dice que es el rey Gylfi y que nos encontramos en la ciudad de los Aesir. Hay cuerpos volado sobre nosotros y parece que tienen plumas de cisne; también después de eso, me veo con un vestido de novia en un altar cuando comienzan a atacar la ciudad y de pronto estoy muerta, me veo muerta... Investigué sobre los Aesir y sobre el rey Gylfi, ambos son parte de tu mitología Loki, hablaba de Asgard, yo estaba en Asgard. Aunque no entiendo qué tiene que ver mi muerte y mi ropa.
-¿Sólo por eso consideras que los haz sentido?- en su voz noté un tono de extrañeza.
-No, cuando siento que he despertado, me miro y uso ropa que parece de la realeza, pero cuando trato de levantarme y mirarme en el espejo, todo desaparece y estoy en mi cama, y nunca nada ocurrió... De igual manera hay otro sueño que no recuerdo con claridad, es sobre un mundo de hielo. No hay nadie, sólo observo.
-No puede ser...
-¿Qué?
-Katherin- suspiró, tomó mis manos y me miró -. ¿Me permitirías entrar a tu mente? Creo que sé a que se deben tus visiones, y tiene que ver con lo que investigaste. Prometo no hacerte daño.
-Yo nunca dije que eran visiones.
-Pero es lo que son, frecuentemente los mortales confunden las visiones con sueños pero en realidad son cosas de la memoria que la persona no recuerda.
-El inconsciente es reprimido- susurré mirándolo.
-Así es- contestó -. ¿Me permites?
Respiré hondo y asentí lentamente.
>Trata de mantener tu mente despejada y no te angusties, esto podría doler un poco, pero no debe lastimarte.
Me miró fijamente con los ojos muy abiertos, traté de sostenerle la mirada pero al final cerré los ojos. Sentí cómo algo se metía entre mis ideas y comencé a sentir mucho sueño, pero de la nada un dolor punzó en mi cabeza y me puso alerta.
>Tranquila, he entrado a tu mente, por eso te alteraste.
Lo soporté, respiré agitadamente como si estuviera corriendo, pero mi cuerpo se sentía cansado.
-¡Basta, por favor!- murmuré mientras una lágrima resbalaba por mi mejilla -. Duele mucho.
-Resiste Katherin, ya casi estoy ahí.
Comencé a ver mis sueños, todos ellos se sentían tan reales, la escena final que vi fue cuando moría, y sentí un dolor espantoso en el torso, como si algo me hubiese atravesado.
-¡Ahhh!- gritamos al unísono. Él respiró rápidamente y su mirada estaba perdida, se veía sorprendido pero al momento siguiente se recuperó.
Por mi parte me encogí en el sillón y ahogué mi llanto.
>Dijiste que no me harías daño.
-No fui yo, fue tu mente. Impidió que llegara más allá. Tu mente tiene un bloqueo innato, por eso es difícil. El problema es que al repeler mi intrusión, nos lastimó a ambos.
Lo miré de pies a cabeza y de nuevo al piso.
>Lo lamento en serio, no era mi intención hacerte daño. Es sólo que nunca había sabido de una mortal con un bloqueo innato en la mente, y mucho menos pensé que tú fueras el caso.
-No vuelvas a hacerme esto- murmuré.
-Perdóname- se acercó a mí y me rodeó con sus brazos. Percibí su aroma, su loción de maderos, su corazón latiendo velozmente al ritmo del mío, y sus manos cuidadosas me protegieron momentáneamente -. En verdad lo siento.
Había anhelado ese momento por tanto tiempo y ahora me sentía demasiado muerta como para gozarlo, vaya vida me esperaba.
-¿Cuánto tiempo falta?
-Algo, trata de dormir un poco, eso hará que te sientas mejor.
Recuerdo haber dicho su nombre antes de perder la consciencia y sumirme en un doloroso y pesado sueño del cual no podía despertar. Vi a mis padres morir durante el ataque en Nueva York, y a Loki comandando a los Chitauri, y al equipo de S.H.I.E.L.D. defendiendo la ciudad. Sentí en carne propia el dolor de todas aquellas víctimas. También vi cómo Loki se burlaba de mí y luego me apresaba con fuerza y brusquedad para luego desgarrarme la ropa y tomarme violentamente. Mi deseo más profundo se volvía mi temor más grande y mi desgracia... ¿Quién me aseguraba que no seguía siendo el mismo de antes? Comencé a dudar sobre mi decisión pero ahora sólo me quedaba ser fuerte y enfrentarlo con la cabeza en alto, como siempre lo había hecho. Pero si mis visiones eran hasta cierto punto reales, ¿acaso esta sería verdadera?

Lokison --- Terminada.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora