Capítulo 1

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Venus tomo su maleta y salió de su habitación dejando todo arreglado, a partir de ahora ella volvería con su hermano todos los años al finalizar el curso. Bajo las escaleras y al llegar al piso de abajo vio a Charlie que la esperaba, se suponía que esa noche Charlie solo la iría a dejar y volvería a casa, ya que había pasado demasiado tiempo fuera de su trabajo, tenía que recuperar el tiempo perdido.

Así que solo iría a dejar a Aluminé a la casa de Sirius y de ahí se volvería a Rumanía. Ambos entraron a la chimenea y un segundo después estaban en una casa.

Una casa en la que parecía que había muerto alguien, escucho un ruido sibilante y suave; entonces unas lámparas de gas totalmente pasadas de moda volvieron a la vida a lo largo de las paredes, arrojando una parpadeante y escasa luz sobre el despegado papel de la pared y la raída alfombra durante un rato.

Había un oscuro corredor que apenas estaba iluminado por una luz tenue que reflejaba una tela de araña del techo y algunos marcos de unos retratos ennegrecidos por los años y colgaban torcidos por las paredes.

Venus escuchó algo detrás del rodapié. El sonido de unos rápidos pasos y un señor de cabello negro hasta el hombro y una barba tupida, salió de una puerta situada al final del vestíbulo.

Su sonrisa era para dar la bienvenida, corrió hacia donde se encontraban dando una abrazo fraternal a Charlie.

-Hombre, Charlie.

-¿Qué tal va todo Sirius?

-Mejor de lo que esperaba.- dijo y enseguida reparo en Venus.- Hola, señorita Venus.

-Hola.

- Te mostrare donde te quedaras, Dumbledore me pidió que les dejara una habitación solo para Hermione y para ti. Espero que no te moleste.

-No hay problema.

Sirius la guió por el vestíbulo hasta llegar a las escaleras, con cuidado la ayudo con su maleta y ambos emprendieron su camino hasta el segundo piso pasaron por una, dos, tres puertas antes de llegar al final de pasillo.

"Regulus A. Black"

Rezaba la puerta que Sirius abrió para ella. La habitación se encontraba tirada, cajones fuera de lugar, la cama desatendida y ropa en el suelo y sobre la cama.

-Espero que no te moleste el desorden... era de mi hermano Regulus... él era el más pequeño y era el favorito de mamá. Fue un mortifago...

-Tranquilo, está bien. No tienes que darme explicaciones. Y yo la arreglare antes de que llegue la señorita sabelotodo.

-La limpieza puede esperar, esto no. Dumbledore cree que eres la mejor candidata para saber la historia de los Black. Así que te llevare al salón del árbol genealógico.

Sirius la guió una vez más hasta el vestíbulo en donde Charlie los esperaba, se despidieron de él y en menos de lo que esperaban se quedaron solamente ellos dos en la enorme casa. Después de un momento observando la chimenea por donde se había ido Charlie, Sirius llevó a Aluminé a una recamara que, al igual que las demás estaba llena de polvo.

Todas las paredes estaban llenas de rostros, obviamente se veía muy viejo, aunque el hilo dorado con el que había sido bordado aún brillaba bastante como para saber que lo que estaba ahí era un árbol familiar muy, pero que muy antiguo. En grandes palabras arriba del todo del tapete se leía: La Muy Noble y Antigua Casa Black.

-Tú no estás ahí.- observo Aluminé.

-Yo estaba allí- contesto Sirius, apuntando un agujero pequeño, redondo, carbonizado, parecía una quemadura de cigarro.- Mi vieja y dulce madre me destruyó después de que yo huyera de casa.

La Promesa De Una WeasleyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora