Capítulo 155

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 La Profecía permanecía milagrosamente entera en su mano izquierda, su varita  agarrada firmemente en la derecha. Retrocedió, mirando a su alrededor, tratando de mantener a todos los mortífagos a la vista. Sus pies tocaron contra algo sólido: había llegado a la tarima sobre la que el arco de piedra estaba. Subió hacia ella junto con Venus y Alec.

Todos los mortífagos se detuvieron, mirándole fijamente. Algunos estaban jadeando tan fuerte como él. Uno sangraba de forma grave; Dolohov, libre de la maldición paralizante, le miraba de reojo apuntándole con la varita a la cara. 

— Potter, se acabó tu huida.— Pronunció lentamente Lucius Malfoy, sacándose la máscara.— ahora dame la Profecía como un buen chico.

 — ¡Deja... deja a los otros marcharse, y te la daré!— dijo Harry desesperado. Algunos mortífagos rieron. 

— No estas en posición de regatear, Potter— dijo Lucius Malfoy, su pálido rostro lleno de placer.— Ya ves, hay diez de nosotros y ustedes son solo tres... ¿o no te ha enseñado Dumbledore a contar?

— ¡Ellos no eftan folof!— gritó la voz de Neville sobre ellos. — ¡Todavía me tienen a mi!

 El corazón de Harry parecía hundirse: Neville bajaba por los bancos de piedra hacia ellos, la varita de Hermione apuntando en su temblorosa mano. 

— Neville. No... vuelve con Ron...

— ¡STUBEFY!— gritó otra vez Neville, apuntando con la varita a cada mortífago en orden— ¡STUBEFY! ¡STUBE...!

Uno de los mortífagos más grandes levantó a Neville por detrás, amarrándolo por los brazos y separándolos. Él se retorcía y daba patadas, mientras varios de los mortífagos reían. 

— Este es Longbottom, ¿no?— sonreía Malfoy con desprecio. — Bueno, tu abuela está acostumbrada a perder miembros de su familia por nuestra causa... tu muerte no será un gran trauma.

— ¿Longbottom?— repitió Bellatrix, y una auténticamente malvada sonrisa ilumino su fantasmal rostro. — Vaya, he tenido el placer de conocer a tus padres, muchacho.

— ¡LO FE!— rugió Neville, y comenzó a rebelarse tan fuerte contra sus captores que el mortífago grito 

— ¡Que alguien lo aturda! 

— No, no, no.— Dijo Bellatrix. Parecía transportada, más viva que nunca con la emoción mientras miraba a Harry, y luego a Neville. 

— No, veamos cuanto aguanta Longbottom antes de derrumbarse como sus padres... a no ser que Potter nos de la Profecía. 

 —¡NO FE LA DEF!— gritó Neville, que parecía fuera de sí, dando patadas y revolviéndose mientras Bellatrix se acercaba más a él y a su captor, con su varita alzada. 

— ¡NO FE LA DEF, HARRY!— Bellatrix levantó su varita. 

— ¡Crucio!— Neville gritó, sus piernas se levantaron hasta su pecho, de forma que el mortífago que lo sujetaba perdió el equilibrio. El mortífago lo soltó y él cayó al suelo, retorciéndose y chillando en agonía. — ¡Eso solo era una prueba!— dijo Bellatrix, apartando su varita de forma que los gritos de Neville se detuvieron y el permaneció tirado a sus pies sollozando. Ella se giró y miró a Harry. — Ahora, Potter, danos la Profecía, o mira a tus pequeños amigos morir de la forma más dura!— Harry no tenía que pensárselo: no había opción, habian tomado por sorpresa a Venus y Alec por la espalda y ahora si estaba indefenso.

La Profecía estaba caliente con el calor de su mano cuando la mostraba. Malfoy se acercó cogerla. Pero entonces, en lo más alto de la sala sobre ellos, dos puertas más se abrieron y cinco personas entraron en la sala: Sirius, Lupin, Moody, Tonks y Kingsley. 

 Malfoy se giro y alzó su varita, pero Tonks ya había lanzado un hechizo aturdidor hacia él. Harry no esperó a ver si el hechizo hacía contacto, y aprovecho para alejarse de la tarima. Los mortífagos estaban completamente distraídos con la aparición de los miembros de la Orden, que lanzaban una lluvia de hechizos hacia ellos mientras bajaban escalón a escalón hacia el fondo de la sala.  Aprovechando la distraccion Venus le dio un pisoton, provocando que la soltara. 

Lanzo un hehizo al que sujetaba a Alec y se unieron a Potter, lo más importante era protegerlo a él. A través de los cuerpos lanzados, de los flashes de luz, Harry podía ver a Neville arrastrándose. Esquivó otro chorro de luz roja y se tiró por el suelo para llegar hasta Neville. Venus cuidaba sus espaldas y desviaba los maleficios que iban dirigidos a Potter.

*-*

En otro lugar algo alejado tres guardianas y un viejo muy inteligente, terminaban su misión. Cuando él se quedo dormido hicieron los encantamientos adecuados para evitar que algo malo sucediera. 

Cuando llegaron hasta el lugar invocadas por Venus, las tres guardianas se sorprendieron al ver a Sirius ahí, peleando con los mortifagos tratando de salvar a Potter de la muerte. Venus las volteo a ver a las tres guardianas, su expresión mostraba confusión. Se suponia que él no debia estar aquí.

Fue cuando ellas cayeron en cuenta, de que  o habían hecho todo bien, o todo había resultado fatal y estaban esperando alguna tragedia.

La Promesa De Una WeasleyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora