Capítulo 34

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Si  quieren doble capítulo el día de hoy, la meta a cumplir son 30 estrellas y 20 comentarios. Disfruten de la lectura. Los amo <3


La profesora Umbridge, con una amplia sonrisa en los labios, le dio la espalda. Harry, Alec, Astrid y Hermione levantaron también las manos inmediatamente. La profesora Umbridge miró un momento a Harry con sus ojos saltones antes de dirigirse de nuevo a Hermione.

— ¿Sí, señorita Granger? ¿Quiere preguntar algo más?

—Sí —contestó ella—. Es evidente que el único propósito de la asignatura de Defensa Contra las Artes Oscuras es practicar los hechizos defensivos, ¿no es así?

— ¿Acaso es usted una experta docente preparada en el Ministerio, señorita Granger? —le preguntó la profesora Umbridge con aquella voz falsamente dulce.

—No, pero...

—Pues entonces me temo que no está cualificada para decidir cuál es el «único propósito» de la asignatura que imparto. Magos mucho mayores y más inteligentes que usted han diseñado nuestro nuevo programa de estudio. Aprenderán los hechizos defensivos de forma segura y libre de riesgos...

— ¿De qué va a servirnos eso? —Inquirió Harry en voz alta—. Si nos atacan, no va a ser de forma...

— ¡La mano, señor Potter! —canturreó la profesora Umbridge.

Harry levantó un puño. Una vez más, la profesora Umbridge le dio rápidamente la espalda, pero otros alumnos también habían levantado la mano.

— ¿Su nombre, por favor? —le preguntó la bruja a el chico moreno de Adivinación.

—Dean Thomas.

— ¿Y bien, señor Thomas?

—Bueno, creo que Harry tiene razón. Si nos atacan, no vamos a estar libres de riesgos.

—Repito —dijo la profesora Umbridge, que miraba a Dean sonriendo de una forma muy irritante—: ¿espera usted ser atacado durante mis clases?

—No, pero...

La profesora Umbridge no le dejó acabar:

—No es mi intención criticar el modo en que se han hecho hasta ahora las cosas en este colegio — explicó con una sonrisa poco convincente, estirando aún más su ancha boca—, pero en esta clase han estado ustedes dirigidos por algunos magos muy irresponsables, sumamente irresponsables; por no mencionar —soltó una desagradable risita— a algunos híbridos peligrosos en extremo...

—Si se refiere al profesor Lupin —saltó Dean, enojado—, era el mejor que jamás...

— ¡La mano, señor Thomas! Como iba diciendo, los han iniciado en hechizos demasiado complejos e inapropiados para su edad, y letales en potencia. Los han asustado y les han hecho creer que podrían ser víctimas de ataques de las fuerzas oscuras en cualquier momento...

—Eso no es cierto —la interrumpió Hermione—. Sólo nos...

— ¡No ha levantado la mano, señorita Granger!

Hermione la levantó y la profesora Umbridge le dio la espalda. Por lo que Venus creyó que sería una buena idea intervenir, no le agradaba lo que esa vieja loca estaba diciendo y mucho menos que se metiera con sus amigos. Así que levanto la mano y por pura casualidad la maestra le dio la palabra.

— ¿Si? Señorita Weasley

—Gracias por permitirme la palabra profesora Umbridge, iré al punto porque sé que no tiene el tiempo para comentarios inútiles. Deje que le diga que yo estudiaba en Beauxbatons, y la materia que usted imparte, allá la daba un profesor que ya era mayor. Y muy aburrido y déjeme decirle que... Él daba mejor su clase que usted y no digo que este vieja, ósea si esta, pero no se lo tome personal es solo mi opinión, pero él con 96 años daba su clase más entretenida. Y espero que le importe, porque si no lo sabe yo se lo diré, allá afuera hay muchos peligros, que aunque no lo crea, nos incumben, y no hablo de lo que usted cree, hay demasiados mortifagos libres que en cualquier momento nos podrían atacar, ¿y cómo nos vamos a defender? ¿Con los apuntes y las lecturas que usted nos dé? A no, ya sé con la pluma hacemos un resumen y ya, los malos se irán huyendo por nuestra excelente caligrafía y ortografía.

Algunos alumnos se rieron por lo último que dijo la rubia y la profesora se puso roja del coraje, sin embargo aquella horrible sonrisa seguía estando ahí.

—Para la próxima ocasión, señorita Weasley guarde su opinión, ahora tengo entendido que mi predecesor no sólo realizó maldiciones ilegales delante de ustedes, sino que incluso las realizó con ustedes.

—Bueno, resultó que era un maniaco, ¿no? —terció Dean acaloradamente—. Y aun así, aprendimos muchísimo con él.

— ¡No ha levantado la mano, señor Thomas! —Gorjeó la profesora Umbridge—. Bueno, el Ministerio opina que un conocimiento teórico será más que suficiente para que aprueben el examen; y al fin y al cabo para eso es para lo que vienen ustedes al colegio. ¿Su nombre? —añadió mirando a Parvati, que acababa de levantar la mano.

—Parvati Patil. Pero ¿no hay una parte práctica en el TIMO de Defensa Contra las Artes Oscuras? ¿No se supone que tenemos que demostrar que sabemos hacer las contramaldiciones y esas cosas?

—Si han estudiado bien la teoría, no hay ninguna razón para que no puedan realizar los hechizos en el examen, en una situación controlada —explicó la profesora Umbridge quitándole importancia al asunto.

— ¿Sin haberlos practicado de antemano? —Preguntó Parvati con incredulidad—. ¿Significa eso que no vamos a hacer los hechizos hasta el día del examen?

—Repito, si han estudiado bien la teoría...

— ¿Y de qué nos va a servir la teoría en la vida real? —intervino de pronto Harry, que había vuelto a levantar el puño.

La profesora Umbridge lo miró y dijo:

—Esto es el colegio, señor Potter, no la vida real.

— ¿Acaso no se supone que estamos preparándonos para lo que nos espera fuera del colegio?

—No hay nada esperando fuera del colegio, señor Potter.

— ¿Ah, no? —insistió Harry. La rabia que sentía, que parecía haber estado borboteando ligeramente durante todo el día, estaba alcanzando el punto de ebullición.

— ¿Quién iba a querer atacar a unos niños como ustedes? —preguntó la profesora Umbridge con un exageradísimo tono meloso.

—Humm, a ver... —respondió Harry fingiendo reflexionar—. ¿Quizá... lord Voldemort?

Ron contuvo la respiración, Lavender Brown soltó un grito y Neville resbaló hacia un lado del banco. La profesora Umbridge, sin embargo, ni siquiera se inmutó: simplemente miró a Harry con un gesto de rotunda satisfacción en la cara.

—Diez puntos menos para Gryffindor, señor Potter —dijo, y los alumnos se quedaron callados e inmóviles observando tanto a la profesora Umbridge como a Harry—. Y ahora, permítanme aclarar algunas cosas. —La profesora Umbridge se puso en pie y se inclinó hacia ellos con las manos de dedos regordetes abiertas y apoyadas en la mesa—. Les han contado que cierto mago tenebroso ha resucitado...

—No sé si a lo que hicieron con él, se le puede llamar resucitación. — Dijo la rubia y le sonrió a Umbridge

— ¡No estaba muerto —la corrigió un Harry furioso—, pero sí, ha regresado!

—Señor-Potter-ya-ha-hecho-perder-diez-puntos-a-su-casa-no-lo-estropee-más —recitó la profesora de un tirón y sin mirar a Harry—. Como iba diciendo, les han informado de que cierto mago tenebroso vuelve a estar suelto. Pues bien, eso es mentira.

La Promesa De Una WeasleyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora