Capítulo 48

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Bueno, si quieren otro capítulo el día de hoy, la meta es la misma que la del capítulo anterior 50 estrellas y 40 comentarios. 

— ¡ICY! ¡Dijiste que era por aquí, ya nos volviste a perder! ¡Para la próxima vez detienes a una sirena y le preguntas! ¿Tan difícil es aceptar que te perdiste?

¡Que no estoy perdida! Tan solo di una vuelta en el lugar equivocado

—Te perdiste, y a mi contigo.

Si claro, como digas.

...

— ¿Ya llegamos?

No, aun no,

...

— ¿Y ahora ya llegamos?

Deja de ser infantil tan solo han pasado cinco minutos desde la última vez que preguntaste.

...

—Es muy aburrido, Icy dime que ya llegamos.

Bien, ya llegamos. Bueno, casi. Estamos a unos cuantos metros.

—Al fin.

Ambas chicas siguieron nadando, durante cinco minutos antes de que una especie de sirena se detuviera justo en frente de ellas.

—No pueden estar aquí, el gran Leviatán se encuentra furioso y no es bueno que anden por aquí.

Lo sabemos, y ella está aquí por una razón. Necesita llegar a la cueva del Leviatán, creemos que ella es la nueva dueña del Leviatán.

—Pero tendría que ser... ¿eres algo de Salazar Slytherin?

—La verdad no tengo idea, soy adoptada y no sé gran cosa de mi familia biológica.

—Bueno, me presentare antes que nada, soy Ashleen y soy la ninfa guardiana de esta área del mar, yo soy la que cuida al Leviatán junto a la gran Serpiente Cornuda, es nuestro deber mantenerlo tranquilo durante la transición de dueño. Así que si eres la nueva dueña es mi deber llevarte hasta él.

La ninfa las llevo nadando hasta donde un furioso Leviatán las esperaba, este se encontraba rodeado por un montón de sirenas, tritones y unos cuantos tiburones. El Leviatán les lanzaba mordidas y rugidos.

—Antes de que puedas tomar tu posición como dueña, debes ganarle en una batalla. Así el Leviatán te respetara y podrás reclamarlo como tuyo, mientras no le ganes una batalla él no te tomara enserio. ¿Estas lista para lo que viene?

—La verdad...— Venus estaba asustada y antes de responder salió nadando, sin embargo Icy fue más rápida y le bloqueo el camino.

No seas cobarde Venus.

—No lo soy

Demuéstrame que no lo eres.

—Te arrepentirás de decirme cobarde.

Con todas las agallas que Venus pudo reunir, se dispuso a nadar los pocos metros que le quedaban para estar frente a frente con el Leviatán.

-*-

—Gracias por atender mi recado y venir señorita Granger.

—No tiene nada que agradecer Dumbledore. He terminado mis deberes y no tengo más que hacer.

— ¿Recuerdas donde nos quedamos la última vez que nos vimos?

—En la captura de Danna y la desaparición del bebé.

—Supongo que sacaste tus propias conclusiones ¿no es así?

—Sí, de hecho estuve pensando demasiado. En las dos bebés. Y por lo que me dijo creo que he llegado a una conclusión.

— ¿Si? Dime a que conclusión llegaste

—Bueno, usted dijo que Venus no es una Weasley, por lo que estuve pensando mucho que tal vez, le mintieron a usted para que la mandara con ellos. Creo que Venus es la otra hija de los Potter...

—Podría ser cierto, pero estas equivocada. De momento no te diré quien es Venus en realidad. Lo sabrás, pero no ahora. Lo cierto es que, aquella otra hija de los Potter fue criada por Muggles. ¿No se te ocurre quien puede ser?

—No, la verdad no tengo idea.

—Entonces debes pensar un poco más, tal vez Harry esté más cerca de su hermana.

—Tal vez.

—Pero hoy no vienes a eso, te seguiré contando un poco más de lo que paso después. Como lo dije Danna estuvo en movimiento durante tres años. Buscando un buen hogar para la bebé que tenía. Durante ese tiempo claramente se encontró con muchos obstáculos. En este caso su único error fue que, cuando se enteró de la caída del Señor Tenebroso, corrió a la casa en donde él y su hija vivían.

<Desgraciadamente no contaba con que el padrino de la niña estuviera ahí, y mucho menos contaba con que la niña la tendría yo. Y por lo mismo no estaba en la casa Riddle. Así que aquella mañana yo tenía a la pequeña y justo ellos se aparecieron cuando la bebé estaba a punto de llorar. ¿Sabes quién la tranquilizo?

—Por supuesto su mamá.

—Para tu sorpresa no, no fue ella. Fue Severus quien la calmo y la niña se volvió a dormir. De hecho, he de admitir que pensé que él era su padre.

—Si él no es su padre. ¿Quién si lo es?

—Eso lo sabrás más adelante. 

La Promesa De Una WeasleyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora