Capítulo 68

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En esta ocasión lo que falto fueron comentarios, pero llegaron a la meta de votos así que no les negare un capítulo. 40 votos y 40 comentarios. 

—Feliz Navidad, —dijo George. —No vayan abajo por un rato.

— ¿Por qué no? — dijo Ron.

—Mamá está llorando de nuevo, — dijo Fred con dificultad, —Percy mandó de regreso su jersey de Navidad. Y peleo con Venus, ella le dijo cosas muy feas y le afecto mucho.

—Sin una nota, — agregó George. —No preguntó cómo esta papá ni lo visitó ni nada. Y Venus esta como fiera.

—Tratamos de consolarla, — dijo Fred, moviéndose alrededor de la cama para mirar el retrato de Harry. —Le dijimos que Percy no era más que una enorme pila de caca de rata. Y que es normal que Venus este así.

—No funcionó, — dijo George, sirviéndose una Rana de Chocolate. —Entonces Lupin se puso a cargo. Mejor dejarlo que la anime antes de bajar para el desayuno, yo considero.

—¿Qué se supone que es eso? — preguntó Fred, viendo la pintura de Dobby. —Parece un gibón con dos ojos negros.

— ¡Es Harry! —Dijo George, señalando la parte de atrás de la pintura, —¡eso dice atrás!

—Buen parecido, — dijo Fred, sonriendo.

Harry le tiró su nuevo diario de tareas; golpeó la pared contraria y cayó al piso donde dijo felizmente: 'Si has puesto los puntos de las "i" y has cerrado las "t" puedes hacer lo que quieras!'

Se levantaron y se vistieron. Podían escuchar a los varios habitantes de la casa diciéndose 'Feliz Navidad' el uno al otro. Bajando las escaleras, se encontraron con Hermione.

—Gracias por el libro, Harry, — dijo ella feliz. — ¡He estado deseando esa nueva teoría de Numerología para las edades! Y ese perfume realmente inusual, Ron.

-*-

Venus bajo a desayunar junto a Alec, ya era una costumbre que tenían desde que habían llegado a la casa, aunque los últimos días Venus se había estado encerrando en su habitación por los constantes dolores que le daban.

En la casa ya casi no la veían y de vez en cuando la escuchaban gritar por los intensos dolores que tenía, la primera vez que le había pasado, su madre llamo a Dumbledore muy preocupada.

Pero desgraciadamente para la rubia aquel viejo no pudo hacer nada por ella, y simplemente la dejo sola con su dolor.

— ¿Sigue mal?

—Los dolores aumentan cada hora...— Alec interrumpió su explicación por que un fuerte grito desde dentro de la habitación se escuchó—... está empeorando.

—No creo que podamos hacer mucho por ella.

—Esperemos que cuando llegue a su limite de maldad se le quiten los dolores.

— ¿Cuánto le falta?

—Un poco, solo un poco solo faltan las puntas de su cabello por cambiar de color, sus ojos ya están completamente rojos.

Aparte de Alec, Sirius, Remus y Molly una cuarta persona en la casa se preocupaba por la rubia, un pequeño pero gruñón elfo que se paseaba por toda la casa siempre sabía lo que pasaba.

Por lo que cada vez que nadie lo veía Kreacher se pasaba por el cuarto de Venus, entraba y veía como la chica sufría. Las personas decían que ese viejo elfo no tenía corazón; sin embargo no sabían que aquella rubia malcriada había logrado algo que casi nadie podía; se había ganado un lugar en el corazón de aquel elfo.

-*-

—Ningún problema, —dijo Ron. — para quién es, de todas formas? —agregó cabeceando, mirando el presente cuidadosamente envuelto que ella llevaba.

—Kreacher, —dijo Hermione brillantemente.

—Será mejor que no sean ropas! — Ron la advirtió. — sabes qué Sirius dijo: Kreacher sabe demasiado, ¡nosotros no podemos dejarlo libre!'

—No es ropa, — dijo Hermione, —aunque si tuviera, ciertamente le daría algo que usar a excepción de ese viejo trapo asqueroso. No, es un edredón del remiendo, yo pienso que aclararía encima de su dormitorio.'

— ¿qué dormitorio? —dijo Harry, cayendo su voz a un susurro cuando pasaban el retrato de la madre de Sirius. — bien, Sirius dice que no es tanto un dormitorio, más una clase de guarida, dijo Hermione. Él (Kreacher) duerme al parecer debajo de la caldera en ese armario de la cocina

La Señora Weasley era la única persona en el sótano cuando llegaron allí. Ella estaba parada en la estufa y sonaba como si ella tuviera un mal al parecer los dolores de Venus los estaba afectando. O al menos eso parecía, a todos los traía muy mal el hecho de que la chica sufriera.

—Entonces, ¿este es el dormitorio de Kreacher? —dijo Ron, dando un paseo hasta encima de una puerta sórdida en la esquina enfrente de la despensa.

Harry nunca la había visto abrirse.

—Sí, —dijo Hermione, ahora sonando un poco nerviosa.

—Pienso que mejor damos golpes. — Ron pego mordazmente en la puerta con sus nudillos pero allí no había ninguna contestación. — Él debe estar furtivamente arriba, —dijo Ron, y sin dificultad adicional tiró abriendo la puerta.

—Urgh! —Harry miró con fijeza adentro. La mayoría del armario se tomaba como una caldera muy grande y pasada de moda, pero en el pie de espacio por debajo de las pipas Kreacher se había hecho algo que parecía una jerarquía. Un revoltijo de trapos clasificados y las viejas mantas smelly fueron llenando el piso y la abolladura pequeña en el centro de este demostró donde hacia su sueño encrespado Kreacher cada noche.

      

La Promesa De Una WeasleyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora