La Promesa De Una Weasley

Capítulo 100

Aquí esta el capítulo que les debía, perdón por tardar tanto pero había perdido la historia... pero ya la encontré. Así que disfrútenlo. 

Justo como Venus lo ordeno, las guardianas hicieron cuatro clones de ellas mismas. Por lo que ahora si no le fallaban los cálculos eran 16 contándose a ella. Y, aunque no eran muchas, estaba bien.

Cada una tomo un pasillo, abarcado los primeros 16 pasillos, sin encontrar nada de mucho interés pasaron a los siguientes 16 pasillos, parecía que las puertas y los pasillos no tenían final, pero lo tenían, y Venus lo entendió a la mala cuando en su primer pasillo se dio de frente con la pared, dejando roja su nariz y su frente.

— ¡Venus!

Esa sin duda era la voz chillona de Fizzy, sin esperar mucho corrió hacia el pasillo en el que se habia metido la Fizzy original y la encontró parada frente a una puerta al final del pasillo, eso no se lo esperaba, las otras dos y sus clones no tardaron en llegar. Al parecer y por lo que habían comentado las demás era el único pasillo en el que habían encontrado una puerta al final.

Así que con mucha curiosidad Venus se dispuso a abrirla, ignorando la cara de preocupación de las guardianas. Tomo la perilla y cuando estuvo a nada de abrirla, las tres guardianas se pusieron frente a la puerta. Bloqueando el paso a la chica.

— ¿Qué rayos les pasa? Tengo que entrar, ¿Qué tal si ahí están los replicadores?

— Venus, ahí no están los replicadores.

— ¿Y?

—Te dejaremos entrar, es tu derecho saber la verdad, porque eso es lo que hay en esta sala, una inmensa colección de verdades. Verdades que tendrás que afrontar con madurez. Si no te enteras ahora, más tarde cuando tú seas más poderosa. Será peligroso.

Las tres guardianas se hicieron a un lado, dejando que la chica abriera la puerta, y no se encontró con nada inusual, una inmensa luz azulina alumbro todo el pasillo, haciendo un poco imposible que se pudiera ver lo que habia dentro de ese lugar.

Los clones habían desaparecido, al parecer las guardianas querían estar solas con Venus en estos momentos. Las tres tomaron a Venus del hombro y la guiaron por ese pasillo hasta llegar casi al final.

—Aquí está la tuya. —dijo Darcy.

Frente a ella, habia una esfera de cristal, tenía un nombre, pero no cualquier nombre, debajo de ella, aparecía el nombre que le habían puesto al nacer pero los apellidos que ahí aparecían no eran los suyos.

Venus Aluminé Riddle Black

Era el nombre que rezaba debajo de esa esfera, ella estaba segura de que habia algo mal. ¿Pero quién más podría tener su nombre? Podía existir la coincidencia de que alguien más llevara alguno de sus dos nombres... ¿pero ambos? Eso no podía ser posible.

Ella estaba segura de ser una Weasley... y fue cuando recordó aquella vez que un estúpido retrato la habia llevado a Azkaban cuando quería ver a su madre.

—Yo creo que tu familia te está ocultando cosas Venus-dijo el rubio.

— ¿Por qué harían eso?

—Piénsalo por un momento. Todos los Weasley son pelirrojos, tu naciste rubia; sus ojos son azules, los tuyos grises. Puede que ahora tomes la apariencia de un típico Weasley pero...

—Johan tiene algo de razón Alli.

—Tiene sentido.

—No debes apresurarte a los hechos.

—Yo... yo no creo que esto sea cierto. Están jugándome una broma pesada. Severus se los pidió ¿cierto? —Las guardianas observaban como Venus se estaba quebrando, su apariencia estaba cambiando y veían como volvía a ellas la chica rubia de sentimientos verdaderos. Por lo que ellas también volvían a ser aquellas guardianas del principio.

—Nadie nos pidió nada querida, pero es momento de que sepas la verdad acerca de tus orígenes y que mejor que alguien imparcial, como una bola de cristal que lo diga.

Venus tomo en sus manos aquella bola de cristal, con tan solo poner sus manos en ella, fue como si apretara un botón, la bola de cristal comenzó a reproducir imágenes de manera rápida.

Haciendo que Venus no alcanzara a distinguir lo que veía, pero de un momento a otro la bola de cristal se detuvo en la imagen de una señora, un señor y un bebé en brazos de ella.

—Tenemos que protegerla.

—Mientras estemos con ella estará bien.

—No. No estará bien, cuando se entere el señor tenebroso la querrá matar. No podemos permitir que ella muera.

La imagen cambio, ahora estaban dos señoras solas. No habia rastro del bebé.

—Voy a cuidarla. Y por ese motivo es mejor que él se entere.

— ¿Estás loca? ¿Qué le dirás?

—La verdad.

—Estas completamente loca. No puedes hacerle eso a tu hija

—Niega que tú no harías lo mismo por el tuyo, es la única manera de protegerla.

En la siguiente imagen estaban tres personas, ella conocía a solo una de ellas. Su padrino

— ¿Qué acabas de decir Danna?- le pregunto el señor tenebroso.

—Que usted mi señor, es el padre de mi bebé.

— ¿Esa niña es mi hija?

—Si

—Severus ve por la niña.

Ellos estaban discutiendo.

—Ella es Venus Aluminé Riddle Black

—Si así lo quiere.

—Ahora largo de aquí.

— ¿Qué? ¡No voy a dejar a mi hija con usted!

—Severus sácala de aquí! Que ni ella ni su hermana se vuelvan a aparecer por aquí. Ella es mía.

En la siguiente imagen de nuevo había tres personas, Dumbledore, aquella mujer y Severus.

— ¿Puedo verla? —pregunto la joven. — Severus déjame ver a mi hija.

—No estoy seguro de que sea una buena idea.

—Severus es su madre, como el padre de la niña debes dejar que su madre la vea.- dijo Dumbledore interviniendo.

—No soy su padre.

—Su padre es El señor Tenebroso.

— ¿Qué?

—Fue un error seguirte hasta aquí.

—Tienes que ponerla a salvo Albus. Lo más probable es que ambos vayamos a Azkaban y no va a tener con quien quedarse.

—No la volverán a ver. No hasta que cumpla la edad necesaria para que vuelva al colegio.

— ¿La mandaras con los muggles?

—No, se ira con unos excelentes magos.