Harry se dio cuenta inmediatamente que ella tenía razón, no podría identificar la puerta de salida más rápido que en localizar un hormiga en el piso negro-azabache; y la puerta por la que necesitaban entrar podría ser cualquiera de las doce que lo rodeaban.
— ¿Cómo vamos a volver a salir? —dijo Neville incómodamente.
—Bueno, eso no importa ahora, —dijo Harry enérgicamente, parpadeando para intentar borrar las líneas azules de su vista, y agarrando su varita más firmemente que nunca, —no necesitaremos salir hasta que hayamos encontrado a Sirius.
—Si tenemos la suerte de encontrarlo...—dijo Venus arrastrando las palabras
— ¡Sin embargo no vayas a ir por ahí llamándolo! —Dijo Hermione con urgencia; pero Harry nunca había necesitado menos su consejo, su instinto le decía que guardara el mayor silencio posible.
— ¿A dónde vamos, entonces, Harry? — pregunto Astrid.
—No lo sé...—comenzó a decir Harry tragando saliva. —En los sueños pasaba a través de la puerta al final del pasillo de los elevadores y entraba en un cuarto oscuro, que es éste, y luego pasaba por otra puerta hacia una habitación donde había algo como. . . brillos. Debemos intentar algunas puertas,—dijo precipitadamente, —sabré cual es el camino correcto en cuanto lo vea, vamos
"¿Brillos?" Venus sabia a donde quería llegar, él pretendía llevarlos a donde estaban las profecías, donde ella habia descubierto la verdad acerca de ella. Donde ella habia entrado sin querer, y sin querer ahora sabía que no era hija de los Weasley.
Él se dirigió hacia la puerta que estaba justo frente a él, los demás lo seguían de cerca, coloco su mano izquierda contra la fría y brillante superficie, levanto su varita lista para atacar al momento de abrir y empujo.
Esta se abrió fácilmente.
Después de la oscuridad del primer cuarto, las lámparas sujetas del techo a poca altura por cadenas doradas daban la impresión de que esta larga y rectangular habitación era mucho más brillante, sin embargo no había brillos ni luces vacilantes como Harry había visto en sus sueños. El lugar estaba absolutamente vacío a excepción de algunos escritorios y, muy a la mitad del cuarto, un enorme tanque de cristal que contenía un líquido verde oscuro, lo bastante grande como para que todos ellos pudieran nadar dentro; y en él un número de objetos de color blanco nacarado andaban a la deriva perezosamente.
— ¿Que son esas cosas? —susurro Ron.
—No lo sé, —dijo Harry.
— ¿Son pescados? —Suspiró Ginny.
—¡Gusanos Aquavirius! —Dijo Luna emocionada— Mi papá dice que el ministerio los está criando...
—No, —dijo Hermione. Ella sonaba un poco temerosa. Se adelantó unos pasos para examinar mejor el tanque. —Son cerebros.
— ¿Cerebros?
—Sí... ¿Me pregunto que estarán haciendo con ellos? — Harry se paró junta ella al lado del tanque. Bastante seguro de que no podía haber duda ahora que los veía tan de cerca.
Moviéndose extrañamente, iban a la deriva apareciendo y desapareciendo de la vista en las profundidades del líquido verde, luciendo como coliflores pegajosas.
—Salgamos de aquí, —dijo Venus. —Esto no está bien, debemos intentar con otra puerta.
—Aquí también hay puertas— dijo Ron, señalando las paredes. El corazón de Harry se hundió; ¿Qué tan grande era este lugar?
—En mi sueño pase de la habitación oscura directamente a la segunda, —dijo él. —Pienso que debemos volver e intentar de nuevo desde allí.
Así que todos se apresuraron a regresar a la habitación oscura y circular; las formas fantasmales de los cerebros nadaban ahora ante los ojos de Harry, en lugar de las llamas azules de las velas.
— ¡Espera! —Dijo repentinamente Astrid, mientras Luna cerraba la puerta de la habitación de los cerebros detrás de ellos — ¡Flagrate!
Ella dibujó algo en el aire con su varita y una incandescente "X" apareció en la puerta. Y tan pronto la puerta dio un portazo tras ellos hubo un gran estruendo, y una vez más los muros comenzaron a girar rápidamente, pero ahora había un gran trazo dorado-rojizo entre el débil azul y cuando todo estuvo de nuevo inmóvil, la ardiente cruz seguía iluminada, mostrando la puerta que ya habían probado.
—Bien pensado—dijo Harry. —De acuerdo, probemos esta...
Una vez más se dirigió a grandes pasos hacia la puerta justo frente a él y la empujo para abrirla, su varita seguía levantada y los otros siguiéndolo de cerca. Este sitio era más grande que el anterior, débilmente iluminado y rectangular, y el centro de este estaba hundido, formando una gran fosa de piedra de unos seis metros de profundidad. Estaban parados en la parte más alta de lo que parecían ser escalones de piedra que corrían alrededor del cuarto y descendían hasta lo que parecía un anfiteatro o la corte donde Harry había sido juzgado por el Wizengamot. Pero en lugar de una silla con cadenas, había un estrado de piedra levantándose en el centro de la fosa, sobre el cual descansaba un arco de piedra tan antiguo y agrietado que a Harry le sorprendió que aun pudiera mantenerse en pie. Sin apoyo de ninguna pared a su alrededor, del arco colgaba un harapiento velo o cortina que a pesar de la quietud del frio aire a su alrededor, se agitaba ligeramente como si alguien lo acabara de tocar.
— ¿Quién está allí? —dijo Harry, saltando hacia el escalón de abajo.
—Soy tu asesino Potter— Venus le susurró al oído

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La Promesa De Una Weasley
FanfictionLa Promesa de Una Weasley Dos chicas: Hermione Granger, Venus Weasley. Un secreto: El de ella Una promesa: La de ella "¿Qué ella es quien? Dumbledore yo no puedo hacer nada por ella, bueno si, pero... ¿protegerla?" Segunda parte de Una Wea...