Capítulo 58

2.6K 293 7
                                    

Espero que les guste mucho.

—Dice que estará complacido—, dijo una voz aburrida detrás de Dumbledore; el mago llamado Phineas había reaparecido enfrente de su bandera de Slytherin. —Mi tataranieto siempre ha tenido un gusto extraño en materia de huéspedes.

—Vengan aquí—Dumbledore dijo a Harry y a los Weasley. —Y rápido, antes de que venga alguien más.

Harry y los otros se juntaron alrededor del escritorio de Dumbledore.

— ¿Todos ustedes han usado un Portkey antes?—preguntó Dumbledore, y asintieron, cada uno arreglándoselas para tocar alguna parte de la tetera ennegrecida, —Bien. A la cuenta de tres...uno...dos...

Sucedió en una fracción de segundo: en la infinitesimal pausa antes de que Dumbledore dijera --tres--, Harry miró hacia él, estaban muy cerca y la celeste mirada fija de Dumbledore se desplazó del Portkey a la cara de Harry.

—...tres.

Venus sintió una poderosa sacudida de su ombligo, el suelo desapareció de debajo de sus pies, su mano estaba pegada a la tetera; estaba chocando contra los otros mientras todos iban velozmente hacia un remolino de colores y una corriente de viento, la tetera llevándolos hacia adelante... hasta que sus pies tocaron el piso tan fuerte que sus rodillas se torcieron, la tetera hizo ruido contra el piso, y en algún lugar cercano una voz dijo:

—De vuelta, los mocosos traidores de sangre. ¿Es verdad que su padre está muriendo?

—¡FUERA! — ordenó una segunda voz.

Venus se puso en pie y miró alrededor; habían llegado a la tenebrosa cocina sótano del número doce de Grimmauld Place. Las únicas fuentes de luz eran el fuego y una vela casi consumida, que iluminaban los restos de una solitaria cena. Kreacher estaba desapareciendo por la puerta al vestíbulo, mirándolos hacia atrás malévolamente mientras se arremangaba su taparrabo; Sirius estaba yendo rápidamente hacia ellos ansioso. Estaba sin afeitar y todavía con su ropa del día; había también un ligero olor como Mundungus a bebida rancia en él.

— ¿Qué sucede? — dijo él, dándole la mano a Venus para ayudarla a levantarse. Phineas Nigellus dijo que Arthur ha sido herido gravemente...

—Bueno, puedes preguntarle a Potter, al parecer él sabe más que nosotros-—dijo la rubia

—Sí, quiero escuchar esto por mí mismo — dijo George.

Los gemelos, Venus, y Ginevra lo estaban mirando. Los pasos de Kreacher se detuvieron en las escaleras afuera.

—Fue... —empezó Harry; esto era aún peor que contárselo aMcGonagall y a Dumbledore. —Tuve una... una especie de visión.

Y les contó todo lo que había visto, sin embargo alteró la historia así sonaba como si la hubiera visto del costado cuando la serpiente atacó en vez de desde los propios ojos de la serpiente.

Ron, que estaba todavía blanco, le echo una mirada breve, pero no habló. Cuando Harry había terminado, Fred, George, Venus y Ginny siguieron mirándole fijamente por un momento. Harry no sabía si se lo estaba imaginando o no, pero él se imaginó que había algo acusatorio en sus miradas. Bien, si ellos lo iban a culpar solamente porque vio el ataque, él estaba alegre de no haberles dicho que él estaba dentro de la serpiente.

—Eras tu...— dijo de la nada Venus y Harry temió que ella supiera, que él era la serpiente

— ¿Qué dices?

—Tal vez a ellos si los convenzas con eso... pero tú y yo sabemos que tú eras la serpiente...— dijo en un susurro que nada más Potter y la rubia escucharon.

— ¿Esta mama aquí? — pregunto Fred, dirigiéndose a Sirius.

—Ella probablemente aún no sabe lo que ha pasado-- dijo Sirius—Lo más importante era llevaros lejos antes de que Umbridge Pudiera interferir. Espero que Dumbledore se lo haga saber a Molly ahora.--

—Tenemos que ir a St Mungo—dijo Ginny urgentemente, ella miro alrededor a sus hermanos, ellos estaban desde luego aun en pijama. — ¿Sirius, tienes capas o algo para prestarnos?

— ¡No pueden ir a toda prisa a St Mungo! — dijo Sirius

—Claro que podemos ir a St Mungo si queremos— dijo Fred con expresión terca — ¡Él es nuestro padre!--

— ¿y cómo van a explicar que sabían que Arthur fue atacado antes de que el hospital avise a su esposa?

— ¿Qué importa eso? —dijo George con vehemencia.

— ¡Si importa porque no queremos llamar la atención del hecho vde que Harry tenga visiones de cosas que pasan a cientos de millas de distancia!-- dijo Sirius con ira. --¿Tienen idea de lo que haría el ministerio con esa información?-- Fred y George miraron como si le importara poco lo que el ministerio pudiera hacer.

—Bueno, al parecer no estamos preocupando más por Potter que por mi padre. De todas formas es mejor que yo me vaya, tengo algo que terminar.

— ¿Cómo que te iras? Nuestro padre está en el hospital

—Ese es su padre, ha sido suyo más que mío, al igual que Molly; ellos no me querrán ahí. Así que me voy por la mañana.

La Promesa De Una WeasleyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora