Capítulo 99

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Siento no haber actualizado ayer, so... aquí esta el capítulo que era de ayer y más al rato les subiré el de hoy que es el ultimo capítulo del maratón. 

—Querida, querida, — dijo la Profesora McGonagall burlonamente, al momento en que uno de los dragones volaba alrededor de su salón, emitiendo grandes explosiones y echando fuego. —Señorita Brown, ¿le importaría ir con la Directora e informarle que tenemos un fuego artificial en el salón?

El resultado de todo esto fue que la Profesora Umbridge pasara su primera tarde como directora recorriendo toda la escuela respondiendo a los llamados de los profesores, que parecían no ser capaces de deshacerse de los fuegos artificiales sin su ayuda.

Cuando sonó la última campanada y los estudiantes se dirigían hacia la Torre Gryffindor con sus mochilas, Harry vio, con gran satisfacción, a una despeinada y sucia Umbridge tambaleante con la cara sudada, que venía del salón del Profesor Flitwick.

— ¡Muchas gracias, Profesora! — dijo el Profesor Flitwick en su pequeña y aguda voz. —Podría haberme desecho yo mismo de los cohetes chispeantes, por supuesto, pero no estaba muy seguro si tuviera la autoridad...

Radiante de alegría, le cerró la puerta del salón en su enojada cara. Fred y George eran héroes esa noche en la sala común de Gryffindor. Hasta Hermione peleó su camino a través de la emocionada multitud que los rodeaba para felicitarlos.

—Los fuegos artificiales estuvieron espléndidos, — dijo admiradamente.

—Gracias, — dijo George, viéndose sorprendido y satisfecho. —Petardos Relampagueantes Weasley. Lo único es que usamos todo nuestro dinero, por lo que ahora tendremos que juntarlo otra vez...

—No obstante valió la pena, — dijo Fred, que tomaba las órdenes de los emocionados Gryffindors. —Si quieres agregar tu nombre a la lista de espera, Hermione, son cinco Galeones por tu paquete Básico de Llamaradas y veinte por su paquete de Lujo de...

-*-

Venus ya estaba en el lugar en el que tenía que estar, era un edificio cerca de la entrada de las mujeres al ministerio, si no tuviera los poderes que tenía, tendría que usar poción multijugos, y no le agradaba mucho la idea.

Con la distracción que sus hermanos estaban ejecutando Umbridge no se dignaría a contestar a nadie y por eso, aunque no le agradara, tomaría su apariencia prestada solo por unas horas. Su ventaja es que podía estar más de una hora en esa forma.

Otra ventaja de sus poderes, estos replicaban todas las características de la persona en la que te transformaras, no tenías que simular la voz, los movimientos o incluso sus hechizos, todo venia en el paquete.

Hizo un hechizo a su bolsa que metió a la bolsa del gran abrigo que tenía en aquel momento. Era el momento de entrar, sus guardianas irían a donde ella, sin necesidad de ir en todo momento a su lado. En aquel instante eran invisibles y la llevarían al lugar por donde ella entraría y cuando la pelinegra les diera la señal, ellas entrarían en acción.

Caminaron las cuatro por las calles de Londres, no tardaron más de 20 minutos en llegar a su destino, era un baño, según tenía entendido la chica, tendría que entrar al ministerio por un inodoro.

Algo que enserio le disgustaba, antes de tomar la apariencia de Umbridge, la habia tomado de una señora Muggle, porque ella no creía que Umbridge utilizara esta entrada. Se colocó detrás de una señora de cara alargada, como amargada. Susurraba cosas sin sentido.

Unos cinco minutos después ya estaba dentro del cubículo, así que sin pensarlo mucho, se adentró en el inodoro y jalo la cadena.

-*-

Hermione regresó a la mesa en donde Harry y Ron estaban sentados viendo sus mochilas como esperando que su tarea fuera a salirse y empezar a hacerse sola.

—Oh, ¿por qué no nos tomamos la noche? — dijo brillantemente Hermione, mientras un cohete cola plateada Weasley pasó por la ventana. —Después de todo, las vacaciones de Semana de Pascua empiezan el viernes, tendremos suficiente tiempo para entonces...

— ¿Te sientes bien? — preguntó Ron, mirándola fijamente sin poder creerlo.

—Ahora que lo mencionas, — dijo felizmente Hermione, —saben... creo que me siento un poco... rebelde.

Harry aún podía oír las distantes explosiones de los petardos que seguían sueltos cuando él y Ron se fueron a la cama una hora después, y mientras se desvestía, una bengala flotó por la torre, aun deletreando la palabra POO.

-*-

Venus ya se encontraba adentro del ministerio, Dumbledore le dijo que tenía que bajar, al departamento de misterios. Que ahí, era solo cuestión de buscar la puerta correcta que la llevara hacia los replicadores.

Así que ya transformada en Umbridge bajo en el elevador hacia ese departamento, nadie la miraba y cuando llegaban a verla desviaban la mirada, aunque no le agradara el sapo debía admitir que le agradaba el respeto, o miedo, que le tenían a la desgraciada.

Ya en el mencionado departamento, se encontró con pasillos, muchos pasillos, con miles de diferentes puertas. Ese viejo barbón no le habia dicho nada de eso. Como no habia nadie cerca tomo su varita y llamo a las guardianas que aparecieron nada más ella guardo la varita.

Volvió a visualizar su forma natural y en menos de lo que esperaba, su cabello negro liso le caía por la espalda, volvía a tener el cuerpo delgado y esos ojos rojos, que tanto le +++gustaban.

—Bien, tenemos que encontrar esa estúpida sala en donde están los replicadores, por suerte las tengo a ustedes, y para más suerte ustedes se pueden clonar, y así seremos más. Quiero cuatro clones suyos, para que sean cinco y así abarquemos más pasillos y no tardemos tanto.

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La Promesa De Una WeasleyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora