Una flecha voló muy cerca de su cabeza, de forma que le cortó su parduzco pelo al pasar rozándole: soltó un ridículo gritito y se llevó las manos a la cabeza, mientras algunos de los centauros rugían con aprobación y otros se reían estridentemente. El sonido de sus salvajes risas relinchantes hacían eco alrededor del oscuro claro del bosque y el sonido de sus pezuñas pateando el suelo era bastante enervante.
—¿De quién es el bosque ahora, humana?— rugió Bane.
—¡Estúpidos medio-desarrollados!—gritó Umbridge, sus manos todavía envueltas alrededor de su cabeza. —¡Bestias Animales salvajes!
—¡Cállese!— gritó Hermione, pero era demasiado tarde Umbridge apuntó con su varita a Magorian y gritó, —¡Incarcerous!
Unas cuerdas empezaron a salir de la varita, flotando en el aire como gruesas serpientes, envolviéndose tensamente alrededor del torso del centauro y atrapando sus brazos. El centauro dio un grito de ira y se encabritó sobre sus piernas traseras, intentando liberarse, mientras los otros centauros cargaban sus arcos.
Harry agarró a Hermione y la lanzó al suelo; cara abajo en el suelo del bosque, Harry conoció un momento de terror cuando las pezuñas empezaron a retumbar alrededor de él, pero los centauros se limitaron a rodearlos, bramando y gritando con ira.
—¡No!— oyeron chillar a Umbridge. —¡No... soy la subsecretaria mayor... no pueden... ¡Bajenme, animales...no!
Harry vio un flash de luz roja y supo que Umbridge había intentado dejar sin sentido a uno de ellos; entonces empezó a gritar muy alto. Levantando su cabeza unas pulgadas, Harry vio que Bane había asido a Umbridge por detrás y luego la había levantado muy alto, mientras ella se retorcía y chillaba con miedo. Su varita cayó de su mano al suelo y el corazón de Harry dio un brinco. Si sólo pudiera alcanzarla....
Pero, cuando estiró su mano para intentar cogerla, la pezuña de un centauro cayó sobre ella y la rompió limpiamente en dos mitades.
—¡Ahora!—rugió una voz en la oreja de Harry y un gran brazo peludo descendió por el fino aire y le arrastró hacia la derecha.
Hermione también había sido derribada a sus pies. A través de los coloridos pechos y cabezas de los centauros, Harry vio cómo Bane se llevaban a Umbridge hacia los árboles. Aunque no paraba de dar gritos, su voz se oía cada vez más y más lejos, hasta que no pudieron oír más que los pisoteos de pezuñas que les rodeaban.
—¿Y éstos? — dijo el centauro de pelo gris y de expresión dura, agarrando a Hermione.
—Son jóvenes—, dijo una voz suave y parada que provenía detrás de Harry.—Nosotros no atacamos a los potros.
—Fueron ellos los que la trajeron aquí, Ronan—, dijo el centauro que tenía asido firmemente a Harry. — Y no son tan jóvenes... él es ya casi un hombre. Éste de aquí.
Meneó a Harry agarrando el cuello de su túnica.
—Por favor,—dijo Hermione sin aliento, —por favor, no nos ataquen. Nosotros no pensamos como ella, no somos empleados del Ministerio de Magia! Sólo vinimos hasta aquí porque esperábamos que la apartaran de nosotros!"
Harry supo a la primera, por el aspecto de la cara del centauro gris que estaba agarrando a Hermione, que ella había cometido un terrible error diciendo esto. El centauro gris echó atrás su cabeza, sus piernas traseras estampando furiosamente el suelo, y gruñó
—¿Lo ves, Ronan? Ellos ya tienen la arrogancia de su clase! Entonces....nosotros tenemos que hacerte el trabajo sucio ¿es así, chica humana? ¿Nosotros tenemos que actuar como si fuéramos vuestros sirvientes, ahuyentando a vuestros enemigos, como si fuéramos perros obedientes?
— ¡Basta ya! Ronan hazlo por nuestra amistad, yo los guie hasta aqui...
— ¿Venus? ¿Porque?
—Solo esperaba que fueran capaces de... ayudarnos...! —Pero parecía que, en lugar de arreglarlo, aquello iba de mal en peor.
—¡Nosotros no ayudamos a los humanos! — gruñó el centauro que agarraba a Harry, apretando su brazo y encabritándose un poco al mismo tiempo, de modo que los pies de Harry tocaron el suelo por un momento. — ¡Somos una raza aparte y estamos orgullosos de serlo! No permitiremos que caminen por aquí, alardeando de que aceptamos sus ofertas.
—¡No vamos a decir nada de eso! —gritó Harry. —Sabemos que hacen lo que tienen porque quieren... —Pero nadie parecía estar escuchándole. Un centauro acastañado, detrás de la muchedumbre gritó,
— ¡Vinieron aquí sin que nadie les hubiera invitado, tienen que pagar las consecuencias! —Un rugido de aprobación se unió a estas palabras y un centauro bicolor gritó
— ¡Pueden unirse a la mujer!
— ¡Dijeron que no hacían daño a los inocentes! —rogó Hermione, con lágrimas deslizándose por la cara. — ¡No hemos hecho nada para herirlos! No hemos usado varitas ni trucos, simplemente queremos regresar al colegio ¡Por favor, déjenos volver!
— ¡No todos somos como el traidor Firenze, chica humana! — gritó el centauro gris, consiguiendo más relinchos y rugidos de aprobación de sus compañeros. — ¿A lo mejor pensaste que éramos bonitos caballos parlantes? ¡Nosotros somos gente centenaria que no soportará las invasiones y los insultos de los magos! ¡No reconocemos sus normas, no reconocemos su superioridad. Nosotros somos...!
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La Promesa De Una Weasley
FanfictionLa Promesa de Una Weasley Dos chicas: Hermione Granger, Venus Weasley. Un secreto: El de ella Una promesa: La de ella "¿Qué ella es quien? Dumbledore yo no puedo hacer nada por ella, bueno si, pero... ¿protegerla?" Segunda parte de Una Wea...