Capítulo 31

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Caminaron por un buen rato hasta que llegaron a la mazmorra de Snape, había sido un camino algo largo lo cual dio tiempo a Venus para pensar. En todo lo pasado, aún tenía esa mordida con la amaneció el día anterior. Y aun se preguntaba cómo es que la tenía. Mientras se unían a la fila que se había formado delante de la puerta del aula de Snape.

Entró en el aula detrás de Draco, los siguió hasta la mesa donde al parecer se sentaban siempre, hasta adelante. Ella como, suponía, ya era costumbre se sentó en medio de Draco y Blaise

—Silencio —ordenó Snape con voz cortante al cerrar la puerta tras él.

En realidad no había ninguna necesidad de que impusiera orden, pues en cuanto los alumnos oyeron que la puerta se cerraba, se quedaron quietos y callados. Por lo general, la sola presencia de Snape bastaba para imponer silencio en el aula.

—Antes de empezar la clase de hoy —dijo el profesor desde su mesa, abarcando con la vista a todos los estudiantes y mirándolos fijamente deteniéndose un momento en su ahijada, que le sonrió de una forma tan contagiosa que casi lo hace sonreír de igual manera, casi —, creo conveniente recordaros que el próximo mes de junio realizaran un importante examen en el que demostraran cuánto han aprendido sobre la composición y el uso de las pociones mágicas. Pese a que algunos alumnos de esta clase son indudablemente imbéciles, espero que consigan un «Aceptable» en el TIMO si no quieren... contrariarme. —Esa vez su mirada se detuvo en Neville, que tragó saliva—. Después de este curso, muchos de vosotros dejaran de estudiar conmigo, por supuesto —prosiguió Snape—. Yo sólo preparo a los mejores alumnos para el ÉXTASIS de Pociones, lo cual significa que tendré que despedirme de algunos de los presentes.

Entonces miró a Harry y torció el gesto. El muchacho le sostuvo la mirada y sintió un sombrío placer ante la perspectiva de librarse de Pociones al acabar quinto.

—Pero antes de que llegue el feliz momento de la despedida tenemos todo un año por delante — anunció Snape melodiosamente—. Por ese motivo, tanto si piensan presentarse al ÉXTASIS como si no, les recomiendo que concentren sus esfuerzos en mantener el alto nivel que espero de mis alumnos de TIMO. Antes de comenzar de lleno con la clase, tengo entendido que los jóvenes que vienen de Beauxbatons, no toman pociones de la manera en la que yo enseño. Así que Andrew y Blake Anderson serán sus tutores para mi materia.

»Hoy vamos a preparar una poción que suele salir en el examen de Título Indispensable de Magia Ordinaria: el Filtro de Paz, una poción para calmar la ansiedad y aliviar el nerviosismo. Pero se los advierto: si no miden bien los ingredientes, pueden provocar un profundo y a veces irreversible sueño a la persona que la beba, de modo que tendrán que prestar mucha atención a lo que estén haciendo. — Hermione, que estaba sentada a la izquierda de Harry, se enderezó un poco; la expresión de su rostro denotaba una concentración absoluta—. Los ingredientes y el método —continuó Snape, y agitó su varita— están en la pizarra. —En ese momento aparecieron escritos—. Encontraran todo lo que necesiten —volvió a agitar la varita— en el armario del material. —A continuación, la puerta del mueble se abrió sola—. Tienen una hora y media. Ya pueden empezar.

Como habían imaginado Harry, Ron y Hermione, Snape no podía haber elegido una poción más difícil y complicada. Había que echar los ingredientes en el caldero en el orden y las cantidades precisas; había que remover la mezcla exactamente el número correcto de veces, primero en el sentido de las agujas del reloj y luego en el contrario; y había que bajar el fuego, sobre el que la pócima hervía lentamente, hasta que alcanzara los grados adecuados durante un número determinado de minutos antes de añadir el último ingrediente.

—Ahora un débil vapor plateado debería empezar a salir de su poción —advirtió Snape cuando faltaban diez minutos para que concluyera el plazo.

Venus, estaba orgullosa de su creación, justo en ese momento su mezcla era una reluciente neblina de vapor plateado, y al pasar a su lado, Snape acercó su ganchuda nariz al interior sin hacer ningún comentario, lo cual significaba que no había encontrado nada que criticar.

Al llegar junto al caldero de Harry, sin embargo, Snape se detuvo y miró su contenido con una espantosa sonrisa burlona en los labios.

— ¿Qué se supone que es esto, Potter?

Los estudiantes de Slytherin que estaban sentados en las primeras filas del aula levantaron la cabeza, expectantes; les encantaba oír cómo Snape se burlaba de Harry.

—El Filtro de Paz —contestó el chico, muy tenso.

—Dime, Potter —repuso Snape con calma—, ¿sabes leer?

Draco Malfoy no pudo contener la risa, provocando que Venus también riera ganándose una mirada matadora de parte de su hermano.

—Sí, sé leer —respondió Harry sujetando con fuerza su varita.

—Léeme la tercera línea de las instrucciones, Potter.

El muchacho miró la pizarra con los ojos entornados, pues no resultaba fácil descifrar las instrucciones a través de la niebla de vapor multicolor que en ese instante llenaba la mazmorra.

—«Añadir polvo de ópalo, remover tres veces en sentido contrario a las agujas del reloj, dejar hervir a fuego lento durante siete minutos y luego añadir dos gotas de jarabe de eléboro.»

Entonces se le cayó el alma a los pies. No había añadido el jarabe de eléboro y había pasado a la cuarta línea de las instrucciones tras dejar hervir la poción a fuego lento durante siete minutos.

— ¿Has hecho todo lo que se especifica en la tercera línea, Potter?

—No —contestó él en voz baja.

— ¿Perdón?

—No —repitió Harry elevando la voz—. Me he olvidado del eléboro.

—Ya lo sé, Potter, y eso significa que este brebaje no sirve para nada. ¡Evanesco! —La pócima de Harry desapareció y él se quedó plantado como un idiota junto a un caldero vacío—. Los que hayan conseguido leer las instrucciones, llenen una botella con una muestra de su poción, etiquétenla claramente con su nombre y déjenla en mi mesa para que yo la examine —indicó luego Snape—. Deberes: treinta centímetros de pergamino sobre las propiedades del ópalo y sus usos en la fabricación de pociones, para entregar el jueves.

La Promesa De Una WeasleyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora