Capítulo 44

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Siento no haber actualizado ayer pero no estuve en todo el día en mi casa y lo siento millones. Pero aquí esta el capítulo de ayer.

— ¡Rayos! ¡Ahora estoy en problemas.

A su lado de la nada apareció una mochila, al abrirla encontró su varita, comida, una casa para acampar y otras cosas para que pudiera sobrevivir. Al parecer no había sido una casualidad el haber encontrado esa puerta.

Tomo la mochila y se la coloco en los hombros, no sabía exactamente para donde ir pero algo le decía que tenía que caminar derecho, tal vez llegaría a algún manantial o a un lago o a donde hubiera civilización.

De algo de lo que ella se arrepentía era de ser tan distraída. Gracias a eso siempre se metía en problemas. Y en ese momento no dudaba que, de hecho, una vez más estaba en problemas. Siguió caminando, por un buen rato y de momento solo veía puros árboles.

— ¿Dónde rayos hay civilización?

La rubia siguió su camino y para cuando cayó la noche, parecía que seguía en el mismo lugar, todo era malditamente igual, ella pensaba regañar a Dumbledore por haberla mandado al otro lado del mundo sola.

Aunque no estaba tan mal, hasta eso, ella agradecía la soledad y no tener que estar aguantando a los melosos de sus amigos. Se preocupaba por ellos y los quería pero, eran muy dulces cuando estaban juntos.

Por otro lado, Alec y Astrid se encontraban paseando por los jardines de Ilvermorny juntos sin una Venus amargada que los estaba separando a cada rato.

—Hola chicos, la directora me mando a decirles que es momento de que se vayan. Al parecer ya no es necesario que se queden en Ilvermorny y los mandara de regreso a Hogwarts.

— ¿Cómo que no es necesario? ¿Venus ya cumplió con su misión?

—No, ella está en ese proceso. Pero no necesita distracciones y ustedes lo son. Así que ya no son bienvenidos aquí.

—Queremos hablar con Dumbledore.

—No, no quieren. Él ya está enterado de que Venus no los quiere aquí.

—Acabas de decir que...

—Estas confundido cariño, ella estará bien aquí. Ahora deben irse.

Los chicos un poco sorprendidos y con ciertas sospechas regresaron a su habitación a recoger sus cosas. No habían pasado ni un día ahí y ya los habían corrido. Ellos sabían que Venus no los mandaría de regreso a Hogwarts sin ella.

Shirley al igual que los anteriores se dirigió a su habitación, era cierto que Venus nunca dijo nada acerca de eso y que la directora no la había mandado. Ellos si eran una distracción para Venus y ella había prometido a su primo que la rubia conseguiría sus poderes completos para que fuera aún más poderosa.

Tomo un trozo de pergamino y se dedicó a escribirle a su primo, no hablaba mucho con él pero cuando su madre la dejaba viajar a Londres en donde vivían sus primos y tíos, se la pasaban increíble.

-*-

Andrew y Blake se encontraban sentados a unos cuantos lugares de Draco Malfoy, el desayuno, según la madre de los gemelos, era la comida más importante del día y por lo mismo los jóvenes solían comer mucho por las mañanas.

Aquel día no fue diferente a los demás, a mitad del desayuno, como siempre, llego el correo y los gemelos recibieron aparte del periódico, los dulces que solía enviarles su madre. Y no fueron los únicos que recibieron correo aquel día.

Su amigo más cercano, Dave Miller, había recibido una carta, era extraño porque nunca recibía nada.

Querido Dave Miller:

Como prometí, los amigos de la hija del Señor Tenebroso regresaran a más tardar hoy por la noche. La chica esta de excursión buscando sus poderes, no tardará en llegar a su máximo poder. Y tan pronto como este de vuelta en Hogwarts podrás acercarte a ella, para que se la puedas entregar al señor tenebroso. Seguro que ella no sospecha nada. Y todo saldrá como lo planeamos, espero que la chica no tarde en encontrar lo que sea que Miranda le dijo que tenía que encontrar.

Espero que lo que hice te sirva de algo, te quiero mucho primo y espero que nos veamos pronto.

Atentamente:

Shirley Miller.

-*-

— ¡ESTOY PERDIDA! ¿Enserio no podían poner ni un mapa? ¡Ah! ¡Los odio!

Venus aún seguía caminando por aquel bosque infinito no había encontrado nada, absolutamente nada. No estaba segura de si quería seguir con esto. No quería nada, tan solo quería una cama para poder dormir ya que estaba anocheciendo otra vez.

Se seguía preguntando donde estaban sus amigos, esos malditos seguramente se encontraban dormidos en Ilvermorny, o tal vez estaban cenando en el comedor algo delicioso, o tal vez estaban calientitos en alguna chimenea mientras ella se moría de sueño, hambre y frio.

Pero en esta ocasión la rubia no podía estar más equivocada Alec y Astrid seguían empacando sus cosas, mientras acomodaban las cosas de Venus. Ellos no estaban nada seguros de lo que estaba pasando.

Aquella chica Shirley les daba mala espina y ahora tenían que encontrar a la directora necesitaban saber que era lo que pasaba, y también estaban preocupados por Venus, que no aparecía por ningún lado.


La Promesa De Una WeasleyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora