Capítulo 12

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—Te he preguntado qué te traes entre manos —dijo Sirius con frialdad—. Cada vez que apareces fingiendo que limpias, te llevas algo a tu habitación para que no podamos tirarlo.

—Kreacher jamás movería nada de su sitio en la casa del amo —repuso el elfo, y luego farfulló muy deprisa—: El ama jamás perdonaría a Kreacher si tiraran el tapiz, lleva siete siglos en la familia, Kreacher debe salvarlo, Kreacher no dejará que el amo y los traidores y los mocosos lo destruyan, tal vez la señorita Venus le ayude a Kreacher a salvarlo...

—Ya me lo imaginaba —comentó Sirius mirando con desprecio la pared de enfrente—. Mi madre le habrá hecho otro encantamiento de presencia permanente en la parte de atrás, seguro, pero si puedo deshacerlo me libraré de él. Y ahora lárgate, Kreacher.

Por lo visto, Kreacher no se atrevía a desobedecer una orden directa; sin embargo, la mirada que le lanzó a Sirius al pasar arrastrando los pies por delante de él estaba llena de un profundo odio, y salió de la habitación sin parar de murmurar:

—... llega de Azkaban y se pone a darle órdenes a Kreacher; oh, mi pobre ama, qué diría si viera cómo está la casa, llena de escoria, despojada de sus tesoros; ella juró que él no era hijo suyo y él ha vuelto, y dicen que es un asesino.

— ¡Sigue murmurando y me convertiré en un asesino de verdad! —gritó Sirius con irritación al mismo tiempo que cerraba de un portazo.

—No está en sus cabales, Sirius —dijo Hermione con tono suplicante—, creo que no se da cuenta de que oímos lo que dice.

—Lleva demasiado tiempo solo —aclaró Sirius—, recibiendo órdenes absurdas del retrato de mi madre y hablándose a sí mismo, pero siempre fue un repugnante...

—A lo mejor, si le dieras la libertad... —sugirió Hermione.

—No podemos darle la libertad, sabe demasiado sobre la Orden —respondió Sirius de manera cortante —. Además, la conmoción lo mataría. Insinúale que salga de esta casa, y ya verás cómo reacciona.

Sirius se dirigió a la pared donde estaba colgado el tapiz que Kreacher había estado intentando proteger. Harry y los demás lo siguieron.

Ese era el tapiz que Sirius le había mostrado a Venus cuando recién había llegado, el árbol genealógico de la familia Black.

-Yo, me voy. Solo venía a decirte que me voy, mi padrino pasara por mí. Al parecer Dumbledore quiere que hablemos de unas cuantas cosas.- Le dijo Venus a Sirius.

-Está bien, solo procura cuidarte de Snape.

-No me va a hacer nada, es mi padrino, después de todo. ¿Te digo algo?

-Claro.

-No sé porque si mis padres odian tanto a Severus lo hicieron mi padrino.

-Sus razones deben de tener.- lo que le había dicho Aluminé lo había sorprendido, nunca se había puesto a pensar en eso. Era cierto y tal vez, aunque no lo quisiera admitir en voz alta, era hora de que ella supiera la verdad.

Aluminé se dirigió a la puerta en donde su padrino, Severus Snape, la estaba esperando. Ambos salieron de la casa y cuando estuvieron lo suficientemente lejos hicieron una aparición, Snape la llevo al enorme castillo que ese año sería su escuela.

Esa sería la tercera vez, que Aluminé estaría en Hogwarts. Caminaron en silencio hasta que llegaron a la enorme entrada de los terrenos de Hogwarts, cuando al fin llegaron Venus se sentó en las escaleras de la entrada.

-Tienes que se discreta Aluminé.

-Lo seré Severus. ¿Por qué tanta insistencia en eso?

-Sabes que todo lo que se te dirá no se lo puedes decir a nadie, ni siquiera a tu nueva amiga.- Venus no sabía de qué amiga le hablaba Severus, al ver su cara de confusión Snape agrego.- Hermione Granger.

-Oh, ella. No te preocupes, seré una tumba.

-Eso espero Venus.

Ambos caminaron por los solitarios pasillos de Hogwarts, era tan tranquilo caminar con su padrino a su lado. Se dirigían a la oficina de Dumbledore en donde estaba esperando a Venus. Según Severus el viejo director, tenía que decirle muchas cosas que, al parecer no podían esperar.

Cuando llegaron a la oficina Dumbledore hizo que la rubia pasara y su padrino se retiro diciendo que tenía muchas cosas que hacer. Venus tomo asiento frente al enorme escritorio del director. 

La Promesa De Una WeasleyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora