Capítulo 65

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Prometo que si este capítulo llega a 40 votos y 30 comentarios actualizo en el momento en que lleguen a la meta. Disfrutenlo :*

Alrededor de las seis de la tarde, el timbre sonó y la Sra. Black empezó a gritar otra vez. Asumiendo que Mundungus o algún otro miembro de la Orden había venido, Harry meramente se acomodó más confortable contra la pared del cuarto de Buckbeak donde se estaba escondiendo, intentando ignorar lo hambriento que estaba mientras la daba de comer ratas muertas al Hipógrifo. Muy en el fondo, el chico deseaba que la persona que llegara fuera Venus, esa chica sería la única que podía entenderlo. Justo en esos momentos si alguien sabia como se sentía era esa rubia que lo sacaba de sus casillas muy amenudo. Fue como un ligero shock cuando alguien golpeo fuerte la puerta unos minutos después.

—Sé que estás ahí, — dijo la voz de Hermione, — ¿Podrías salir por favor? Quiero hablar contigo.

— ¿Qué estás haciendo aquí? — le preguntó Harry, abriendo la puerta mientras Buckbeak seguía arañando el suelo lleno de paja buscando fragmentos de rata que podría haber dejado caer.

—Pensé que estabas esquiando con tu mamá y tu papá. —

—Bueno, para decir la verdad, esquiar realmente no es lo mío. —dijo Hermione. —Entonces vine aquí para Navidad. —Había nieve en su pelo y su cara estaba rosa con frío. —Pero no se lo digas a Ron. Le dije que esquiar es muy bueno porque se seguía riendo mucho. Mamá y papá están un poco decepcionados, pero les he dicho que todos lo que son serios acerca de los exámenes se quedan en Hogwarts a estudiar. Ellos quieren que me vaya bien, así que entenderán. De todas formas, — dijo ella enérgicamente —vamos a tu dormitorio, la mamá de Ron ha encendido un fuego allí y ha enviado sándwiches.

-*-

Todo se oscureció, si es que eso era posible, Venus y Alec no se movieron por unos minutos. Luego cuando Alec reacciono, y con un hechizo hizo que la punta de su varita se iluminara, haciendo que el chico reaccionara, dándose cuenta de que ya no estaban en el bosque.

La casa de Sirius Black estaba frente a ellos y algo sorprendidos caminaron hacia la puerta, Venus toco el timbre y esperaron a que les abrieran la puerta. En menos de cinco minutos Molly Weasley se encontraba en la puerta viendo a los dos chicos.

Los dejo pasar y estos caminaron a la cocina, necesitaban algo de privacidad y también tenían que hablar con Dumbledore. Él les podría explicar que era lo que estaba pasando. Al entrar en la lúgubre cocina se encontraron con Sirius y Remus, quienes los vieron con sorpresa.

Los brazos de ambos señores envolvieron el pequeño cuerpo de Venus en un tierno abrazo, abrazo que la chica correspondió sin pensarlo. Los tres miembros de la Orden del Fénix y Alec se sentaron.

—Pensamos que no regresarías hasta el verano.

—Se supone que así sería pero algo se nos complicó y por eso volvimos, supongo.

— ¿Qué te trajo de regreso Venus? Sabemos que no regresaste por tu padre.

—Necesito hablar con Dumbledore y mi padrino. Lo más pronto posible.

-*-

Harry la siguió hasta el segundo piso. Cuando entró en la habitación, se sorprendió al ver a Ron y a Ginny esperándolos, sentados en la cama de Ron.

—Vine en el autobús noctambulo —dijo Hermione despreocupadamente, sacándose la chaqueta antes de que Harry tuviera tiempo para hablar. —Dumbledore me dijo lo que pasó a la mañana, pero tuve que esperar a que el trimestre terminara oficialmente antes de irme. Umbridge ya está furiosa de que ustedes hayan desapareció debajo de su nariz, aunque sin embargo Dumbledore le dijo que el Sr. Weasley estaba en San Mungo y que les había dado permiso para visitarlo. Entonces... —Se sentó al lado de Ginny, y las dos chicas y Ron miraron a Harry. — ¿Cómo te sientes? —preguntó Hermione.

—Bien, —dijo Harry fríamente.

—Oh, no mientas, Harry, — dijo ella impacientemente. —Ron y Ginny dicen que te has estado escondiendo de todos desde que volviste de San Mungo.

— ¿Eso dicen? —dijo Harry, mirando furiosamente a Ron y a Ginny. Ron miró hacia abajo a sus pies pero Ginny parecía bastante imperturbable.

—A estas alturas deberías de saber cómo son mis dos hermanos Potter. Un par de chismosos. — dijo una rubia asomándose por la puerta del cuarto de su hermano.

— ¡Cállate Venus! ¡Harry, lo has hecho! —dijo ella. — ¡Y no mirarás a ninguno de nosotros!

—Son todos ustedes los que no me mirarán a mí—dijo Harry furiosamente.

—Quizá se están mirando en turnos, y no se están viendo el uno al otro, —sugirió Hermione, con los costados de su boca moviéndose.

—Muy divertido, — dijo bruscamente Harry, dándose vuelta.

—O quizá Harry tenga razón y mi familia lo está evitando porque piensan que él es el verdadero culpable por lo que le paso a papá ¿no es eso lo que dijiste Ginny?

La Promesa De Una WeasleyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora