— Mira bajo las mesas— dijo la otra voz
Harry vio las rodillas del mortífago doblarse, y apuntando con su varita por debajo de la mesa gritó "¡Stupefy!"
Un disparo de luz roja golpeó al mortífago más cercano, que cayó de espaldas contra un gran reloj de pared y lo tiró; el segundo mortífago, sin embargo, se apartó a un lado para esquivar el hechizo de Harry y estaba apuntando con su varita a Hermione, que se arrastraba bajo una mesa para apuntar mejor.
— Avada...
Harry se lanzó por el suelo y se agarró a las rodillas del mortífago, haciendo que tropezara y fallara su disparo. Neville tiró una mesa patas arriba en su ansiedad por ayudar, y apuntando su varita salvajemente a la pareja grito:
— ¡EXPELLIARMUS!
Tanto la varita del mortífago como la de Harry volaron hasta la entrada de la Sala de la Profecía; ambos se pusieron en pie y corrieron hacia ellas, el mortífago por delante, Harry justo en sus talones, y Neville tras ellos, horrorizado por lo que acababa de hacer.
—¡Sal del camino, Harry!— gritó Neville, claramente dispuesto a reparar el daño.
Harry se apartó a un lado mientras Neville apuntaba otra vez y gritaba:
—¡STUPEFY!
El disparo de luz roja pasó justo sobre el hombro del mortífago y golpeo un armario lleno de relojes de arena de variadas formas; el armario cayó al suelo y se rompió, cristales volando por todas partes, volvió a subir a la pared, casi completamente arreglado, y entonces volvió a caer y se estrelló contra el suelo...
Venus apareció delante de él bloqueando el paso y dando tiempo para que los Potter, Lombottom y Luna salieran de ahí. El mortífago había alcanzado su varita, que yacía en el suelo cerca del frasco brillante. Hermione, acababa de alcanzarlos. Junto con Alec lanzaron su hechizo mas poderoso dejando inconsciente a aquel mortifago, su varita cayó al suelo y él se derrumbó de espaldas contra el frasco brillante.
Harry esperaba oír un fuerte sonido, como si el hombre chocara contra cristal sólido y empujara el frasco hacia el suelo, pero sin embargo su cabeza se hundió a través de la superficie del frasco como si no fuera nada más que una burbuja de jabón y él quedó tumbado sobre la mesa, con su cabeza reposando dentro del frasco lleno de viento brillante.
—¡Accio varita!—gritó Hermione. La varita de Harry voló desde un rincón oscuro hasta su mano, y ella se la lanzó a Harry.
—Gracias.— Dijo. —Bien, ahora salgamos de...
—¡Miren!— dijo Neville, horrorizado. Estaba mirando la cabeza del mortífago en el frasco.
Los siete alzaron sus varitas otra vez, pero ninguno de ellos atacó: estaban mirando fijamente, con la boca abierta, espantados, a lo que le ocurría a la cabeza del hombre. Se estaba reduciendo muy rápido, volviéndose más y más calvo, su pelo retrayéndose en su cabeza; sus mejillas volviéndose suaves, su cabeza redonda y cubierta por una pelusilla como la de un melocotón...
Una cabeza de bebe se asentaba ahora de forma grotesca sobre el grueso y musculoso cuello del mortífago mientras luchaba por ponerse de nuevo en pie; pero mientras miraban, sus bocas abiertas, la cabeza volvía a recuperar sus proporciones, el pelo negro volvía a surgir...
—Es el Tiempo—dijo Venus pasmada. —Tiempo...
El mortífago sacudió su cabeza, tratando de aclararse, pero antes de que pudiera recomponerse su cabeza volvía a reducirse a la de un bebe una vez más... Alguien chilló en una habitación cercana, después un fuerte sonido y un grito.
—¿RON?— gritó Harry, apartando su vista de la monstruosa transformación que ocurría ante ellos.—¿GINNY?
—¡Harry!— gritó Hermione.
El mortífago había logrado sacar su cabeza del frasco. Su aspecto era absolutamente extraño, su pequeña cabeza de bebe balbuceando ruidosamente mientras sus gruesos brazos se agitaban peligrosamente en todas direcciones, casi dándole a Harry, que se había agachado. Harry levantó su varita, pero para su sorpresa Hermione le detuvo.
—¡No puedes hacerle daño a un bebe!
No había tiempo para discutir; Harry podía escuchar pasos acercándose desde la Sala de la Profecía y se dio cuenta, demasiado tarde, de que no deberían haber gritado y revelado así su posición.
—¡Vamos!— dijo, y dejando al horrible mortífago con cabeza de bebe tambaleándose tras ellos salieron por la puerta que permanecía abierta al otro lado de la habitación, que llevaba al pasillo oscuro.
Venus, Alec y Luna ya llevaban medio camino recorrido cuando Harry vio a través de la puerta abierta a dos mortífagos más corriendo a través del pasillo oscuro hacia ellos; sin poder avisarles viro a la izquierda se metió en una pequeña, oscura, desordenada oficina y cerró la puerta.
—Collo...— comenzó Hermione, pero antes de que pudiera completar el hechizo la puerta se abrió y los dos mortífagos entraron.
Venus se dio cuenta de que faltaban los Potter y Neville, ellos enserio tenían un maldito talento para meterse en problemas con quejas de Alec se dieron la vuelta y volvieron a donde los habían visto por ultima vez.
—¡IMPEDIMENTA!

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La Promesa De Una Weasley
FanfictionLa Promesa de Una Weasley Dos chicas: Hermione Granger, Venus Weasley. Un secreto: El de ella Una promesa: La de ella "¿Qué ella es quien? Dumbledore yo no puedo hacer nada por ella, bueno si, pero... ¿protegerla?" Segunda parte de Una Wea...