My Trouble Maker {#2 Trouble} {Justin}

Capítulo Treinta y Seis

Narra ____:

—Gracias por todo chicos—dije y estos asintieron. Realmente estaba agradecida con ellos. –Enserio se los agradezco, ya saben que Justin no está...—me callé sin saber que decir.

—Entendemos—dijo Chaz y asentí agradecida. Hasta hablar de lo que había pasado me dolía. Y ni hablar Justin que estaba con la mirada perdida sin moverse del sofá. Me dolía verlo así, pero no podía hacer nada. Sabía que no sería buen recibida tampoco. –Cualquier cosa, nos avisan, estamos aquí al lado—dijo y asentí antes de cerrar la puerta con seguro. Me giré a ver a Justin y suspiré acercándome a él. Quería hablar con él, consolarlo, pero no sabía cómo. Es más, tenía miedo de que él fuera a rechazarme. Ya lo había hecho antes cuando paso lo de Ryan, podía volverlo a hacer y no estaba tan segura de poder soportarlo. Miré a Andrés que gateaba alrededor de la habitación buscando conforte. Por más que buscara no iba a encontrar comodidad, nadie iba a hacerlo. No en este hotel, no con cinco policías en la puerta, no luego de todo lo que paso. Me senté al lado de Justin y lo abracé de lado. Este relajó su cuerpo, pero no se movió. Seguía con la mirada perdida y eso me estaba matando, realmente lo estaba haciendo.

—Estoy aquí cariño—susurré en su oído antes de besar su mejilla, pero nada. Justin seguía en silencio. Andrés se volteó a vernos y rio corriendo hacia nosotros. Se abrazó de la pierna de Justin, pero ni eso logró que Justin apartara la mirada de la pared. Andrés empezó a balbucear y sonreí al escucharlo decir papá o al menos eso entendía. A veces entendía que decía mamá hasta Abu, pero como no lo decía muy alto no iba a emocionarme. Por el momento él balbuceaba diciendo cosas sin sentido, pero esperaba que hablara pronto. –Hermoso—dije y Justin se puso de pie con cuidado de no tumbar a Andrés al piso.

—Ahora no ___—dijo yendo a la habitación y sollocé cargando a Andrés. Él nunca me llamaba por mi nombre a menos que estuviera enojado o abrumado como ahora. Quería estar ahí para él, pero no me dejaba. Sabia como se sentía, sabia el dolor que estaba sintiendo, sabia como se estaba torturando. Joder que sabía que estaba roto. Él quería mucho a Esther, la amaba. Para él, Esther era su princesita, su compañera, la compañera de Andrés y su todo. Sabía lo que Esther significaba para él, pero no quería abrirse conmigo. Aunque no podía culparlo, los sucesos habían pasado hace tres horas. Tal vez necesitaba procesar todo. No fue fácil ver como había quedado Esther. No había sido fácil ver como Chris la cargaba con cuidado a pesar de que esta se quejaba. Era doloroso recordar los ruidos lastimeros de Esther. Mas para Justin que quería consolarla, pero haber visto el charco de sangre había sido mucho para él.

—Papá va a estar bien, ¿Verdad?—le pregunté a Andrés que sonrió al escuchar la palabra papá. Escuché toques en la puerta y me puse de pie con Andrés en brazos. Miré por la ventanita que tenia la puerta y la abrí.

—Hola—dijo Alfredo y sonreí al verlo. –Vine por wubzzy—dijo y reí pasándole a Andrés que rio al ser llenado de besos por Alfredo. –Me quedare con él por hoy—dijo y asentí agradecida. Eso me daría tiempo para hablar con Justin.

—Pasa—dije y este entró a la habitación riendo ya que Andrés le exploraba la cara o más bien pellizcaba. Fui a la pequeña cocina de la habitación y saqué de la mochila de Andrés su biberón de dormir. –Toma bebé—le di el biberón a Andrés que rio recostándose del pecho de Alfredo mientras se lo bebía. Le saqué dos pañales juntos a los pañitos húmedos y se los di a Alfredo. –Cualquier cosa me avisas ¿Vale?—pregunté y este asintió con una sonrisa.

— ¿Cómo esta él?—preguntó y suspiré limpiándome la cara. De seguro ya estaba roja por haber llorado.

—Nada bien—dije y este asintió triste. –Mantenme informada si pasa algo—dije y este asintió. Ambos sabíamos que no podíamos hacer nada, no hasta que Justin nos permitiera consolarlo y eso no iba a pasar. Justin odiaba que le tuvieran lastima aunque realmente no fuera lastima, pero él lo veía así. –Adiós osito—dije besando los labios de Andrés antes de devolverle el biberón.