Narra Justin:
—Justin—susurró ___ al verme sentado al final de la cama. De seguro se sorprendía verme aquí. — ¿Cuándo llegaste?—preguntó arrastrándose hacia mí y me abrazó por detrás.
—Hace una hora—dije y esta asintió besando mi cuello. Amaba lo amorosa que estaba siendo estos días. De seguro era porque tenía miedo que volviera a dejarla de lado si no estaba bien. Había sido un error volverla alejar cuando estaba mal. Ella solo quería estar ahí para mí y no le di esa oportunidad, pero eso ya no importaba. Ya había llorado en su hombro, le había permitido hablar de lo de Jeremy. Así que no había razón para recordar como la había echado a un lado por miedo a que ella supiera el porqué estaba mal.
—Me sorprende verte aquí, nunca regresas hasta por la mañana—dijo y asentí. Ella tenía razón, siempre llegaba a las seis o siete de la mañana. Nunca en la madrugada y mucho menos a las dos de la mañana cuando todo apenas comenzaba, pero me había aburrido en la fiesta. Sinceramente ya no me gustaban las fiestas, no me divertía como antes. Si, había hecho "negocios" y estaban hablando mucho de mí, pero no me gustaba ese tipo de atención. Ya no, la única atención que a mí me gustaba y amaba era la de mi campeón y la de mi chica. Solo ellos dos tenían toda mi atención y era por ellos que hacia esto. Pero había otra razón por la que había vuelto temprano.
—Hay una razón por la que estoy aquí—dije y esta sonrió sobre mi cuello. Lo sé porque lo sentí.
—Nuestro bebito cumple años—dijo y asentí viendo la cuna de Andrés. No podía creerlo, Andrés cumplía un año. ¡Un año! ¿Cómo era posible? Ayer apenas era un cachorrito que lloraba en mis brazos ¿Y hoy? Hoy cumplía su primer añito. Era cierto cuando decían que el tiempo se pasaba volando. Ayer estaba apenas en el vientre de ___ moviéndose listo para salir y hoy cumplía su primer año. Ya no estaba el llorón de mamá, tampoco el mimado de papá. Al contrario, estaba el pequeño niño de la casa. Quería creer que aun no era 23 de julio, pero sí lo era. Mi campeón si estaba cumpliendo su primer añito. Aun no podía creerlo, me era difícil creerlo. Aunque honestamente tampoco quería creerlo. Porque creerlo significaba aceptar que ya estaba grande. Que Andrés ya no nos necesitaría. Que nos alejará convirtiéndose en un niño grande. Que no nos dejará llenarlo de besos como tanto le gusta, que no le gustará bañarse con nosotros, que no se dejará hacerle cosquillas o besarle la barriguita como tanto le gustaba. Que no fingirá dormirse en nuestros pechos con tal de que no lo alejemos. Que no le gustarán las burbujas en su cuerpito o el agua. Era muchas cosas que cambiarían a lo largo del tiempo y eso no me gustaba. Si por mí fuera, Andrés jamás crecería. Se quedaría siendo mi campeón llorón para siempre, pero eso no podía suceder. Yo también quería verlo crecer. Quería verlo hablar, ir a la escuela, que tuviera amigos y novias. Quería verlo reír, celebrar sus logros y por supuesto, quería verlo cuidar de su hermanito. Porque no me he olvidado de eso. Tal vez estoy exagerando un poco ya que seré papá de nuevo, pero Andrés significa tanto para mí. No es solo la oportunidad de ser su papá que me dio, me dio muchas cosas. Me dio felicidad, le trajo luz a mi vida y sobre todo me dio mucha esperanza. Esperanza de ser feliz, de ser alguien normal, de ser alguien querido y de ser un hombre de bien. A Andrés no solo lo quería por ser mi hijo, sino porque fue mi salvación. Fue la razón por la que abrí los ojos, la razón por la que quise ser otra persona de bien y la razón por la que me di la oportunidad de ser feliz. Y no cabe olvidar que fue la razón de porque mamá me perdono. Él había sido la razón por la que hoy día tenia a mi mamá conmigo y compartía con Jeremy. Andrés solo era otra bendición para mí. ___ había sido mi bendición principal. Ella sí que había sido una bendición para mí, para mi vida. Había llegado a mí como una luz y esa luz había sido esperanza. Y vaya que esperanza me dio. Me dio la oportunidad de ser feliz, de ser alguien amado, la oportunidad de ser el papá de su hijo y ahora me dio la oportunidad de compartir su vida con la mía para siempre. ¿Y yo? Yo no hice nada para merecerla, pero agradecía tanto a Dios por haberla puesto en mi camino porque yo sin ella estuviera perdido. Ella lo es todo para mí, Andrés y nuestro bebé lo son. Son las únicas personas que me han devuelto las ganas de vivir, de seguir adelante y de ser feliz.
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My Trouble Maker {#2 Trouble} {Justin}
Hayran Kurgu-¿Confías en mi?-preguntó el ojimiel acariciando las mejillas de su chica. -Si-respondió agitadamente la chica. -Entonces agarra mi mano-sonrió el chico y la chica aun dudosa, le ofreció la mano sin saber que su vida volvería a dar otro giro inesper...