Narra Justin
—Mierda—escuché la voz de _____ al entrar al departamento y me puse de pie rápido. ¡Ya era hora que llegara! Llevaba todo el día esperándola; no saber nada de ella era un martirio. Ni siquiera mis mensajes contestó. Soltó a Andrés en el piso y alzó la vista viéndome. Suspiré al ver como se le había borrado la sonrisa. Mierda, no me gustaba eso. Sabía que eso iba a suceder y no la culpaba. Tenía todo el derecho de estar molesta conmigo por como la traté esta mañana. Había sido un idiota con ella. No debí tratarla mal, joder sabia que se sintió mal y yo no quería eso. Apenas nos estábamos reconciliando para que otra pelea pasara. Simplemente no sé que me paso. Cuando me di cuenta de cómo la había tratado ella ya se había ido. Y ni hablar de los mensajes y llamadas. Ninguno me los respondía y eso me había estado volviendo loco todo el día. Ella sabía que enojada o no debía responderme el teléfono. El turco estaba ahí afuera y podía hacerlo algo.
—Nena—dije cargando a Andrés que rio cabalgando sin soltarse de mi cuello. –Hola campeón—dije besando su mejilla y este rio aferrándose a mi cuello. De seguro me extraño, pero no tanto como yo a él. Había sido muy difícil haberme ido anoche sin esperar a que se durmiera. Tanto a él como a mí nos gustaba darnos besitos y mecerlo hasta que se quedara dormido, pero anoche no estuve aquí para eso y me dolía. No me gustaba estar lejos de él, pero lo hacía por mantenerlo a salvo.
—Hola—dijo poniendo el bulto de Andrés en una esquina junto al suyo antes de caminar a la cocina. Al menos no estaba siendo fría ni cortante. Eso era algo bueno, pero eso significaba que estaba dolida y no molesta como pensé
—Tenemos que hablar—dije mirándola y esta asintió sacando la jarra de jugo de la nevera.
—Si es por haber cogido el auto de mi tía, tenía que cogerlo porque hoy era mi último examen y no iba a molestarte—dijo girándose a verme y Andrés estiró los brazos para que esta lo cogiera aunque estaba seguro que solo quería jugo. Era su favorito.
—No, no es por eso—dije confundido. Ni siquiera había pensado en eso. Lo había olvidado por completo. Ella no podía salir, tenía prohibido por su seguridad, pero con todo esto que paso los últimos días se me había olvidado. –Aunque ahora que lo dices, necesitas un auto—dije y esta negó.
—Ya no es necesario, he acabado la universidad y estaré todo el día en casa—dijo y me acerqué a ella. Que ella estuviera todo el día en casa era algo muy tranquilizante para mí. –No Justin—dijo alejándose y suspiré. No quería que se pusiera así. No la quería distante de nuevo, estábamos recuperándonos de lo de los chicos. Lo menos que quería era tenerla distante de nuevo.
—Por favor nena, perdóname—pedí siguiéndola a la sala en donde Andrés se acomodaba en el regazo de esta. –De verdad lo siento—dije sentándome a su lado. Quería que ella supiera lo arrepentido que estaba porque lo estaba. Nunca quise tratarla mal, pero odiaba que preguntara mucho y más cuando estaba de resaca. Aun así, sé que eso no es excusa para haberla tratado así. Ella no merece que vuelva a tratarla mal por ser un idiota.
—No tienes que pedir perdón, no debí preguntarte—dijo encendiendo la televisión. Odiaba que estuviera sí. Yo no quise hacerla sentir mal, jamás fue mi intención. Solo estaba cansado y tenía dolor de cabeza. Había sido una noche muy larga. Había competido dos carreras y luego habíamos ido al club en donde conocí a varios tipos que me ayudarían a ser negocios. Eso era bueno, ya estaba ganando terreno, pero bien poco. Iba poco a poco, ya bastante había llamado la atención anoche. Ahora solo tenía que dejar que se calmara todo por unos días antes de volver a ser Mike aunque había fiestas a las que debía ir. Pero no estaba seguro de eso, no quería estar tanto tiempo afuera.
—Si, tienes todo el derecho de preguntar nena—dije haciendo que me mirara. –Perdóname— pedí y esta suspiró.
—Sabia que al volver a ese mundo, volverías a ser el mismo de antes—dijo y negué dolido. ¡No! Ella no podía decir eso.
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My Trouble Maker {#2 Trouble} {Justin}
Fanfic-¿Confías en mi?-preguntó el ojimiel acariciando las mejillas de su chica. -Si-respondió agitadamente la chica. -Entonces agarra mi mano-sonrió el chico y la chica aun dudosa, le ofreció la mano sin saber que su vida volvería a dar otro giro inesper...