—He llevado tanto tiempo pensando en que decirte hoy y mentiría si te dijera que solo ocupé un papel porque no es así—reí sacando el papel largo donde tenía mis votos y esta abrió la boca sorprendida al ver que estaba escrita por delante y por detrás. –Ryan tuvo que cortarme el papel porque quería seguir escribiendo y como vez, el papel llega a mis pies—dije haciendo reír a todos. No mentía al decir que Ryan tuvo que pararme para que dejara de escribir. Ni siquiera me di de cuenta de todo lo que había escrito hasta que me paró.
—Justin—susurró con lágrimas en los ojos viendo el papel con sorpresa y sonreí. Miré a los invitados específicamente a mi campeón y a mi princesa. Megan le daba el biberón a mi princesa mientras que Andrés permanecía sentado en el regazo de Riley agarrando la manito de su hermanita. Era el momento. Miré su rostro una vez más antes de mirar mi papel y respiré hondo.
— Yo, Justin Drew Bieber Mallete estoy aquí hoy porque he decidido unir mi vida contigo—dije cogiendo su mano. — Hemos esperado demasiado tiempo nena, demasiado—bufe y esta asintió con lágrimas en los ojos. Hemos esperado demasiado tiempo para esto, para estar juntos. —Además de querer unir mi vida a tu lado, hoy quiero decirte todo lo que alguna vez quise decirte y no pude—suspiré viéndola. Era mi tiempo, necesitaba decirle todo lo que alguna vez quise decirle. — Pero antes que nada, quiero que sepas que luces hermosa—sonreí viéndola. No mentía al decir que lucía muy bien. —Realmente me has dejado sin palabras nena, luces magnifica y me siento tan patético a tu lado porque te ves tan bella y opaco tu belleza, tu brillo—dije haciéndola reír. No estaba mintiendo, me sentía patético a su lado porque ella lucia maravillosa. —Ni siquiera todas las estrellas lograran brillar tanto como tu hoy porque luces preciosa—sonreí antes de mirar el papel. —Cada día me pregunto qué hice para merecerte—dije. —Para merecer a una joya como tú, aunque no creo que sepas lo bella que eres—suspiré. Ese siempre seria nuestro problema. Ella no cree que es perfecta y yo convenciéndola de que lo es porque para mí lo es. —No creo que sepas que en tu rostro no hay una sola cosa que quiera cambiar—acaricié su mejilla. —Que tus ojos hacen parecer que las estrellas perdieron su brillo—subí mi mano por sus ojos haciendo que los cerrara. Sus ojos me encantaban. Me hacían sentir perdido, en el mar por su profundidad. —Que no hay algo más placentero, más real que besar tus labios—dije acariciando sus labios y esta sonrió dándole un beso a mi dedo. Ella no tenía idea de lo tentadora que estaba siendo. —Que tu sonrisa es tan única que detienes a todos a tu alrededor para mirarte—dije y esta sonrió viendo a los invitados. Yo no mentía al decir que todos estaban mirándola. —¿Vez? Realmente no creo que sepas lo estupenda que eres nena, pero para eso estoy aquí—sonreí cogiendo su mano. —Para decirte lo malditamente hermosa que eres para mí—dije haciendo reír a todos. —Para decirte todo lo que me encanta de ti—sonreí. —Como ríes cuando te agarro los gorditos—dije acariciando su cintura y sentí un gruñido del publico haciéndome reír. No cabe duda que Louis sigue odiándome. —Como te quejas cuando no complazco tus antojos—bufe haciéndola reír. —Como te burlas cuando me ves cambiarle el pañal a nuestros hijos—dije haciendo reír todos. Yo era pésimo cambiando pañales, eso no era un secreto. Y ahora más con mí pequeña. Era rara la vez que le cambiaba el pañal. Las pocas veces que lo hacía, me costaba terminar. Me sentía como un pervertido. Lo sé, era mi hija, pero cada vez que la bañaba o le cambiaba el pañal me sentía como un pervertido o peor aún un violador. —Como te sonrojas cuando te digo algo caliente—dije haciéndola sonrojar y a su tío bufar molesto. Prometí no decir nada fuera de lugar, pero no podía evitarlo. Ella tenía que saber todo. —Como lloras cuando te digo lo hermoso que es tu cuerpo y lo mucho que amo tus curvas—sonreí. Amaba sus curvas, ahora más que antes. — Pero sobre todo amo como me llevas la contraria, como no haces lo que te ordeno y como me dejas con la palabra en la boca a pesar de que sabes que eso me saca de quicio— dije haciéndola reír. Yo no le encontraba lo gracioso a eso. Odiaba cuando se ponía terca y me llevaba la contraria. Lo bueno es que teníamos sexo después. Ambos enojados éramos una bomba. Ya cuando nos calmábamos, nos reíamos y ni siquiera nos recordábamos por qué peleábamos. –Me encanta cuando te enojas cuando Andrés se pone grosero y yo lo defiendo—dije y ambos miramos a Andrés que permanecía agarrando la manita de su hermanita mientras bebía de su biberón. Era un milagro que se estuviera quieto en el regazo de Megan. Lo más seguro es que lo estaba porque tenía a su hermanita a su lado y los pechos de Megan. Tan pequeño y pervertido mi campeón. –Y justo en ese momento cuando frunces el ceño y alzas las cejas, te encuentro hermosa nena, preciosa ante mis ojos—sonreí besando su mano. – Me encanta todo de ti y estoy enamorado de la forma en la que me miras—dije viendo sus ojos. Ellos nunca me mentían. —Diablos nena, me atrapas como ninguna otra—sonreí y esta sonrió llorando. No quería hacerla llorar, pero sabía que estaba llorando de emoción. Yo también lo hacía. Estaba abriéndole mi alma. —No necesito una chica cara bonita o una con cuerpo plano, te quiero a ti—dije. Quiero que tenga eso claro, no necesito a nadie más. —No quiero abrazar a otra, no quiero sonreírle a otra, no quiero molestar a otra, solo a ti—sonreí. —Solo a ti quiero darte mi amor, darte todo de mí porque todo de mi ama todo de ti—acaricié su mejilla. —Tu belleza, tus curvas con tus bordes y tus imperfecciones, quiero todo de ti—dije. —¿Sabes por qué?—le pregunté y esta negó llorando. Sabía que la estaba matando con mis palabras, pero tenía que decirle todo lo que sentía por ella. –Porque solo tu captas mi atención—sonreí limpiándole las lágrimas. —Porque solo tu captas mi atención, eres mi principio y mi final nena—dije cogiendo el paño de mi traje y le limpié las lágrimas. —¿Sabes porque?—negó en un puchero haciéndome sonreír. Se veía hermosa. –Porque eres mi nena, mi reina, mi musa, mi tesoro, mi perdición, mi todo, pero sobre todo eres mi chica favorita—sonreí. –Eres mí más preciada posesión y prometo cuidarte y protegerte—dije. —No me preocupa nadie más, solo tú y nuestros hijos—sonreí haciéndola asentir. Era todo lo que me importa, ella y nuestros hijos. –Porque son ustedes los que me complementan, yo no soy nadie sin ti—dije con la voz quebrada y esta sonrió cogiendo el pañuelo limpiando mis lágrimas. Esto era tan profundo para ambos. —¿Pero quien es un rey sin una reina?—le pregunté haciéndola reír. –Lo eres todo para mi nena, de todas las chicas que he conocido y vaya que he conocido a muchas—dije y esta me empujó suavemente haciendo reír a todos. –Te elijo a ti como mi número uno y espero que me elijas como tu número uno—sonreí. Ella siempre seria mi número uno y yo quería ser su número uno. —Sé que no soy fácil, sé que todo respecto a mí nunca ha sido fácil—reí y está haciendo. No debía decírmelo, yo lo sabía. No soy fácil. –Soy un chico problemas—dije y esta asintió riendo. Yo era un problema. —Pero quiero que sepas que me conociste en la oscuridad donde vivía antes de conocerte y llegaste a encenderme, a darle luz y sentido a mi vida—dije dándole la vuelta al papel. Aun iba por la mitad y sentía que no podría seguir hablando. Las emociones estaban a flor de piel. –Me hiciste sentir como si yo fuera suficiente, como si fuera una buena persona aunque no lo era—negué con una sonrisa triste. — Me hiciste desear algo que pensé que jamás iba a tener, que jamás iba a querer—suspiré y esta abrió la boca sorprendida. —Me hiciste empezar a creer en segundas oportunidades, en el amor—dije. –Yo no sabía lo que era amor hasta que te encontré, pero me asusté—susurré con la voz quebrada. Le debía tanto a ella. –Me asustó tu mirada, tu preocupación por mí, tus celos, tu compañía—negué mirándola. –Todo sobre ti me asustó y eso hizo que hiciera y dijera cosas de las cuales me arrepiento porque nunca quise hacerte daño, nunca fue mi intención—dije y está limpió mis lágrimas. Me arrepentía tanto de haberla lastimado. Nunca quise hacerlo y Dios sabe que así es porque hoy me está dando otra oportunidad para hacer las cosas bien y hacerla feliz. —Pero estaba asustado, por primera vez estaba sintiéndome una persona, un ser humano que podía sentir amor—sentí su apretón de manos. Ella estaba dándome apoyo. – Más bien estaba aterrado de lo que estaba sintiendo nena—dije y esta acarició mi mejilla. —Tú estabas ahí tratándome tan bien, dándome el apoyo y el amor que nunca sentí antes, cuidando de mi cuando no lo merecía –sonreí besando su mano. —Un tipo como yo no merecía nada de lo que me dabas, pero a ti eso nunca te importó—negué con una sonrisa.
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My Trouble Maker {#2 Trouble} {Justin}
Fanfiction-¿Confías en mi?-preguntó el ojimiel acariciando las mejillas de su chica. -Si-respondió agitadamente la chica. -Entonces agarra mi mano-sonrió el chico y la chica aun dudosa, le ofreció la mano sin saber que su vida volvería a dar otro giro inesper...