My Trouble Maker {#2 Trouble} {Justin}

Capítulo Treinta y Siete

Narra Justin:

—Es increíble como no se mueve—dijo ___ acariciando a Esther que permanecía acostada en su regazo. Llevaban tiempo así juntas, algo muy bueno. Había sido una sorpresa ver como Esther se había dejado tocar y acariciar por ___. Para mas decirles, Esther había ignorado a Andrés por irse con ___. Tal vez porque Esther aun seguía muy débil, pero me alegraba que ya estuviera con nosotros. No hubiera soportado haberla perdido. Ella era mi princesa, la compañera de Andrés y parte de nuestra familia. No me hubiera imaginado sin ella. Haberla visto rodeada de sangre y escucharla quejarse de dolor había sido una imagen horrible. Algo que no pude aguantar. Y todo culpa de un maldito hijo de puta. No sabía quién podía ser, realmente no lo sabía, pero no era el turco. Tanto ___ como el tío de ella tenían razón. El turco no pudo haber sido porque este no era tonto. Este sabía que el tío de ___ era policía y que estamos con respaldo de la policía, pero pudo haber mandado a alguien. Aunque también descartaba esa idea. ___ tenía razón, había sido alguien muy cerca a nosotros. ¿Por qué? Porque la persona que había sido había desactivado la alarma más bien la había destruido, pero había entrado a la casa. ¿Cómo? Solo alguien que conocía la casa. Y eso era lo que me mantenía intranquilo. ¿Cómo no me había dado cuenta de que alguien se había metido a la casa? Ni siquiera estábamos haciendo mucho ruido en el patio para que no escucháramos nada. Así que, ¿Cómo no me di cuenta de que Esther no salía de casa? Esta siempre estaba con nosotros, nunca le gustaba quedarse sola. Un minuto más y tal vez Esther no estuviera aquí. Pero eso ya no importaba, ella ya estaba aquí con nosotros y estaba bien. Ahora tenía que concentrarme en quien había sido quien había hecho eso. También descubrir quién era el traidor que nos estaba traicionando para ayudar al turco y por supuesto atrapar al turco. Maldito desgraciado que no cometía ni un maldito error para poder atraparlo. Sabía que debía tener paciencia, pero no podía tenerla. Mi familia estaba en peligro, podía pasarle cualquier cosa porque ese hijo de puta era capaz de todo. No podía permitir eso. Algo tenía que hacer, algo iba a hacer mal y entonces esa sería mi oportunidad de acabar con él. Porque iba a acabar con él, no importaba si volviera a la cárcel por eso. Ese hijo de puta iba a pagar haberse metido con mi familia. Y ni hablar del maldito traidor. Ese sí que iba a pagar muy caro habernos traicionado. A nosotros nadie nos traiciona y quien lo hace, lo pagaba y quien sea iba a pagarlo muy caro. –De seguro debe extra muy cansada—dijo acariciando a Esther que se movió, pero volvió a quedarse dormida. — ¿Podemos dejarla adentro?—me preguntó y asentí con una sonrisa.

—Pero no es para que me cambies por ella eh—dije y esta rio besando mis labios antes de acostar a Esther en un pequeño cojín grande que ___ tenia para Andrés en una esquina. La acomodó con mucho cuidado y besó su cabecita.

—Espero que duerma y no se lastime al moverse—dijo volviendo a la cama y la abracé poniendo mi cabeza en su pecho. Quería sentirla cerca, ella era todo lo único que quería ahora mismo. –Gracias a Dios está bien—dijo besando mi cabeza y acaricié su vientre.

—Que estamos bien—dije acariciándola. Quería ya sentir el bulto en su vientre, aunque ya lo sentía por su peso, pero quería sentirlo aun mas cuando nuestro bebe creciera.

— ¿Hasta cuándo estaremos aquí?—preguntó acariciándome el cabello. Ella sabía que amaba que hiciera eso. Podía quedarme dormido nada mas sentir su mano en mi cabeza y sus dedos entre mi pelo. Era algo tan relajante.

—No lo sé, pero es lo mejor—dije y esta asintió. Estábamos seguros en la casa de sus tíos, era lo mejor. Además de que su tío no confiaba en quedarnos un hotel, así que preferimos venir a su casa. Se me hacia raro volver a estar en esta habitación, pero era lo mejor. –Es raro volver a estar aquí—dije y esta rio.