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Narra Vaska: 

-Vaska- volvió a decir. 

Lo miré. 

-Sal de mi vida- gruñí- me prometiste que saldrías y me dejarías tranquila. 

Se sorprendió. 

-No, yo te dije que todo seguiría como si nada hubiese pasado. 

-No puedo ocultar que algo pasó...- intenté que no se notara que en cualquier momento me pondría a llorar.

-Tienes que hacerlo.

Lo miré. 

-Aléjate de mi, no vayan a pensar que sigo siendo otra más... 

-Nunca fuiste una más, Vaska... tú quisiste que lo que teníamos terminara... 

-¿Y qué era lo que teníamos?... yo no podía estar con nadie más... pero tú podías tirarte a chicas en mi baño luego de acostarte conmigo... 

-Vaska- gruñó- estaba borracho. Ni siquiera me acuerdo de ti. Pero ese no era mi plan... mi plan era...- suspiró- da igual. La idea era estar juntos más adelante, a pesar de todo lo que dijeran. Pero lo tiraste todo a la basura por lo que dice la gente, ¿Y sabes qué? Prefiero no estar contigo si siempre creerás lo que dicen de mi en vez de lo que tú crees. Porque la gente hablará de mi toda su vida. 

-¡Da igual, Leonardo! ¡Da igual!- grité. 

-Cállate- gruñó- es imposible hablar contigo. 

Salió de la cocina.

Me mareé. 

Siempre que estoy muy nervioso o muy enojada me mareo y me dan ganas de vomitar... mi mamá decía que era normal, que a ella le pasaba muy seguido. 

Ella decía que nosotras somos más sensibles, y que algo muy diminuto nos podía hacer saltar de la emoción, así como derrumbarnos... 

Desde pequeña me enseñó a ser fuerte. Pero a veces siento que no puedo. 

Corrí al baño de la planta baja. 

Entré y comencé a vomitar.

Me afirmé el pelo como pude. 

Tocaron la puerta. 

-¿Vaska? ¿Puedo pasar? 

Ni siquiera pude responder.

Isabella entró en el baño y sujetó mi cabello.

-Tranquila- sobó mi espalda- vamos, vota todo. 

Narra Leonardo: 

Mathew entró en la casa, con todos esos antojos de Vaska. 

-¿Dónde se fue?- preguntó mirando a todos lados. 

Isabella suspiró.

-Comenzó a vomitar, le dije que fuera a recostarse un rato.

-¿Por qué vomitó?

Jhonatan me miró fulminante.

-No lo sé, quizá algo le cayó mal. O se puso muy nerviosa... cuando llegó se puso a llorar y no me quiso decir qué le pasó. La iré a ver. 

Narra Vaska:

Mathew entró en mi habitación con un pote de helado, chocolate, galletas y un tarro de crema chantilly. 

-Sé que acabas de vomitar... pero enfermo que come no muere... 

Reí.

-Gracias- le sonreí. 

¡No con mi hermana!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora