Narra Vaska:
Y llegó el día.
Le puse a Bianca la polera que el equipo de fútbol y las porristas nos dieron a Leo y a mi cuando recién nos enteramos de que seríamos padres. Esa polera de fútbol idéntica a la de Leo, pero en versión pequeña.
Le hice un moñito, ella me miraba atentamente, jamás se había quedado tan quieta para yo poder peinarla y vestirla.
-¡Vaska! ¡Leo está acá!- avisó Isabella.
Tomé a Bianca y bajé las escaleras.
No pude mirarlo a los ojos... juro que si lo hacía me largaría a llorar ahí mismo.
Le pasé a Bianca y caminé hacia la sala de estar.
Narra Leo:
Bianca estaba decaída hoy, como si supiese que no me vería en un par de semanas.
-¿Qué pasa, princesa?- susurré- ay, que guapa te ves con esa camisa.
Vaska comenzó a dar vueltas por todos lados, sin sentido.
Isabella me sonrió.
-Espero te vaya muy bien...
-Lo peor es que son 12 horas de viaje.
-¿Tan lejos?
-Si... me enviarán a la base que está más al norte...
-Uh, morirás de frío.
-Eso creo- bufé.
Mi mamá entró en la casa de Vaska.
-Hola- sonrió y saludó a Isabella- ¿Hijo? ¿Listo? Ya vamos atrasados, los buses salen en media hora.
Vaska se quedó parada en el umbral de la sala de estar, sus ojos estaban aguados.
-Ay, cariño, no llores- dijo mi mamá- nos tienes para todo- pero no me quitó la mirada de encima.
Caminé hacia ella y besé su frente.
-No te darás ni cuenta y me tendrás de vuelta acá.
Me abrazó.
-Te voy a extrañar mucho- susurró.
-También yo- acaricié su cabello- oye, no me hagas esto... me costará mucho irme... pero cueste lo que me cueste iré- ella secó sus lágrimas- somos un equipo.
Ella sonrió.
-Somos un equipo- asintió.
-Ya me tengo que ir...- le pasé a Bianca.
Bianca comenzó a llorar.
Se me partió el corazón.
-Oye princesa- susurré, busqué algo para darle, la muñeca de trapo estaba tirada en el sofá, la recogí- cuídala por mi, ¿Vale?- me refería más a Vaska que a la muñeca, pero sirvió para distraerla, tomé a Vaska de la cintura y la besé- te amo.
Rápidamente me volteé antes de arrepentirme, me despedí de Isabella y salí junto con mi mamá.
Se subió en el auto, Jason se quedó mirando detrás de mi, Perry iba con los ojos llorosos. Pensé que mi hermana sería la que menos me extrañaría.
Vaska se interpuso entre el auto y yo, me besó y me abrazó.
-Ya...- acaricié su espalda. Mi mamá me sonrió con melancolía- volveré en 6 semanas. Te lo prometo.
Me miró a los ojos.
-Te amo.
Volvió a besarme.