44

19K 1K 145
                                    

Narra Leo:

-Te fuiste de fiesta- gruñó mi mamá- ¡Y Vaska estaba con contracciones!

-¡Pero yo no sabía! Se supone que en dos semanas nacería Bianca.

-¡Pero Vaska tuvo contracciones todo el día!

-¡Pero no me dijo!

-Se fue a la sala de partos llorando porque no llegaste... no sabes lo decepcionada que está... porque le mentiste, le dijiste que irías a trabajar, pero en realidad fuiste de fiesta... no tienes para que mentir.

Bufé y me relajé en uno de los asientos.

Narra Vaska:

Sentía toda mi cara mojada por el sudor y las lágrimas.

-No puedo más, no puedo- balbuceé.

-Si puedes cariño, vamos...- apoyó Isabella- vamos mi niña, ya pronto tendremos a la bebita con nosotras.

-Necesito a Leo- sollocé- sea como sea... ya da igual si fue a la fiesta...

Isabella miró a la matrona.

-Pero mírate, ya estás en pleno parto.

-¡NECESITO A MI NOVIO!

Una de las enfermeras salió de la sala.

La sala era amplia y cálida. Con colores neutrales y cálidos.

Tenían de todo para hacerme sentir a gusto. Pero no me siento tranquila sabiendo que Leo no verá cómo nace su hija.

Haga lo que haga, se merece ver el nacimiento de Bianca.

-¿Quieres que me vaya?- preguntó Isabella.

-No- negué- quédate conmigo por favor- supliqué.

Narra Leo:

Una enfermera se asomó.

-¿El novio de Vaska Clark?

Me paré rápido, todos se pusieron tensos.

-¿Le pasó algo?- dije tenso.

-Ven conmigo- pidió.

-¿Le pasó algo a mi hija?

La enfermera no le tomó atención a las preguntas de todos. Cerró la puerta tras de nosotros y me guió por un largo pasillo.

-Lávate bien las manos y luego te pones esto- me pasó un paquete- luego puedes entrar a esta sala- me apuntó la puerta en la que decía "Vaska Clark"

Las manos me temblaron.

De un segundo a otro la borrachera se me pasó. Desde que entré en la clínica siento que todo el alcohol se fue.

Hice rápido lo que la enfermera me pidió y entré lentamente en la sala.

Vaska jadeaba rápido.

Me quedé ahí, sin saber qué hacer, mirándola mientras ella se retorcía de dolor. Isabella la apoyaba.

-Rápido- dijo la matrona.

Caminé hacia Vaska y tomé su mano.

Narra Isabella:

Vaska miró a Leo y se largó a llorar.

No tengo nada que hacer acá... este es el momento íntimo de ambos.

-Suerte, cariño- le susurré y rápidamente salí de la sala, con los nervios de punta y muy emocionada por luego conocer a mi nietecita.

¡No con mi hermana!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora