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Narra Vaska: 

Madeline no dejaba de mirarme de reojo, la cena fue así en su totalidad. 

-Bueno... ya me debo ir- murmuró Madeline, me miró- espero que la próxima vez que venga a ver a mi nieta no esté ese chico metido en tu habitación.

Alcé las cejas. 

-¿Tiene algún problema con eso? 

-Si, fíjate que si, hija- murmuró- no me parece para nada que tú, teniendo un novio, que además es el padre de tu hija, te encierres con un chico en tu habitación. Mi hijo está muriéndose de frío, levantándose a las tantas de la mañana, comiendo comida no muy buena y partiéndose el lomo... ¿Para que tú te encierres con otro en tu habitación?

-Es mi amigo, Madeline- gruñí- y dile lo que quieras a Leo, él sabe que Hans es mi amigo.

-A él no le parecerá nada de esto. 

-¿Sabes? No me importa lo que piense- ella se sorprendió- Si él dice que me ama tanto, entonces confiará en mi, y espero que no escuche toda la mierda que usted le meterá en la cabeza.

Se sorprendió aún más. 

-Que insolente... pensé que eras la chica indicada, Vaska... ahora mismo lamento que mi hijo se haya aferrado tanto a una...- arrugó la boca- a una sucia. 

-Piense lo que quiera- rodé los ojos. 

Narra Leo: 

[...]

La semana se me hizo eterna, pero al fin volvimos a la base. 

Algunos más rasguñados que otros... yo sobre todo. 

El coronel se rió.

-¡Ay, Moore! ¡Sales de una herida para entrar en otra!... ¡Muy bien, chicos! Vayan al comedor para que les den un buen plato de comida- asintió mientras un tipo a su lado anotaba algunas cosas. 

Llegué al comedor y comencé a devorar la mierda que nos sirvieron... ni idea de qué es, ni siquiera tiene sabor, pero llena mucho. 

-Hola Leo- Andrés me saludó- hace unos días el coronel nos entregó unas cartas que llegaron para cada uno. Dijo que las cartas llegarían cada semana- me sorprendí, no sé si Vaska sabía que se podían mandar cartas- A ti te llegó una de... ¿Valeska? ¿Valentina? ¿Va...? Algo con Va.

Sonreí.

-Vaska.

-Te la guardé para que no la fuesen a perder. Oh, y nosotros también podemos mandar una carta por semana. 

Me la pasó, sonreí. 

La abrí enseguida. 

Era una foto de Bianca. 

"Ya te extrañamos mucho, amor. 

Cuidate mucho por favor, no hagas locuras, ¡Te queremos de vuelta en una pieza! 

Te amamos mucho, 

               Con amor

Vas" 

A veces no sabe qué decir, y sé que se demoró mucho en escribir esto... pero sé que con esto tan corto quiso decírmelo todo... 

[...]

Todos dormían, y yo, alumbrado por la pequeña linterna escribía una carta para Vas. 

"¿

Cuando me dijeron que podíamos escribir una carta semanal y que harían lo posible por hacerlas llegar, en la primera persona en la que pensé es en ti. 

¡No con mi hermana!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora