Narra Vaska:
Katrina entró, con los ojos llenos de lágrimas.
-¡Tenía que ser la primera en enterarse que había nacido!
-Sh, habla más despacio- dijo Leo.
Katrina se acercó rápido a Leo que tiene a la bebé en sus brazos.
-Es una muñequita- dijo enternecida.
-¿Quieres tomarla?- le preguntó Leo.
Ella asintió rápido, Leo se la pasó.
La vestimos con el enterito que nos regaló Perry.
Leo me sonrió.
-¿Te sientes bien?
Asentí, me besó.
-Deberías ir a descansar, mañana tienes clases.
Él negó.
-Amor, ve a descansar, estuviste toda la noche despierto.
-Iré más tarde a descansar.
Madeline abrió la puerta.
-Déjenme ver a mi nietecita- dijo con los ojos llenos de lágrimas, al igual que Katrina.
Katrina se la pasó.
-Pero si es una cosita hermosa- dijo observándola.
Me relajé en la camilla, Leo acarició mi mano y relajó su cabeza sobre ésta.
Narra Leo:
El domingo fue un día muy cansador, mis hermanos y mis padres fueron toda la mañana a ver a Vaska y a Bianca, y luego fue el padre de Vaska e Isabella, estuvieron hasta que se acabó el horario de visitas. En la noche Isabella se quedó con Vaska y Bianca.
Y yo no quería venir al colegio, quería estar con mis princesas. Pero ya he faltado mucho y no puedo seguir así.
-¡Hermano! ¡Felicidades!- Thomas me abrazó y palmeó mi espalda- es una niña hermosa, no sé cómo aportaste genes para una cosa tan bonita.
Todos los del equipo de fútbol me felicitaron, las porristas también.
En general, todo el colegio me felicitó por el nacimiento de Bianca.
Todos comentaban la foto que había subido.
Vaska subió una hace unos minutos.
Era la misma foto que subí, y, además, una que le acaba de sacar a Bianca, vestida con un traje enterito color rosado pálido con puntitos blancos.
"El domingo en la madrugada se inició el resto de mi vida, esta nueva etapa que tanto me asustaba, pero que decidí enfrentar. Jamás había sentido tanto amor por alguien como por ti, hijita bella. Nos haces muy feliz a tu papá y a mi, gracias por llegar a nuestras vidas para aterrizarnos y llenarnos de amor, te amamos Bianca Madeline Moore"
Me enternecí y suspiré.
Todo el colegio hablaba de mi hija, de lo linda que era, de la gran noticia de que ya había nacido.
Narra Vaska:
-¿Matt sabe que ya nació?
Isabella asintió.
-¿Dijo algo?
-Ni siquiera tomó atención- gruñó Isabella- no sé qué tiene en contra de ti.
Apreté los labios.
-Buenos días- dijo un doctor entrando en la habitación- ¿Cómo amaneciste?
-Bien- asentí.
-¿La bebé...? ¿Cuál ha sido su comportamiento?
-Dormir mucho, y tomar mucha leche.
-Está bien- asintió- eres muy joven.
Me sonrojé.
-Por mi, te daría el alta ahora mismo. Pero tengo que dejarte hasta la tarde para ver cómo sigue el comportamiento de ambas. Ahora me llevaré a Bianca y le haré algunos chequeos necesarios- asentí.
[...]
-Hola mi amor- Leo me besó- ¿Cuándo te dan el alta?
-Dijeron que quizá hoy... yo pensé que estaría 3 días hospitalizada. Mejor si hoy me dan el alta, ya quiero ir a casa a descansar.
-Te eché tanto de menos- me besó.
-También yo.
Le di a la bebé, él la meció.
La imagen me enterneció tanto que tuve que sacarles una foto.
-Bianca- susurró Leo y movió su manito- es tan linda que no puedo apartar los ojos de ella.
-Vaska- el doctor entró en la habitación- ya te puedes ir a casa- miró a Leo- Oh, el culpadre- bromeó.
Leo rió.
-Si- estrecharon las manos.
-Este es el certificado de alta. Puedes irte a casa- sonrió- cualquier emergencia con la bebé no duden en venir.
[...]
-Al fin en casa- me quejé.
Leo dejó el moisés en el suelo.
Se ve tan tranquila en sus moisés... pero sé que luego no será así.
Isabella bajó las escaleras.
-Cariño, tengo tu habitación preparada y temperada. Tu papá llegará pronto del trabajo.
Leo subió con el moisés de Bianca, lo seguí.
Entramos en mi habitación y saqué a Bianca de su moisés.
Se quejó y luego se relajó en mis brazos.
Isabella nos dejó solos, puse a la bebé en mi cama y miré a Leo.
-¿Y ahora qué?
Él rió.
Me atrajo hacia él y me besó. Le seguí el beso, él tocó mi trasero.
-Epa- lo detuve- 40 días de abstinencia.
Su cara cambió rotundamente.
-¡¿Qué?!
-Lo siento, es lo que me dijo el médico.
-No voy a resistir, menos con ese enorme trasero que tienes- dijo aturdido.
-Lo siento amorcito, tendrás que esperar a que mami Vaska se recupere.
Pasó sus manos por su cara.
-Ya, pensemos en otra cosa...- dijo pestañeando rápido, se recostó al lado de Bianca y la abrazó. Me recosté al otro lado de Bianca.
-Ya luego te daré un premio- susurré.
Él rió.
-Te amo.
-Yo te amo más- nos miramos a los ojos.
-Bianca sacó tus ojos- dije acariciando su cara.
-Y sacó tu cabello y rulitos- murmuró. Sonreí.
Ay, no me resisto... si fuese por mi estaría arriba de Leo ahora mismo.
Pero me ordenaron mantener abstinencia por 40 días al menos.
¿Podré resistir?
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¿Qué creen que pasará ahora?