Narra Leo:
-Puede besar a la novia.
Ella me sonrió.
Me acerqué a ella y tomé delicadamente su cara entre mis manos, la miré a los ojos y la besé.
Todos saltaron en aplausos y exclamaciones.
Me separé de ella, ella suspiró.
La tomé de la mano y caminamos por el pasillo en medio de las felicitaciones de todo el mundo.
Al salir de la iglesia ya estaban mis compañeros levantando sus sables para que Vaska y yo pasáramos por abajo.
Un fotógrafo sacaba fotos desde en frente.
-Soy tan afortunado de tenerte- susurré en su oído.
Narra Vaska:
[...]
-¡Cariño! ¡Te ves hermosa!- dijo Isabella.
-Gracias- sonreí.
Tomé a Bianca que vestía un lindo vestidito blanco y una corona de flores.
-Hola mi vida- sonreí.
Leo acarició su cabello.
-Permítanme felicitarlos- murmuró el coronel acercándose a nosotros- Leonardo, felicidades.
Leo le dio la mano.
-Gracias- sonrió.
-Espero sean muy felices... y que cuiden mucho de este pequeño angelito- pellizcó una de las mejillas de Bianca.
-Muchas gracias- le sonreí.
-Te ves muy bonita- me sonrió su esposa.
-Gracias- le sonreí.
[...]
Todos bailaban la canción que sonaba, jamás en mi vida la había escuchado.
Leo bailaba tiernamente con su abuela. Ella le decía algunas cosas y él reía.
-¡Cariño!- me volteé.
-¡Abuela!- la abracé- pensé que no habías venido.
-No me podía perder la boda de mi nietecita- sonrió- ¿Ese es Leo?- se sorprendió- Wow... no se parece al chico pequeño que me presentaste cuando estabas embarazada- reí.
-Si... ha cambiado un poco... el servicio militar... y esas cosas...
-Se ve muy apuesto así...- murmuró- estaba conversando con su madre... y me dijo que va avanzando muy rápido en su carrera militar.
-Si- asentí- estoy muy orgullosa de él... ha logrado todo lo que ha querido.
-Esa es la clase de hombre con la que tu mamá siempre quiso que te casaras.
-Entonces, ¿Estará orgullosa?
-Orgullosísima... y estos tragos están espectaculares, ¿Te traigo uno?
-Oh, no abuela, gracias- le sonreí.
-¡Papi, papi!
Bianca corría de allá para acá... es tan pequeña que me da terror que alguien la vaya a pisar, además, siento que aún no tiene el suficiente equilibrio como para correr... si caminar, pero correr... demonios, no, se me ponen los pelos de punta.
Leo la tomó en sus brazos y besó una de sus mejillas. Sonreí y suspiré.
-Joder... te ves tan... casada- dijo Katrina- Por favor, no cambies... cuando vuelvas de tu increíble y caliente luna de miel tenemos que salir con las chicas... algunas noches de chicas y esas cosas.
-Claro- asentí.
[...]
-Ay, es que me da tanta pena dejarla- murmuré.
-Tranquila, está en muy buenas manos- Isabella me sonrió.
-Lo sé, sé que contigo está muy bien... pero me da pena...
-Tú solo disfruta... te lo mereces... ¡Ambos se lo merecen!
Me puse un vestido más cómodo para el viaje... ni siquiera sé dónde viajaremos.
-Adiós hijita- besé su cabecita.
Ella sonrió.
Salí de la habitación para encontrarme con toda la gente festejando aún... ¡A pesar de que son las tantas de la mañana!
-¡Vas!
-¡Andrés!- sonreí.
-Permíteme felicitarte... no te había encontrado antes para felicitarte... por la increíble fiesta que están dando... y por tu matrimonio, por supuesto... espero seas muy feliz...
-Muchas gracias, Andrés... espero que cuando volvamos nos vayas a visitar... y muy seguido. Sabes que Bianca te adora.
-Oh, me adulas, mujer... por supuesto que iré...
Leo caminó hasta acá, vestido con un pantalón negro y una camisa.
-¿Estás lista?
-Si- dije nerviosa.
-Me iré a despedir de Bianca...
Mi papá caminó hasta mi.
-Mi vida...- besó mi frente- espero que la pases muy bien... disfruta de esto... y espero seas muy feliz.
-Muchas gracias papá.
Acarició mi cabello.
-Mi niña... esperaba que este día nunca llegara... pero...- suspiró.
-Ya, papá... no llores- reí.
-No voy a llorar, lo prometí.
-¿Vamos?- Leonardo tomó mi mano.
-Vamos- asentí.
-¡Que vivan los novios!- gritó alguien.
-¡Que vivan los novios!- dijeron todos al unísono.
Salimos del lugar en el que se celebraba el matrimonio, nos subimos en el auto de Leo y él aceleró.
-¿Dónde iremos?- le sonreí.
-Ya verás...- una de sus manos se posó en mi pierna- pero ese vestido hace que quiera parar el auto y hacerte el amor aquí mismo.
Mordí mi labio.
-¿Y qué te impide hacerlo?- susurré en su oído.
Mi mano se encaminó al cierre de su pantalón.
-Epa... no, no, no- rio- estamos llegando al aeropuerto y no queremos pasar las primeras horas de casados en una celda por hacer cosas indebidas en lugares públicos.
-¿Y a ti desde cuándo te importa la ley?- arrugué la nariz.
El apretó los labios.
-Tampoco quiero que nuestra primera pelea sea hoy, por favor...- gruñó- mira, ahí está el aeropuerto...
[...]
-Buenas noches- saludó la azafata- ¿Se les ofrece algo?
-Yo quiero un zumo de naranja- sonreí.
-Un whisky... por favor- murmuró Leo.
-Con gusto- sonrió coqueta para retirarse moviendo las caderas.
-¿Cómo voy a vivir con esto? ¡Todas te miran como si fueses una hamburguesa!
El río.
-Pero esta hamburguesa solo se la puede comer una persona- me besó- además, yo tengo que aguantar que los hombres te miren ese lindo trasero...
Joder, meses y meses de abstinencia sexual me están afectando... tanto así que hacia donde miro hay un pene.
-¿Cuántas horas de vuelo son?- urgí.
-No lo se... ¿24? O 20...
-Coño- gruñí.