Narra Vaska:
-Demonios, mi cabeza- gruñí- segundo día consecutivo...
Me levanté lentamente y caminé hasta la cuna de Bianca.
No está.
De seguro está con Isa.
Salí de mi habitación y bajé las escaleras.
Bianca reía desde la sala, sonreí y caminé hasta la sala... pero no estaba con Isabella.
Fruncí mi ceño.
-¿Leo?
Él se volteó. Comenzó a reírse.
-Sabía que no recordarías nada hoy.
Me senté en el sillón y pasé mis manos por mi cara.
-Ay dios, dime que no hice ninguna estupidez.
Él negó.
-Te comportaste- asintió- fuiste una dama toda la noche.
-No me mientas- gruñí.
Él se rió.
-La verdad... llegaste a tu habitación en calidad de bulto.
-Ay no- gruñí.
-Sólo bromeo...- murmuró- tomaste bastante... no sé si fumaste...
Me senté a su lado en el suelo, Bianca me sonrió con sus apenas 4 dientes.
Leo besó mi mejilla.
-¿Te gustó tu regalo?
¿Qué me regaló Leo?
Demonios...
-Si- sonreí- es muy bonito... gracias.
-Ni siquiera sabes qué te regalé- se rió- ¿En serio no recuerdas nada?
-Sólo algunas cosas- me disculpé.
-Te regalé el collar...
Toqué mi cuello.
-Oh... cierto- sonreí- es muy bonito...
Su corazón.
Ay... se me derriten las bragas al recordar eso que me dijo...
¡Por favor, Vaska! ¡Recuerda todo!
[...]
Matt llegó casi para la hora de almuerzo.
Venía con alguien.
Matt miró a todos lados.
-Papá- murmuró.
Mi papá salió de la cocina acompañado de Isabella. Isa puso cara de sorprendida.
-Ella es Nancy.
Ambos se quedaron perplejos.
Leo miró para atrás y se aguantó la risa.
-La nueva- susurró.
Lo fulminé con la mirada.
-No te hubiese gustado que tu familia me dijera así... porque yo sería la nueva número 50...
Él me fulminó con la mirada.
Matt caminó a la sala.
Leo se paró, luego yo.
-Ella es mi hermana Vaska, ella es mi sobrina y él es mi...- frunció su ceño.
-El papá de su sobrina- murmuró Leo.