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Narra Leo: 

Apenas llegamos en la clínica, los paramédicos corrieron con mis bebés. Con Bianca no fue tanta la urgencia ya que a simple vista estaba perfecta. 

Me bajé de la ambulancia. 

-También lo revisaremos...- dijo una enfermera.

-No me pasó nada- murmuré.

-Debemos... 

-¡Que no me pasó nada!

-Señor, cálmese- gruñó la enfermera- no es culpa mía todo lo que está pasando, sólo intento ayudarlo...

Narra Vaska: 

Las luces pasaban de forma intermitente por mi campo visual, la vista poco a poco se me nublaba y oscurecía más. 

-Leo- susurré. 

-¡Está perdiendo mucha sangre!- escuché un grito. 

[...] 

Desperté en una habitación blanca. Tenía algunos tubos conectados, algunos parches sobre las heridas, no puedo mover las piernas, las tengo adormecidas. 

-Vas... 

Miré a mi lado. 

-Mi vida...- acarició mi cara. 

Intenté moverme. 

Sentí lágrimas resbalar por mi cara. 

-Debes estar tranquila, estás adormecida...- acarició mi cabello- demonios, amor... pensé que...- sus ojos se aguaron, besó mi frente. 

-Bianca... 

-Ella está bien- asintió- no le hicieron nada. Le hicieron todos los exámenes. Ahora está en observación, quizá pueda irse a casa hoy... tú deberás estar al menos un día más acá... pero me quedaré contigo. 

-Sarah... Connor.

Su cara cambió. 

-Sarah está bien, también tendrá que estar unos días acá para asegurarnos de que puede sobrevivir sin máquinas... 

-Connor- insistí. 

Negó. 

-¿Qué pasó con Connor? ¡Dime que está bien! ¡Quiero ver a mi hijo! ¡Connor! 

-Vaska, cálmate... 

Narra Leo: 

-¡QUIERO VERLO!

Gritaba y sus manos temblaban.

-Vaska...- negué. 

-Quiero a mi hijo- sollozó.

Sequé las lágrimas de su cara, se alejó rápido de mi. 

-Dime que está bien...- negué apretando mis labios- por qué...- sollozó- ¡¿Qué tiene el mundo contra mi?! 

Agarró con fuerza las sábanas de la camilla.

-Cálmate, por favor- me aguanté las lágrimas- mi vida, necesito que te calmes. 

Una doctora entró en la habitación. 

Vaska la miró, su respiración estaba agitada. 

-No puede alterarse- murmuró. 

Detrás de ella venía otra enfermera con una bebé en brazos... Sarah. 

Vaska suspiró y pasó sus manos por su cara. 

-Sé que ahora lo único que quieren es estar en casa descansando e intentar olvidar todo esto que pasó... pero necesitamos que al menos la bebé y Vaska se queden... al menos por unos días. 

¡No con mi hermana!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora