Narra Vaska:
El tiempo pasó muy rápido desde que Leo y yo comenzamos desde cero nuestra relación... ni siquiera me di cuenta cuándo fue mi cumpleaños, el de mi hija... y él está próximo a cumplir los 22 años...
Nunca me di cuenta, que en su grupo de amigos, él era el mayor... siempre pensé que Jhonatan... por ser uno de los más maduros... pero Leo es el mayor por varios meses... y era el más inmaduro... ahora probablemente es el único que tiene un buen trabajo, familia y maduro... para algunas cosas.
Los demás chicos están en la universidad, saliendo a fiestas, disfrutando la vida.
Y Leo está en Afganistán.
Estos dos meses se me harán eternos... ni siquiera sé si podrá llamarme, si habrá una manera de comunicarnos...
-Apaga la tele, apaga la tele- susurró Isabella.
-No, déjala- murmuré.
-Pero Vas...
-Mathew, no la apagues...
Presté atención a las noticias.
-Fueron más de 11.000 soldados los que envió Estados Unidos este último mes a Afganistán. Pero no son cualquier soldados, fueron cuidadosamente seleccionados...
-Y claramente le están pagando más por matar gente- murmuró Isabella.
Mostraron unas imágenes de algunos soldados bajándose de un avión de guerra, eran muchos.
-La situación en Afganistán es crítica aún, nadie sabe cuándo terminará esta guerra, pero lo importante es que apoyemos a nuestros valientes soldados.
Mi celular sonó.
-¿Aló?
-Hola mi vida.
Suspiré.
-Hola, Leo...
-Activa la cámara.
Fruncí mi ceño y activé la cámara. Comencé a verlo, allá es de día, al parecer está al aire libre.
-¿Cómo estás?- intenté aguantar las lágrimas.
-Bien- asintió- llegué ayer pero no pude llamarte... no sé si podré llamarte siempre...
-Tranquilo- sonreí- pero intenta...
-Claro- asintió- ¿Y Bianca?
La grabé.
-Aquí conmigo.
-Oh, mi pequeña...- sonrió- cada día más cachetona.
Reí.
-Papi- balbuceó.
-Hola mi cielo- sonrió- ¿Cómo está la pequeña de papá?
Isabella me sonrió con lástima.
-Ben- balbuceó Bianca en el intento de decir "Bien"
-Que bueno, mi vida, no hagas rabiar mucho a mamá, sino luego nos regañará a ambos.
-Ti- asintió Bianca.
-Ya me tengo que ir... no puedo hacer llamadas muy largas- murmuró Leo- las amo, cuídense... saludos a todos.
-Te amamos también.
-Adio papi, amo.
Leo sonrió.
-Adiós mi princesa, te amo.
Cortó.
-Cariño...- se lamentó Isabella.