Narra Vaska:
-¿Cuántos años cumples, corazón?- preguntó el barman, me sonrojé.
-18.
Me pasó un vodka.
-Cortesía de la casa... pero, además, en la disco tenemos una tradición- dijo hablando por el micrófono, todos se dieron vuelta a mirar- Debes tomar tu edad en chupitos.
Sacó los pequeños vasos de chupitos y los llenó.
Miré a Christian, él sonreía malévolo.
-¿Tu nombre, preciosa?- preguntó el barman.
-Vaska.
-¡Okay, alentaremos a Vaska para que comience con sus chupitos!
-Ve despacio- murmuró Christian- no vayas a tomarte 5 en menos de 10 minutos...
-Tienes 3 horas para tomarte los 18 chupitos- dijo el barman, asentí.
Tomé el primero y lo vacié en mi boca, tragué mientras sentía el licor arder en mi garganta.
Lo dejé volteado sobre la barra y todos gritaron.
-A este paso me emborracharé antes de las 3 de la mañana- balbuceé.
Un chico me empujó a la pista de baile.
[...]
Volví a la barra, toda sudada, tomé otro chupito y lo vacié.
-¡Número 10!- gritó el barman.
Christian me miró y chilló.
-¡Cariño! ¡Pensé que tu faceta de mamá te había comido la faceta fiestera que no alcancé a conocer! ¡Has bailado con todos los chicos de acá! Y te has comportado, que es lo mejor... no creo que Leo se ponga celoso porque bailaste con algunos... es decir, no se besaron, no tuvieron sexo... solo bailaron, y ni siquiera un baile sexy...
Me encogí de hombros.
-Muchas gracias, Christian, eres el mejor amigo del puto mundo.
[...]
-¡16! ¡Al parecer a nuestra cumpleañera ya se le está moviendo el mundo!- avisó el barman.
-No, no- negué- no es como si lo hiciera por primera vez.
Tomé los últimos dos chupitos, y como si fuese agua me los tragué.
Los dejé volteados sobre la barra, Christian chilló.
-¡Eres una perra!- me guió a la barra y bailó animadamente.
Narra Leo:
"R
Me puse a pensar en los últimos años de mi vida... y si había algo que resaltaba eras tú.
Desde el momento en el que apareciste en esa cancha, desabrigada, temblorosa, con ese cabello hermoso y tu piel blanca no acostumbrada al clima costero.
Recuerdo exactamente lo que pensé en el momento en que te vi, pero no son aptos para una carta romántica.
Si tuviera que cambiar algo de mi vida sería no haberte pedido ser mi novia desde que pude...
¿Por qué tuve que dar tiempo para equivocaciones?
Te prometo que jamás seré tan estúpido como en mis 18 años.
Espero la hayas pasado genial en tu cumpleaños, nos vemos pronto."
Cerré la carta, la metí en el sobre y bufé.